Por qué las crisis se convirtieron en el principal motor de los gobiernos para decidir sobre sus ciudadanos

La idea de “crisis” fue cambiando a lo largo de la historia. En los últimos años, parece haberse instalado una sensación de dificultades permanentes que llevan a los funcionarios a ejecutar acciones cada vez más polarizadas.

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La invasión rusa en territorio
La invasión rusa en territorio ucraniano es ahora mismo una de las grandes crisis globales. Europa Press/Contacto/Andriy Andriyenko

La crisis como arte de gobierno es una genealogía del concepto de krisis en la que Darío Gentili, su autor, logra al mismo tiempo un análisis filosófico de una enorme profundidad y una lectura de nuestra contemporaneidad que conmueve por su accesibilidad. Gentili, filósofo italiano, realiza una lectura que parte desde Aristóteles e Hipócrates, pasa por Rousseau y Kant así como por Marx y Gramsci, hasta llegar a nuestros días.

El autor hunde su análisis en el concepto griego de krisis para mostrarnos que la crisis en la antigüedad era una técnica tanto jurídica como médica en la que el especialista daba su diagnóstico y las posibilidades de cura. Tanto médico como jurista se encontraban frente al “caso” y lo diagnosticaban, lo describían, lo analizaban, pero nunca decidían acerca de cómo manejarlo.

La tarea de los especialistas no consistía en decidir acerca de la vida o la muerte o la culpabilidad del ciudadano. Vida o muerte, culpabilidad o absolución eran tareas de la Asamblea reunida en el ágora. Los ciudadanos reunidos en pleno ejercicio de su función política eran quienes tomaban decisiones. Así, en la Grecia Antigua, la Krisis era tarea de los especialistas y la política era tarea de la Asamblea de ciudadanos.

Gentili nos muestra que fue en la modernidad cuando se acercaron los conceptos de krisis y de política que en Grecia estaban bien separados. Esta cercanía conceptual es la que nos permite ingresar en un mundo en el que se modifica no sólo el modo en el que se ejerce el poder, sino necesariamente la subjetividad que lo acompaña.

El libro de Gentili, filósofo
El libro de Gentili, filósofo italiano, en su idioma original.

Así, a través de la lectura de La crisis como arte de gobierno llegamos a comprender que en nuestra época la crisis deviene el arte del gobierno y la precariedad, la forma de nuestra subjetividad. Más allá de la precisión con la que el autor va derivando un concepto de otro y mostrando cómo la distancia conceptual inicial se reduce en cada momento de la historia del pensamiento, hay dos cuestiones fundamentales que nos deja leer desde el primer momento: primero, la filosofía no es más que la lectura de cada presente, de ese modo nunca perdemos de vista que está hablando de nosotros y no de una construcción teórica a la que no accedemos; segundo, la genealogía no es la búsqueda de un origen sino la demostración de que la crisis como arte de gobierno no tiene un origen histórico sino que es a lo que se llega en nuestro presente.

Pensar la crisis como arte de gobierno es deconstruir la tan repetida frase en la que sostiene que “la crisis es oportunidad”. Lo que nos muestra Gentili es que la crisis –cualquiera de las que hemos vivido- es el punto de partida de los gobiernos para justificar la toma de decisiones que por su impopularidad o ilegitimidad no podrían haber tomado en otro contexto.

Por ejemplo: la crisis sanitaria del Covid 19 fue lo que permitió que los gobiernos tomaran decisiones como cerrar las fronteras externas e internas, establecer cuarentenas obligatorias que muchas veces se asemejaron a formas de encierro y que como consecuencia tuvieron el deterioro económico, psicológico y social de las comunidades. Sin crisis, estas decisiones no podrían haberse tomado.

De este modo, la crisis ingresa completamente en el mundo de la política para ser aquello que legitima las decisiones que de todos modos habrían tomado los gobiernos. Como contrapunto del arte de gobierno, el autor nos muestra que la subjetividad que surge en este contexto –no el sujeto, sino la forma en la que los sujetos vivimos nuestra época- es la que está siempre obligada a la toma de decisiones bipolares.

El filósofo italiano Dario Gentili
El filósofo italiano Dario Gentili es profesor en Roma. (Infobae)

De la misma manera en la que reaccionamos frente a los posteos de las redes sociales, vivimos en la falsa opción que se juega entre un “me gusta” y un “no me gusta”. Mientras nosotros creemos que somos libres de elegir y de hacer lo que queremos, Dario Gentili nos muestra que el arte de gobierno utiliza el concepto de crisis no sólo para tomar decisiones políticas supuestamente extraordinarias, sino que su política consiste en ponernos constantemente frente a la falsa idea de creer que estamos siendo libres cuando elegimos o actuamos.

Sin embargo, en nuestras decisiones más cotidianas, Gentili nos muestra que estamos forzados a elegir de manera bipolar. Dos opciones, dos polos: lo bueno o lo malo, lo lindo o lo feo, ser rico o ser pobre, ser educado o ser ignorante, y así sucesivamente.

Gentili recupera el concepto de biopolítica que Michel Foucault introdujo en sus últimos años de vida. Biopolítica es un concepto que hace algunos años está de moda en el ámbito de la filosofía y la política, sin embargo esta moda esconde muchas dificultades. En primer lugar, Foucault no dio una definición unívoca, lo que ha permitido a los lectores hacer interpretaciones de lo más variadas.

De este modo, para Gentili vivimos una forma de gobierno bio-político (vida-política) en tanto que es la política la que decide la forma en la que nuestra vida se desarrollará. Esta forma es, a todas luces para nuestro autor, el neoliberalismo. Así, la biopolítica neoliberal tiene como contraparte una subjetividad, una forma de vida, en la que los sujetos no decidimos libremente sino a partir de las opciones que se nos presentan.

Putin, protagonista de la crisis
Putin, protagonista de la crisis que se desencadenó tras la invasión rusa a Ucrania. Europa Press/Contacto/Mikhail Klimentyev/Kremlin P

El concepto clave que le permite a Gentili articular la política con la subjetividad es el de dispositivo. El dispositivo es el concepto que ha permitido poner en funcionamiento el poder del orden discursivo como no discursivo y, al mismo tiempo, ser performativo. En otras palabras, el concepto de dispositivo también es de origen foucaultiano y busca mostrar que el poder se constituye tanto desde lo dicho como desde lo no dicho por el poder.

Lo fundamental es que el poder entendido como dispositivo es un ejercicio en el sentido de que ejerce su arte, su gobierno sobre las vidas. El dispositivo performa, modifica, interviene y transforma nuestras vidas. De este modo, hablar de biopolítica neoliberal no es algo alejado de nuestra vida sino que, en tanto que dispositivo, trabaja sobre nuestra psychè.

Margaret Thatcher acuñó un slogan que decía There is no alternative, no hay alternativas a las decisiones que toman los gobiernos y, por ello, dan lugar a formas de vida que no puedes decidir libremente. Gentili llama a estas vidas “precarias”. Son precarias esas subjetividades que se juegan en la pobreza más extrema –y no solo-, las que se juegan la vida o la muerte para atravesar una frontera de manera ilegal, las que viven en regímenes no democráticos, las que están prisioneras en condiciones inhumanas, las que ven crecer a sus hijos sin educación, salud o lejos de cualquiera de los derechos fundamentales.

Pero la precariedad no es sólo la que define las vidas de las formas más extremas, sino la de todos. Esas vidas en las que somos empujados a creer la narrativa del self made man/woman y casi sin pensarlo nos alejamos de todo tipo de derechos como la jubilación, el aguinaldo, la cobertura médica, etc. El mito anhelado por esta forma de subjetividad en la que buscamos ser empresarios de uno mismo se comprende solo en un contexto de biopolítica neoliberal en el que el arte de gobierno es el que decide que “me gusta” una vida alejada de los derechos ganados en otras décadas, y “no me gusta” una vida en la que debo responder a un jefe, por ejemplo.

