“Mujer defensora de los animales”, el galardón otorgado por Peta Latino, una de las organizaciones más importantes en la defensa de los derechos de los animales, es uno de los reconocimientos recibidos por la senadora y activista colombiana Andrea Padilla, autora del libro Derecho sintiente, sobre el cual conversó con Infobae Leamos.
Este texto es producto de una amplia investigación, Derecho sintiente. Los animales no humanos en el derecho latinoamericano, realizada para su tesis doctoral, un paso más en un trabajo que se viene adelantando en este territorio con el fin de que se reconozca a los animales como sujetos de derecho, pero, ¿qué implica esto?
“Aborda los principales debates teóricos sobre la consideración moral de los animales y las principales estrategias de tratamiento jurídico (...) Tomo postura a favor de la sintiencia animal, la capacidad de sentir de los animales. Es una mirada crítica sobre el tratamiento que el derecho ortodoxo les ha dado a los animales como cosas en propiedad y cómo este derecho está cambiando”.
Le puede interesar: Tres libros que presentan diversas perspectivas del veganismo
La hoja de vida de Padilla es amplia y el activismo en defensa de la vida y el bienestar de los animales es la inspiración de un camino de luchas e iniciativas que la han llevado a la política.
“Derecho sintiente. Los animales no humanos en el derecho latinoamericano” de Andrea Padilla
Le puede interesar:
—¿Cuál es la mirada sobre la sintiencia en este libro de Andrea Padilla, cuáles han sido las implicaciones de pensarlos como objetos y no como sujetos de derecho?
—Porque los animales son individuos, sienten y sufren como nosotros. Tenemos una obligación moral con los animales, debido a su capacidad de sentir dolor y sufrimiento. Hemos hecho del mundo un lugar muy hostil para ellos, a los domésticos dependientes de nosotros y de nuestros cuidados y alimentación. No solo para los animales de compañía, sino también para los animales en general a los que hemos depredado su hogar. Tenemos una responsabilidad moral con estas criaturas, esos otros animales.
—Y en ese sentido, ¿cómo ve la interpretación de las leyes en relación a la protección de los derechos de los animales?
—Hay una región de estudios judiciales que se toma desde distintos niveles, y con esas decisiones judiciales, los animales vienen siendo protegidos en cuanto a derechos y bienestar. Existen ciertas consideraciones y diferentes niveles de protección jurídica. Mostrando necesariamente por vía legislativa, principalmente. Es necesario impulsar cambios sociales, ya que hay una opinión cada vez más sensible y exigente con respecto a los animales y su tratamiento en los procesos judiciales.
Los derechos humanos ha venido por vía legislativa, en el caso de los animales a mi me interesó ver cómo ha venido por litigios. Esa apertura de camino se ha posibilitado porque hay un movimientos social de base cada vez más sensible y más crítica que cambia su relación con los animales y su manera de verlos. Esto incide en las decisiones legislativas que son las más difíciles.
—¿Cuándo notas que se despierta y es clara para ti esa sensibilidad hacia los derechos de los animales?
—Desde muy pequeña he tenido esa sensibilidad por los animales. Hubo un hecho que fue revelador en mi vida a los 23 años que fue la llegada de una gata. Me generó muchos cuestionamientos. Fue la que me hizo tomar la decisión de sacar a los animales de mi plato y fue la que, después de su fallecimiento me llevó a hacer un voluntariado, a participar en movimientos en defensa de la vida.
De hecho, en otra ocasión con Mongabay, mencionó que:
“Esta gata fue una revelación, porque un día estaba cocinando pollo y Mayo estaba a mi lado en la encimera y mientras sostenía el pollo, noté su zarpa. Y pensé para mí misma ‘la pata de este pollo es igual que el pie de Mayo, los mismos huesos, los mismos músculos, es el mismo animal, el mismo ser’”.
