Durante su tiempo en Malibú, la escritora Joan Didion vivió rodeada de una tranquilidad imperturbable. Vivir en la playa representó para ella la posibilidad de conectarse consigo misma y su trabajo. En ese periodo fue que comenzó a perfeccionar su escritura y allí gestó las ideas de los que serían sus libros más destacados. “Me gusta cómo se siente aquí”, le dijo alguna vez a Tom Brokaw en una entrevista. Nadie la molestaba, nadie invadía su espacio, y eso para una escritora es más que valioso. De vez en cuando recibía una que otra carta, y ahí acababa todo: “A Joan Didion, en algún lugar de la playa de Malibú”.
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En ese mismo período, la familia Didion Dunne tomó la decisión de realizar renovaciones y una expansión en su casa en Malibú. El carpintero a quien contrataron para este trabajo resultó ser nada menos que un joven y apuesto Harrison Ford. La futura estrella de Hollywood pasó meses trabajando en la casa de Didion, dedicando sus mañanas y tardes a explicar los avances y desafíos del proyecto. En sus propias palabras, Ford compartió que durante ese tiempo, se sintió como un alma perdida, lo que lo acercó aún más a Joan Didion.
La relación entre Ford y Didion trascendió más allá del hecho de que él era el carpintero y ella la señora de la casa. Su interacción durante esa época se convirtió en una amistad genuina. Didion lo incluyó en su círculo social y lo invitó a su fiesta anual de Pascua, donde Ford y su familia fueron acogidos con los brazos abiertos. Aunque Ford se encontraba rodeado de individuos más inteligentes y cultos en estas reuniones, siempre se sintió bienvenido y cómodo en compañía de la escritora.
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Fue en el documental ‘Joan Didion: The Center Will Not Hold’, donde se reveló esta fascinante y poco conocida faceta de la vida del icónico actor. El propio Ford aparece en la pantalla y habla acerca de esos años y lo que para él significó compartir tanto con Joan Didion como con su esposo, el también escritor, John Gregory Dunne.
“Pasé un par de meses allí en su casa, todos los días”, dice Ford. “Creo que me convertí en su carpintero por la misma razón por la que me convertí en su amigo. Es porque estaba fuera de mi profundidad, en cierto modo. No sabía a dónde iba, cómo llegué allí”.
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El documental, entre muchas otras cosas, también revela que Warren Beatty, un destacado actor de la época, tenía un enorme enamoramiento por Joan Didion. Beatty siempre buscaba estar cerca de ella en las cenas y eventos sociales, donde personalidades como Steven Spielberg, Martin Scorsese y Brian De Palma se dejaban ver con regularidad.
La historia de cómo Harrison Ford, en su juventud y antes de su fama en Hollywood, trabajó como carpintero en su casa y se convirtió en su amigo es solo una de las tantas anécdotas alrededor de la vida de quien fuera una de las voces más importantes de la literatura estadounidense contemporánea.
Hoy, a casi tres años de su muerte, sigue siendo una autora influyente, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, y es, probablemente, una de las figuras más veneradas de su generación.
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