Un porteño llamado Boris Finkelstein se va a vivir a Miami. Se despide de Buenos Aires y aterriza en la ciudad que “invita a jugar con el deseo”, como él mismo describe en esta historia llamada Neurosis Miami. Boris es un guionista de MTV, pero su trabajo es un telón de fondo, una excusa para adentrarse en la verdadera aventura que emprenderá junto a su amigo, un actor mexicano llamado Sammy.
La misión será reescribir el guión de la emblemática serie televisiva de los ochenta: Miami Vice, también conocida en Argentina como División Miami. Es que Sammy había sido elegido como uno de los personajes de la serie, el psicólogo, en la primera versión del guión del piloto. Pero finalmente su papel fue borrado.
Ambos personajes se embarcan entonces en el desafío de reescribir y así recuperar el personaje del psicólogo. ¿Una venganza? ¿Un desafío artístico? Sammy y Boris se sumergen en su cueva, su agujero negro, a ver y reveer VHS con los capítulos de la serie, siempre acompañados por un poco de mezcal y también una dosis de erotismo cuando entra en escena la sensual esposa del actor.
Gastón Virkel es guionista, escritor y editor. Estudió Publicidad y Psicología en Argentina. Publicó en el sello Suburbano Ediciones Cuentos atravesados y la nouvelle Maldito Lasticön. Virkel escribió, con la lengua de los latinoamericanos que viven en Estados Unidos, una novela sobre la reinvención de un hombre, de una serie televisiva, de una ciudad.
-¿Cómo surgió la idea de este libro?
-Yo fui siempre un ser muy televisivo. Tenía una madre muy preocupada con que deje la “caja boba” y porque no me dedique tanto a mirar televisión…pero falló. Por suerte, más tarde, pude aprovechar esto de pasar mucho tiempo frente a la televisión. Me gustaba mucho mirar series y, en su momento, Miami Vice fue una revolución… hasta cultural: todo el mundo se empezó a vestir como Don Johnson. En Argentina está el ejemplo de (Juan Carlos) Mateyco, quien inspiró sus looks en Don Johnson.
-¿Qué recordás de esos años mirando la serie?
-En su momento llamaba mucho la atención que la serie tenía finales malos. No había finales mal escritos sino que las historias no terminaban bien. Estaba el camino del héroe, atrapaban al villano pero finalmente aparecía un abogado y tenían que soltar al villano. Era muy shockeante que tuviera esa parte de realidad. Es una serie que fue furor del 85 al 89 pero que por alguna razón permaneció en la cultura popular. Siempre me quedó en la cabeza y después, de casualidad, me mudé a Miami. Llegué acá y pensé en escribir sobre eso.
Al igual que su protagonista, Virkel se mudó a Miami en 2001 para trabajar en MTV, que en aquella época era un canal muy importante, el lugar donde se veían los videoclips antes de la aparición de YouTube. En ese entonces la ciudad era otra cosa. “Yo al principio tomé a Miami como una puerta de entrada”, recuerda el escritor, que no planeaba quedarse a vivir allí.
-¿Cómo definirías a Miami?
Es una ciudad que cambia cada 15 años, es muy camaleónica. A principios del siglo pasado era un pueblito donde no llegaba el tren. La ciudad empezó a cambiar cuando lograron que el tren llegara. En la Segunda Guerra Mundial empezó a crecer con pequeños hoteles para los soldados. Después la guerra terminó y en un momento empezaron a construir hoteles de lujo, empezó a venir (Frank) Sinatra que tenía una suite todo el año en Fontainebleau, se transformó en otro tipo de turismo.
-¿Y después?
-Luego se convirtió en un Miami peligroso cuando fue la puerta de entrada a la cocaína que venía de Sudamérica. En 1980 fue la ola migratoria conocida como “el Éxodo del Mariel”, cuando (Fidel) Castro dejó salir gente y llegaron en barcos más de 100.000 cubanos. Miami crece en los noventa y en los 2000 empiezan estas oleadas migratorias de latinoamericanos profesionales, muchos inversionistas. Es un poco el Miami que hay hoy. Con la pandemia y las inversiones inmobiliarias se está volviendo gringa de vuelta. También el arte se volvió muy importante en Miami y esto está presente en el guión. Con Art Basel, una feria muy conocida a nivel global, la ciudad explota arte en todos lados.
-“Íntimamente tenía el morbo de empezar de cero. Reinventarme lejos”, escribe el narrador. ¿Esta idea de reinvención atraviesa la novela?
-Junto con mi amigo Pedro Medina León, escritor y director de Suburbano Ediciones, nos interesa mucho como grupo la historia de la ciudad y su identidad. Él es uno de los cultores del realismo sucio y policial acá en Miami. Yo había leído un libro que se llama Fool’s Paradise y conversaba con Pedro sobre esta ciudad que se reinventa cada 15 años. Eso en paralelo sucedió con mi llegada acá y también lo he observado en otra gente. Es raro no tener referencias. Mucha gente se reinventa porque no tiene esas referencias. Muchas veces es mentira pero muchas veces termina conquistando eso que en algún momento fue una ficción. Miami está lleno de reinvenciones. Es muy interesante. Gente que viene con una idea y termina conquistando otra cima de la que vino inicialmente a conquistar.
-¿Cuál es el lugar de la literatura latinoamericana escrita en Miami?