Padilla recordó su presencia en estos espacios de voluntariado a los que a diario llegan animales en condiciones de salud física y emocional deplorables, abandonados, por su cuenta, rescatados, fue otro de los ejes que la impulsó a redoblar esfuerzos y reafirmar su posición en búsqueda de mejores condiciones para los animales.
Le puede interesar: Sabores exquisitos y platos sin crueldad: tres libros de recetas veganas para encantar el paladar
Cada vez más me empecé a involucrar en movimientos y discusiones orientada por ese “ver qué hacemos” con los animales en diferentes industrias, lo que por supuesto me llevó a escenarios dolorosos en los que tenía de frente la explotación de los animales.
“Políticamente, debemos adecuar nuestro sistema, nuestro ordenamiento jurídico, nuestro sistema político y nuestros acuerdos para brindarles a los animales un espacio en esa organización política y social, donde puedan llevar una vida satisfactoria libre de sufrimientos y padecimientos”.
Es aquí donde empieza a gestarse una vida que la ha llevado a recorrerse el país para conocer la realidad que viven los animales y los principales techos de explotación: los circos, la experimentación en laboratorios, los mataderos, el uso de animales como medios de transporte, maltrato, entre otros. Impulsada por sus reflexiones tras cuestionarse los hechos de justicia que observó, la pregunta fue clara:
“¿Qué pasa con los animales?”
Con talante y determinación, Andrea Padilla levantó su voz por la defensa de los animales sin notar, quizás, que también lo hacía por las mujeres y una participación política que muchas, como ella, han tenido que luchar.
“La fuerza de los argumentos, mi conocimiento y formación. Mi poder es mi fuerza, el respaldo popular, la movilización ciudadana” es la respuesta de Padilla ante la pregunta sobre cómo ha sido hacerse un lugar en este espacio.
Desde esta posición ahora, sin dejar de lado el arduo camino que ha tenido que recorrer con portazos en la cara, como si fueran condicionantes ser mujer, darle voz a los animales, no tener un apellido de renombre o haber sido profesora, Padilla hoy es senadora.
Suma numerosos proyectos comprometidos con la vida de esos otros animales a los que histórica, cultural y tradicionalmente hemos visto como objetos carentes de derechos, entre los que se encuentran uno que pasa a tercer debate; un programa de esterilización gratuita de gatos y perros, dos de las especies más dependientes del ser humano y que sufre a diario en las calles.
“Un programa que permitiría ver por todos los municipios de Colombia unidades móviles quirúrgicas esterilizando gratuitamente a los animales”.
Esto, como muestra de su esfuerzo por garantizar la dignidad animal, con los derechos básicos y en condiciones reales, proponiendo alternativas éticas que respeten la vida de los animales en los distintos escenarios en los que son explotados hoy. Una garantía de la vida.
Le puede interesar: Ojos en los genitales, narices en las extremidades y la piel cubierta de lenguas: grandes curiosidades del mundo animal
Sobre la autora: Andrea Padilla
♦ Es doctora en Derecho, magíster en Criminología y Pensar y Gobernar la Sociedades Complejas, Psicóloga.
♦ Es activista por los derechos de los animales.
♦ Es senadora por el Partido Verde.
♦ Creó el Equipo CER Gatos para la atención a gatos ferales y abandonados en Bogotá.
♦ Se ha desempeñado como profesora universitaria.
♦ Recibió el galardón “Mujer defensora de los animales” de la organización internacional Peta Latino.
♦ Ha ejercido como consultora para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Algunas de sus publicaciones: Marguerite Yourcenar y la ecología, Presentación de servicios a la comunidad: una sanción con oportunidades para desarrollar procesos de justicia restaurativa en el sistema de responsabilidad penal para adolescentes, El giro judicial del movimiento animalista y el naciente derecho de los animales no humanos en las altas cortes colombianas, Tratamiento normativo para el maltrato y la crueldad contra los animales en América Latina, Animales no humanos: nuevos sujetos de derecho en el constitucionalismo latinoamericano.
Seguir leyendo: