Claire North, seudónimo de la escritora británica Catherine Webb, ha iniciado con Ítaca (Vidis Histórica, 2023), una saga de novelas de ficción histórica titulada Las canciones de Penélope.
Ítaca es la historia de Penélope, la esposa de Ulises (Odiseo), que ha esperado en la isla homónima a que su marido regrese de la Guerra de Troya durante unos dieciocho años. Ella es la reina de Ítaca, pero en realidad no es la gobernante de la isla, tampoco lo es su hijo, Telémaco.
Sus pretendientes aspiran a ocupar el trono de Odiseo, pero Penélope no quiere volver a casarse. No sabe si Ulises continúa con vida y, al mismo tiempo, tiene miedo de que algunos de sus pretendientes inicien una guerra civil y se degüellen entre ellos, a Telémaco o a ella misma una vez que tengan acceso al trono.
Penélope teje durante el día y desteje a la noche un sudario funerario, supuestamente para su suegro Laertes. Y así mantiene a raya a sus pretendientes.
Ítaca es una isla de mujeres, niños y ancianos; todos los hombres elegibles para el trono y para la lucha han zarpado rumbo a Troya. Los héroes griegos partieron en busca de la reina de Esparta, Helena, esposa del rey Menelao y, de paso, de un enorme botín en oro, plata y piedras preciosas -esto último dicho, claro, con mucha ironía-.
North habla de las diosas como si fueran seres de carne y hueso y, al mismo tiempo, trata de encontrar una explicación creíble a las historias antiguas que han contado los poetas y los autores de las tragedias. Ella muestra la historia antigua desde el punto de vista de las mujeres quienes, en aquellas épocas, eran poco más que un mueble o una joya valiosa de la que presumir. Un objeto de lujo y no mucho más.
En el libro de North se mencionan personajes de la antigüedad griega que aparecen en la Ilíada y la Odisea, relatos épicos de Homero, y en las obras teatrales de Sófocles, Eurípides y Esquilo. Agamenón y su hermano Menelao, Helena y su hermana Clitemnestra, Orestes, Electra, Telémaco (hijo de Penélope y Ulises, llamado Odiseo en la novela). Todos se encuentran en estas páginas. Sin embargo, al tratar de gerenciar tantas líneas narrativas con esa cantidad de personajes, resulta un tanto difícil para el lector desenredar un entramado así de complejo.
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Hacia mediados de la trama, que se centra en la invasión de piratas a la isla de Ítaca y el complejo vínculo entre Penélope y su hijo Telémaco, de pronto la narración hace un viraje hacia la muerte de Agamenón en manos de su esposa Clitemnestra y el desembarco en la isla de Orestes y Electra en busca de su madre, obsesionados con la idea de vengarse de ella para hacerse del trono de Micenas.
Una parte de la historia ha sido tomada de Homero y de los autores de la tragedia griega, y otra, surge de la imaginación de la autora. Por lo tanto, se trata de un thriller mitológico más que de una novela histórica basada en hechos reales. North crea una épica de mujeres y jóvenes que han quedado atrás en la historia y buscan su lugar en el mundo, un motivo para vivir y una forma de reivindicarse. También es un mito basado en muchos otros, un entramado griego lleno de suspenso. Una intriga en la que la autora se encarga de dejar un gancho para la próxima entrega de la saga.
En este cúmulo de personajes de la antigüedad griega no podían faltar las diosas: Hera, la protectora del hogar y de las mujeres casadas, es la narradora de la historia y protectora de Penélope y su familia; Artemisa, la diosa de la caza, dirige a las mujeres hasta la cueva donde “cazarán” a los piratas que desembarcaron en la isla para robar sus tesoros, y Atenea, la diosa de la guerra y la sabiduría, es la que está más desdibujada en Ítaca ya que han quedado pocos guerreros que le rindan pleitesía.
A pesar de los aspectos de acción y aventura de su trama, Ítaca es un recuento lento y contemplativo, con largas descripciones minuciosas y comentarios sarcásticos por parte de Hera, la narradora y reina del Olimpo. Hera lo sabe y lo ve todo. Sabe todo lo que los personajes femeninos y masculinos ocultan en sus mentes y corazones. Describe la angustia de su protegida Penélope como una madre que sabe que está perdiendo influencia sobre su único hijo. Pero ninguna de las diosas revela a Electra y Orestes el lugar exacto del escondite de su madre, Clitemnestra, uno de los asuntos sin resolver que la trama ofrece.
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Las diosas participan del relato como un personaje más. Hablan y discuten entre ellas, como si se tratara de la realizadora, la guionista y la directora de fotografía de un filme sobre mitología antigua. Entendemos que las discusiones entre las diosas -en su mayoría deidades femeninas- allá arriba, reflejan los mismos conflictos, pero entre humanos, aquí abajo. De hecho, sí, ellas lo dirigen todo hasta que llegan las Furias, las diosas de la venganza, y veremos, en el próximo libro de esta saga, qué función cumplen en todo este entramado.