-Hay una académica de Massachusetts (la profesora venezolana Naida Saavedra) que habla del “New Latino Boom”. Hay un surgimiento de varias editoriales chicas independientes pero todavía es algo marginal. Hay una gran cantidad de autores latinoamericanos que viven en Estados Unidos. La Feria del Libro de Miami creció mucho y también nuevos medios digitales que crecieron alrededor de estas nuevas editoriales y autores. Es muy incipiente pero está empezando a haber tránsito.
El “New Latino Boom” es el término que creó la académica venezolana Naida Saavedra para referirse a este movimiento de literatura escrita y publicada en español en Estados Unidos durante las primeras décadas del siglo XXI. Para Saavedra, que tiene un doctorado en Literatura Latinoamericana en la Florida State University, esta explosión de literatura en español en territorio estadounidense no involucra solo a escritores y editoriales sino también a librerías, centros culturales y universidades. La investigadora se enfoca en las ciudades de Nueva York, Chicago y Miami. Enmarcado en este movimiento es que aparece Neurosis Miami de Gastón Virkel.
-¿Cómo fue que elegiste escribir en español con varias palabras en inglés?
-Esta novela tenía que ser escrita en español. Es el habla que tenemos en Miami. Hay algo que dice el personaje que también es una declaración de principios del autor y también de la literatura en español en Estados Unidos: no hay itálicas, no son interjecciones en otro idioma en español, ese es el español de Miami. No tiene nada que ver con la clase social ni con la educación, así habla la población latina de Miami.
-¿Cuáles son tus libros preferidos? ¿Qué escritores argentinos contemporáneos te gustan?
Tengo autores a los que siempre vuelvo. Algo de ellos que no había leído antes o muy esporádicamente, algún título que quiero repasar. Philip Roth, Borges, Freud, Aira, Piglia, Selva Almada, Carrère, Houellebecq, Silvina Ocampo, Vila-Matas. Los rusos. De los argentinos me gustan Piglia, Selva Almada, Fogwill, Mariana Enríquez, Las malas de Camila Sosa Villada es una genialidad, lo mismo Las aventuras de la china Iron de Gabriela Cabezón Cámara. La librería del mal salvaje, de Vera Álvarez, una historia de un librero argentino de Miami, obsesionado con nuestra literatura. Hace poco conocí a Valeria Correa Fiz, recomendaría todos sus cuentos. Cuando quiero una pausa de los libros de ficción, suelo elegir algo de Leila Guerriero. Podría seguir un buen rato así. Mis lecturas son caóticas, mi repaso, también.
Así empieza “Neurosis Miami”
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Placa negra, letras blancas: contaré la historia de un impostor que se mudó a una ciudad decadente, una playa frívola y violenta que se reinventó imitando a una serie de televisión de los ochenta. Reader discretion advised.
Me llamo Boris Finkelstein, la ciudad en cuestión es Miami, la serie de los ochenta hace referencia a Miami Vice. Listo. Se acabó el misterio. No quería contar esta historia con ese tono. Tampoco con el de una redención. Hubo un intento de reinventarme porque Miami invita a jugar con el deseo. Si lo logré o fracasé, no estoy seguro. Habrá que llegar a la última página para saberlo. Mi opinión personal: esta historia se acerca más a una metamorfosis kafkiana. Un día me levanté después de un sueño intranquilo y me había convertido en algo mostruoso.
Dos noches antes del viaje organicé una fiesta de despedida en un boliche en la zona de Recoleta. A unas cuadras de la casa que perteneció a Jorge Luis Borges, el padre de mi patria literaria. Fue muy emotiva, muchos amigos pasaron a saludarme, y hasta disfruté el rol de centro de la fiesta.
Lo que me persiguió de aquella noche tiene que ver con una morocha de ojos azules y curvas no tan sutiles. No del tipo anoréxica porteña sino de circunferencias casi caribeñas, un guiño al futuro inmediato. No exagero si afirmo una de las mujeres más llamativas que se han dignado a elegirme.
Mientras hablaba con los invitados y los ponía al tanto de los detalles de mi mudanza, sin mucha expectativa fui forjando una charla seductora, y fui correspondido. A ver: yo suelo decir -mitad en broma y mitad en broma que esconde la verdad- que en el despertar sexual me quedé dormido. Debuté tarde, mis conquistas me costaban más de la cuenta. La relación más duradera alcanzó raspando los dos años y con muchas idas y vueltas.
Tal vez, ser tan pálido y pelirrojo en un país como Argentina no ayude. Llamamos demasiado la atención; si no se respalda con personalidad, pasamos a ocupar rápidamente el rol de freak, de outsider o chivo expiatorio. Algunos se tocan el huevo izquierdo para desactivar la “mala suerte” de cruzarse con un colorado.
Quiero decir que si después de veintiséis años de remar contra la corriente, la chica más linda del mundo te llega dos días antes de dejar el país, parece un cuestionamiento. Para un storyteller que piensa en progresiones dramáticas, una mala señal. Te estás marchando pero -arriesgo-: no necesitás cruzar el mundo para alcanzar tus sueños. Acá tenés todo lo que necesitás. El amor está a la vuelta de la esquina. Simple, cursi, devastador.
Quién es Gastón Virkel
♦ Nació en Argentina y se formó como publicista y psicólogo.
♦ Es escritor y entre su slibros se cuentan Maldito Lasticön, Cuentos atravesados y Neurosis Miami.
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