Un mundo emocionante y lleno de glamour, poblado de mujeres hermosas, independientes y valientes: ese es el contexto en el que transcurre la novela de romance histórico El secreto de París, de la australiana Natasha Lester, best seller del New York Times y autora del libro El fotógrafo francés.
Este es un texto multifacético con un entramado complejo en el que las historias se desarrollan en diferentes décadas y continentes y hasta géneros, unidos a través de la amistad y el romance, el tejido emocional que envuelve a los personajes a lo largo del tiempo y el espacio. Hasta donde pudo investigar, la autora se basó en hechos históricos, pero lo demás surge de su imaginación.
El secreto de París posee tres líneas narrativas y cada una transcurre en un lugar y un tiempo diferentes. La primera se desarrolla en el Condado de Cornualles al suroeste de Inglaterra, más precisamente en Porthleven en el año 1928. Allí vive Vanessa Penrose junto a sus dos hijas, Skye y Liberty.
Vanessa es una mujer bohemia, atípica, que no sintió la necesidad de casarse para tener hijos y prefirió una vida independiente. Ama volar en su avión deportivo Havilland Gipsy Moth y le enseñó a pilotear aviones a Skye, la mayor de sus hijas y la más dispuesta a seguirla en sus aventuras en el aire. Además, Vanessa ocupa su tiempo en leer el futuro en las cartas del tarot.
Ambas hermanas son muy diferentes entre sí. Mientras que Skye es aventurera, valiente y bondadosa, Liberty prefiere quedarse en casa, es caprichosa y se enoja con su hermana porque no le agrada que la deje mucho tiempo sola para salir a pasar el día en las grutas y en la playa.
Durante una de esas largas expediciones por los alrededores de Porthleven, Skye conoce a su amigo y alma gemela, Nicholas, un muchacho un poco mayor que ella que vive con una tía y su madre enferma. Al igual que Sky, Nicholas no conoce a su padre y esa carencia emocional de algún modo los une. En ese contexto idílico, aunque bastante atípico, se desencadena la Segunda Guerra Mundial, que lo cambia todo.
La segunda línea de acción transcurre en París. En 1947, el diseñador Christian Dior revoluciona la moda en la posguerra y se consagra como uno de los diseñadores más importantes de la historia cuando presenta su extravagante primera colección, el New Look, a un mundo que apenas está logrando recuperarse del hambre y el dolor, productos de la guerra: “Así se va a hablar de la colección de Christian a partir de ahora. Un nuevo look, para un nuevo mundo (…) El New Look será el amnésico perfecto para una generación que ha sobrevivido a la guerra y no quiere recordar nada de ella”.
La mujer del nuevo estilo tiene una cintura bien definida, afinada por fajas y corsés. Sus faldas son amplias y voluminosas, con un largo siempre a 40 cm del piso. En la novela, la principal modelo de Dior es Margaux Jourdan, una mujer muy delgada, con apenas 50 cm de cintura, consecuencia del hambre que sufrió durante el conflicto armado. “Nadie quiere entender que la cintura de Margaux es minúscula porque ella también es una víctima”.
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Para la historia de Christian Dior y su hermana Catherine, Natasha Lester se inspiró en“Les Parisiennes: cómo las mujeres de París vivieron, amaron y murieron bajo la ocupación nazi de Anne Sebba (St. Martin’s Press, 2016), libro que habla de Catherine Dior y su compromiso con una rama de la resistencia francesa apoyada por los británicos. Christian le dio el nombre de Miss Dior a su primer perfume, en honor a su hermana Catherine.
El tercero y último recorrido nos presenta a una historiadora de moda llamada Kat Jourdan. Ella vive en Australia en la actualidad. Durante un corto tiempo que pasa en Europa, descubre una mansión en el sur de Inglaterra perteneciente a su abuela materna. Allí encuentra una valiosa colección de vestidos de alta costura de la marca Dior. A través de la moda, inicia una pesquisa de su árbol genealógico, un pasado familiar lleno de incógnitas que se irán resolviendo a lo largo del libro.