De este modo, el autor trabaja con magistral claridad los conceptos de libertad y política, de precariedad y gobierno, planteándonos una hipótesis de la que es muy difícil sustraernos completamente porque nos reconocemos en cada descripción. La crisis como arte de gobierno no es sólo un libro de filosofía que vamos a disfrutar, sino que es una lupa necesaria con la que debemos leer nuestro presente.

"La crisis como arte de
"La crisis como arte de gobierno" en su versión en castellano.

Dario Gentili ha escrito varios textos, entre ellos Il tempo della storia (El tiempo de la historia) (2019), Topografie politiche (Topografía política) (2009) y muchos otros textos en volúmenes colectivos, sin embargo La crisis como arte de gobierno toca el momento más alto de su pensamiento. El texto fue publicado por primera vez en 2018 y reeditado con modificaciones en 2022, siempre por Quodlibet y en italiano. Esta es la primera vez que se leerá el texto en español, traducido en Buenos Aires y publicado por RedEditorial.

En los próximos días Darío Gentili estará en Buenos Aires, a la luz de una conferencia y una serie de encuentros para especialistas. Todos estos encuentros son abiertos al público y gratuitos. Del 28 al 30 de agosto, Gentili participará del workshop “Deuda, Culpa y Crisis: tres conceptos fundamentales para la comprensión de nuestro presente”. Será en el Centro Ítalo Argentino de Altos Estudios (Arenales 1371, CABA), con entrada gratuita. A la vez, el 2/9 Gentili presentará su libro en Lalalá (Álvarez Thomas 1541, CABA).

“La crisis como arte de gobierno” (fragmento)

Mientras que en el discurso político moderno la crisis se configura como una “decisión resolutiva” y la posibilidad de lo “nuevo”, en el discurso económico -en más estrecha continuidad con su antiguo significado- la crisis se asume con esa matriz médica que orienta el dispositivo a la autoconservación.

En términos generales, las crisis económicas manifiestan en grado sumo el desequilibrio y la distinción entre una condición sana y otra enferma del sistema de mercado capitalista y, por tanto, apuntan claramente a su propia solución. El supuesto es siempre que la condición que hay que salvaguardar y revigorizar corresponde a la que permite al sistema y al orden sobrevivir y subsistir.

Aristóteles, Rousseau, Marx y Gramsci,
Aristóteles, Rousseau, Marx y Gramsci, cuatro pensadores que reflexionaron sobre la crisis.

(...)

Con el advenimiento del neoliberalismo se produjo un cambio fundamental: el dispositivo de la crisis económica se convierte en político en sí mismo. O mejor dicho: se convierte en un arte de gobierno por derecho propio. Desaparece así la idea moderna de crisis política como conflicto que conduce a una “decisión resolutoria”.

(...)

Además, para llegar a tiempos aún más recientes, la función del Estado en el orden neoliberal no excluye en absoluto las derivas autoritarias -y es bueno subrayarlo a la luz de ese “retorno del Estado” del que tanto oímos hablar hoy, a derecha e izquierda, en relación con el auge de los llamados “nuevos populismos”.

Para retomar y aplicar al escenario político actual definiciones de la crisis que ya han surgido, se podría argumentar que la “crisis imperfecta” de los “nuevos populismos”, con el renacimiento de la figura del líder carismático y la necesidad de un Estado fuerte, no es una consecuencia, ni siquiera una alternativa, a la “crisis perfecta” del neoliberalismo, sino que forma parte de ella y está en función de ella.

Quién es Darío Gentili

♦ Nació en Italia y se formó como filósofo.

♦ Enseña en la Università degli Studi Roma Tre.

♦ Su libro La crisis como arte de gobierno es el primero en traducirse al castellano.

Seguir leyendo:

Filosofía, ciencias, arte y mitología: algunos libros para conocer un poco más sobre el mundo

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