“En el principio del mundo una terrible epidemia se propagó entre los habitantes de la Sierra de los Tenui y atacó exclusivamente a los hombres, Solo se salvaron unos pocos viejos, agotados y cargados de años, y un antiguo -payé-…”
Así inicia la leyenda del Yuruparí, una verdadera joya literaria que nos transporta a un mundo desconocido y mágico. En este caso se trata de una recopilación que intenta reconstruir la leyenda y a la vez sumar la experiencia de un conde que se sumerge en la cultura de los pueblos indígenas.
Se trata de un retrato de la selva amazónica y su inmensa diversidad con misterios ocultos y su visión del origen de la vida, un texto que ha sido durante muchos años una fuente de fascinación. Parte del mito es recogido por el indígena Maximiano José Roberto, descendiente de indios Manaos y Tarianas, quien, tan pronto pudo emprender sus estudios, se dedicó a contar los mitos y leyendas de la Amazonía.
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Sin embargo, quien está detrás de esta obra maestra es el conde Ermanno Stradelli, un italiano que quedó hechizado en la exploración del verde creciente y llegó a la Amazonía en el siglo XIX con el objetivo de documentar las culturas indígenas que habitaban la región. Así inició un recorrido que lo llevó por lugares remotos, incluso peligrosos, donde pudo vivir en carne propia las experiencias indígenas a través del acercamiento a las tribus, conociendo y hasta practicando sus costumbres y tradiciones en rituales y fiestas.
“Era el personaje extraño de los blancos, cuyo comportamiento no cuadraba ni con el fanatismo misionero ni con la codicia de los caucheros. Paseaba por el río, observando, fotografiando de una manera discreta, todo lo cual le creaba simpatías entre los indios”.
Yuruparí es un relato de aventura y conocimiento. Stradello dejó registrados sus viajes por la selva amazónica enfrentándose a animales, enfermedades, condiciones climáticas complejas y otras situaciones que pusieron a prueba su determinación por aprender y respetar las culturas indígenas, convirtiéndolo en un precursor del respeto intercultural en un momento de la historia en el cual el colonialismo azotaba a los habitantes.
De hecho, en el texto se menciona: “No sólo despreciaba a los caucheros, sino que, como veremos, rechazaba la idea de que el Yuruparí representara al demonio”. Estas actitudes le permitieron estar mucho más cerca de los pueblos y así, registrar de primera mano muchas de sus experiencias, un privilegio con el que no contaron muchos de su época y que, por supuesto, tampoco se preocuparon por obtener.
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“Yuruparí” de Conde Ermanno Stradelli
El punto culminante de Yuruparí, el relato épico, tiene lugar cuando ocurre el encuentro de Stradelli con Yuruparí. Consiste en una figura mítica en la cultura de los indígenas tukano. Es un personaje legendario que simboliza la unión de los mundos; el espiritual y el terrenal. Tras esto, Stradelli narra delicadamente el encuentro mostrando la belleza de la selva y a la par, la espiritualidad indígena.
De acuerdo con el relato, el origen del nombre Yuruparí proviene de “Iurú: boca; y pari: jaula de palos que cierra los igarapés para impedir la salida de los peces”. Aunque otros lo llamarán “fruta milagrosamente fecundada”, pues nacerá el hijo de una mujer virgen que probó el fruto prohibido para establecer las leyes que regirán en la Tierra.
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Yuruparí aborda temas de vida y de muerte, todo ello atravesado por la consonancia con el mito solar, los rituales de la región y la explicación con la que inicia sobre el origen del mundo, de los humanos. También retrata la comunión con la naturaleza, la organización de las sociedades, la prohibición del incesto, la agricultura, las creencias, los rituales y hasta los símbolos de la religión.
La importancia de este relato trasciende el valor literario, pues a Stradelli también se le ha atribuido un papel fundamental en la preservación de las culturas indígenas, a la vez que en la biodiversidad de la Amazonía gracias a su documentación. Tanto es así que su trabajo permitió abrir una puerta al mundo para reconocer la riqueza cultural y natural de la región.
Cuando muere Stradelli, los manuscritos originales quedan en peligro, pues son incinerados por las autoridades sanitarias de Manaos, quienes tomaron la decisión de eliminar toda huella de “la lepra que padeció”. Esto produjo que el conde no pudiera cumplir su propósito de publicarlos en el idioma original. Sin embargo, como ocurrió con el héroe del Yuruparí:
“... que se incinera para que de sus cenizas renazcan las palmas con las cuales se fabrican las flautas del Yuruparí, el texto renace día a día, como una pieza clásica de la cultura latinoamericana”.
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