El secreto de París, editado por Vidis, se desarrolla en dieciséis partes, las cuales llevan el nombre de los personajes principales: Kat, Skye, Margaux y Nicholas. Un narrador equisciente se focaliza en el personaje protagónico correspondiente a cada sección, pero sin mostrar el panorama general, por lo que deja pistas falsas más que indicios. Así, el narrador va develando poco a poco, junto con el lector y los personajes, las incógnitas que se van planteando. En suma, se trata de un enfoque narrativo múltiple, pues no está presentado desde un solo ángulo sino desde múltiples miradas.
La novela une, en el mismo entramado, múltiples géneros literarios: el romántico, el histórico, el de espionaje, y muchísimas referencias a trajes y vestidos de alta costura, particularmente a la moda parisina de Christian Dior que, con los años, se fue extendiendo a las ciudades principales de Australia, país de donde proviene la autora de la novela.
Natasha Lester destaca a sus heroínas mujeres, sin por ello menoscabar a los personajes masculinos. Podríamos decir que el peso de los personajes masculinos equivale al de los femeninos, aunque los nombres de las mujeres citadas sean mucho más numerosos. Aún en ambientes como la fuerza aérea británica, la autora rinde homenaje a las mujeres que pilotearon aviones durante la Segunda Guerra Mundial: “Estaba investigando para The French Photographer, descubrí el Transporte Aéreo Auxiliar y el importante papel que tuvieron las mujeres en la organización, a pesar de las dificultades y los prejuicios iniciales”.
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Vale destacar la utilización de metáforas y comparaciones tomadas del Romanticismo, que vincula estados de ánimo, sentimientos, pasiones y conflictos internos con diferentes elementos naturales como las tormentas, las olas del mar rompiendo violentamente contra los acantilados, las flores y sus colores, la luz del sol desapareciendo en la oscuridad, el brillo de la arena, todo ello como compañía y reflejo de la interioridad de los personajes en cada una de las situaciones descritas.
“Es un legado de la época en la que ver un vestido así habría sido tan impactante como ver el sol a medianoche”, escribe al comienzo de la novela. Y hacia el final, agrega: “Detrás de ella, en el espejo, ve la casa, rosa y brillante como un caramelo. Las flores la envuelven con su perfume”.
Los nombres de las hermanas constituyen una metáfora en sí mismos, así como los dos vestidos azules. El nombre Liberty coincide con el nombre de la tienda londinense que vendía ropa Modern Style, el equivalente inglés del Art Nouveau francés, a finales del siglo XIX. Esta tienda abrió su central en 1875, por lo que ya existía cuando estallaron las dos Guerras Mundiales.
Skye es una palabra homófona de Sky, que en inglés significa “cielo”. Por consiguiente, los nombres de ambas hermanas hacen referencia al “cielo”, al color azul y a la “libertad”, mientras que los dos vestidos idénticos, de una tela brillante en el mismo tono azulado, se corresponden con la sororidad que existe entre ellas y sus luchas por la libertad.
Es necesario destacar que la traducción al español conlleva algunos errores de tipeo y confusiones entre tiempos verbales. Por ejemplo, el error muy común de confundir el pretérito imperfecto del subjuntivo, “hubiera”, con el condicional simple del verbo “haber”, o sea, “habría”. La repetición recurrente del subjuntivo suena cacofónica y es considerada errónea según las reglas del español: “Un idiota se hubiera asustado tanto que se hubiera caído y se hubiera ahogado. No pensé en ningún momento que eso te pudiera pasar a ti”.
Quién es Natasha Lester
♦ Nació en Australia en 1973.
♦ Es escritora, pero antes trabajó como ejecutiva de marketing para L’Oreal y Maybelline.
♦ Sus novelas están entre las más vendidas del New York Timeshan sido traducidas a más de 15 idiomas.
♦ Cuando no está escribiendo, le encanta coleccionar moda vintage y crear ilustraciones de moda. Vive con su marido y sus tres hijos en Perth, Australia.
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