Así arriba como abajo. El macro y el microcosmos. Está claro que North ha estudiado la mitología griega de principio a fin, lo cual provoca admiración y agradecimiento en el lector. Admiración por la memoria y la inteligencia de la escritora, agradecimiento por hacernos recordar lo que sabemos, aprender lo que no sabemos e imaginar lo que no aparece en ningún libro de historia. Después de todo la historia también es un mito, aunque se apoye en ruinas arqueológicas y en documentación.
Es un secreto a voces que las novelas históricas, basadas en la mitología griega, están pasando por un momento de auge. La canción de Aquiles de Madeline Miller, publicada en 2011, fue uno de los libros más comentados en TikTok. En los últimos años han sido publicadas novelas que se centran en las mujeres olvidadas dentro de estas mitologías. Incluidas en este género podemos encontrar a escritoras como Pat Barker, Natalie Haynes, Jennifer Saint y Sherrilyn Kenyon.
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Muchas escritoras del siglo XXI están intentando reivindicar a las mujeres griegas que han quedado solas mientras sus esposos se han embarcado rumbo a la guerra en busca de todo tipo de riquezas de las que podrían haber prescindido muy fácilmente. Pero la paz era una palabra que no encajaba en el vocabulario de los guerreros de Micenas, Esparta y las islas desoladas del oeste, archipiélago al que Ítaca pertenece.
La historia de Ítaca habla de las mujeres que se muestran desafiantes, valientes e ingeniosas en un mundo gobernado por hombres mezquinos, embrutecidos y despiadados. Las mujeres cuentan su historia a través de sus diosas.
Algunas figuras retóricas utilizadas en este libro
♦ Metáfora: “Los piratas llegan a la costa, pareciera que a sus naves les crecen las alas de Hermes y vuelan, vuelan a través del agua.” (pp. 8)
♦ Comparación y sinestesia: “Ya arremeten desde la orilla, no como soldados sino como lobos; rodean y amenazan a sus presas, aúllan y muestran los dientes bajo la luz suave de la luna.” (pp.8)
♦ Comparación: “O si pudieran caminar sobre las rocas afiladas que emergen de la tierra como dedos de cadáveres.” (pp.12)
♦ Anáfora: “No tiene nada tan precioso como su propia vida, así que corre, corre, corre hacia las montañas, corre como Atalanta resucitada.” (pp.10)
♦ Aliteración: “Uhu, uhu, ulula la lechuza, uhu, uhu, y no se le ocurre a mi hijastra que las mujeres de Ítaca merecen que les dedique algo de tiempo.” (pp. 196)
♦ Descripciones: describe a Fenera como una aldea “completamente retrógrada, un lugar miserable. (…) La isla de Ítaca protege la boca acuosa de Grecia como un diente partido; es poco más que un rasguño en el mar. Un par de piernas humanas fuertes podrían caminarla en un día, si soportaran avanzar con dificultad por el acechante bosque de árboles que parecen crecer solo lo necesario para su sombría supervivencia.” (pp. 12)
♦ Enumeraciones: “El mercado se extiende desde los muelles hasta las puertas del palacio. Aquí se puede comerciar con leña, piedras, cueros, cabras, ovejas, cerdos, patos, bronce, ámbar, plata, hojalata, pieles de animales tanto comunes como raros, frutas, hortalizas y, por supuesto, pescado.” (pp. 13)
♦ Personificación: habla de sí misma como si fuera una mujer de carne y hueso: “Escuchad mi voz: yo, que he sido despojada del honor, del poder y del fuego que deberían ser míos; yo, que no tengo nada para perder que no me hayan quitado ya los poetas, solo yo os contaré la verdad. Yo, que puedo correr el velo del tiempo, os contaré las historias que solo las mujeres pueden contar”. (pp.12)
♦ Hipérbole: “Algún día sus hombros se ensancharán y sus muslos serán como garrotes de gigante, pero por el momento es todavía un muchacho que se esfuerza por tener un poco de barba.” (pp.21)
♦ Metonimia es la designación de la parte por el todo, como mencionar la vela en lugar de la nave: “Menelao estará en camino desde Esparta, con sus velas color carmesí.” (pp.81)
Quién es Claire North
♦ Nació en el Reino Unido en 1986.
♦ Es el seudónimo de Catherine Webb, quien ha escrito varias novelas de distintos géneros antes de publicar su primer libro importante bajo este seudónimo, Las primeras quince vidas de Harry August.
♦ Aclamada por la crítica, la novela se convirtió en un éxito de ventas de boca en boca. Desde entonces ha publicado varias novelas muy apreciadas tanto por los lectores como por la crítica internacional.
♦ Ha sido galardonada con el World Fantasy Award y el John W. Campbell Memorial Award, y fue preseleccionada para el Arthur C. Clarke Award y el Philip K. Dick Award.
♦ Ítaca es su primera novela histórica.
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