¿Quién fue Maya Angelou? La respuesta a esta pregunta siempre dejará por fuera muchos aspectos de todo lo que una vida como la de esta mujer representa. Sin embargo, haremos un esfuerzo por reunir aquí los registros de su paso por el mundo y su labor como poeta, activista y escritora, una mujer que celebró la experiencia de ser negro sin temor a nada.
Por fortuna, su vida ha quedado registrada en varias autobiografías tan conmovedoras como impactantes; entre ellas, Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, lanzada en 1970, la primera que escribió, en la cual narró el peso de la segregación racial durante sus primeros años.
Le puede interesar: “La cámara de gas es el único sitio caritativo en el campo de concentración”: Elsa Morante y sus recuerdos de la Segunda Guerra Mundial
“Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado” de Maya Angelou
“El pájaro enjaulado canta con un trino aterrador, porque el pájaro enjaulado canta a la libertad”.
Así fue su infancia
Maya nació como Marguerite Ann Johnson el 4 de abril de 1928 en San Luis, Misuri, en Estados Unidos. Su padre trabajaba en la Marina y su madre era enfermera. Tras su separación se quedó a vivir con su abuela, junto con su hermano Bailey Junior, el responsable de su seudónimo, ‘Maya’, pues era la forma en que se refería a ella en su balbuceo infantil, convirtiendo ‘mi hermana’ en ‘Maya’.
Su nuevo hogar estaba en la parte trasera de una tienda, en un vecindario negro. Allí vivieron al cuidado de Momma, la abuela paterna, y su tío Willie, parcialmente paralítico.
Su infancia estuvo marcada por la regla moral y religiosa que impartía con mano dura su abuela a ella y a su hermano. Era una mujer que no toleraba el desorden ni cualquier mención contradictoria. La obediencia parecía ser su única opción, pero a la par creaba una nueva vida entregada a la lectura de libros clásicos en los que visitó con frecuencia los mundos de Poe, Shakespeare, James Weldon Butler y Kipling, entre otros.
Con siete años, Maya y su hermano fueron a visitar a su madre y al que entonces era su esposo, dedicado a la bebida y a frecuentar salas de juego. El hombre induce a los pequeños al disfrute de la música y la buena comida; sin embargo, la experiencia termina cuando el hombre abusa de Maya.
Luego de contarlo todo, la pequeña debe someterse a testificar en contra de su atacante, quien luego apareció muerto. Esta situación apagaría la voz de Maya por varios años.
Le puede interesar: “Nosotras no teníamos permiso para salir si no era para ir a misa”: la rebelión de la escritora Grazia Deledda
Un crecimiento complejo
Aunque Maya no hablaba, se entregaba con fuerza a la lectura, hecho que no pasó desapercibido para un amigo de su abuela, quien la alentó a que volviera hablar luego de mencionarle que el goce de un verso nacía al pronunciarlo en voz alta. Los libros, se convirtieron para siempre en su refugio.
A sus 16 años tuvo su primer hijo, tras una aventura de una noche motivada por un asunto de investigación. Ganarse la vida era su próximo objetivo y se convirtió en la primera mujer negra en conducir un trolebús en San Francisco. También se desempeñó como cocinera, bailarina, trabajadora sexual y camarera, y más tarde como actriz y cantante, visitando varios escenarios de Estados Unidos y Europa.
“Me gustaría ser conocida como una mujer inteligente, una mujer valiente, una mujer amorosa, una mujer que enseña a ser”.
Tomando el apellido de uno de los hombres que cruzaron su vida, empezó a ser conocida mundialmente bajo el nombre de Maya Angelou. Empezó su carrera en las tablas y conoció a Martin Luther King, con quien empezó a trabajar con agrupaciones de derechos civiles.
En un viaje a Ghana conoció también al activista Malcolm X y de regreso a Estados Unidos comenzó a trabajar con él. Se cree que fue por esta época que James Baldwin, escritor y amigo, la persuadió para que empezara a escribir el primer libro de su autobiografía.
Algunos de sus libros: No tomaría nada para mi viaje ahora, Reúnanse en mi nombre, El corazón de una mujer, Todos los hijos de Dios necesitan zapatos de viaje, Una canción arrojada al cielo, Solo dame un trago de agua fría antes de morir, Historias de Resiliencia en la Infancia, entre otros.
Le puede interesar: La ignorancia de la alta sociedad expuesta por una escritora que nació en cuna de oro
El legado
Tras la publicación de su éxito de ventas Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, ñ en el que evidenció cómo vivió el racismo, Maya empezó a publicar poesía, escribió además un guión cinematográfico y prosa y presentó una serie de televisión sobre el blues y la herencia africana en la población negra de Estados Unidos. Más tarde, se convirtió en profesora de estudios estadounidenses en la Universidad de Wake Forest.
Bill Clinton reconoció su labor y le pidió que leyera un poema en su toma de posesión en el año 1993, titulado En el pulso de la mañana.
Poema de Maya Angelou “En el pulso de la mañana”
Los reconocimientos en vida a Maya fueron numerosos. Barack Obama le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, también recibió docenas de títulos honoríficos y apareció también en una moneda con los brazos abiertos con un pájaro y un sol naciente, “inspirados en su poesía y simbolizan la forma en que vivía”, según mencionó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
“Necesitamos alegría porque necesitamos aire. Necesitamos amor, ya que necesitamos agua. Nos necesitamos unos a otros, porque necesitamos la tierra que compartimos”.
Seguir leyendo: