Vendió más de un millón de libros y la elogió Stephen King: qué tiene “La camarera” que nos gusta tanto

En la novela policial de la editora y escritora canadiense Nita Prose el lector se convierte en detective junto al personaje principal, que posee habilidades sociales distintas. Todo empezó cuando abrió la puerta de su habitación en el hotel y encontró a la mucama.

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La editora y escritora canadiense
La editora y escritora canadiense presenta su primera novela, "La camarera", en la que da un giro al género policial y presenta un personaje con neurodivergencia.

Las páginas más leídas de la historia, después de la Biblia y Shakespeare, son las de novelas policiales y llevan una inconfundible firma: Ágatha Christie. La escritora británica se coronó como la “reina del crimen” gracias a sus grandes clásicos como Diez negritos ― del que vendió más de cien millones de ejemplares―, Muerte en el Nilo y Asesinato en el Orient Express, con un estilo inconfundible y personajes únicos como el detective Hercules Poirot y Miss Marple. Christie abrió, junto a otros célebres escritores del género, un camino a otros que vinieron después.

Nita Prose decidió transitar ese camino con su primera novela, La camarera, editada por Editorial Duomo, pero invirtiendo el concepto de novela policíaca convencional. Prose cuenta con una vasta trayectoria en el mundo de los libros: es editora, escritora (fue ghostwriter de numerosos libros), vicepresidenta y directora editorial de Simon & Schuster Canadá. Su experiencia en el sector editorial comenzó fotocopiando manuscritos y espiando las conversaciones entre editores y autores hasta ahora, que debuta con su firma en una novela de misterio. Y sorprende.

La camarera se convirtió rápidamente en best-seller de The New York Times y The Sunday Times, además de ser el ganador del Premio Goodreads al Mejor Libro de Misterio en 2022. Ya fue publicada en 40 países y vendió más de un millón de ejemplares, incluso el maestro del terror, Stephen King dijo que el libro tiene “Una heroína inolvidable, la más interesante y adorable que me he encontrado en mucho tiempo.” ¿Qué tiene entonces esta novela que gusta tanto?

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El libro presenta a Molly, un personaje distinto. Se trata de la camarera de un hotel, aplicada, comprometida, profesional, socialmente torpe (podría pensarse en un personaje neurodivergente), cuya vida da un vuelco cuando encuentra a un huésped muerto en la cama del lujoso Regency Grand Hotel. Molly ve el mundo de modo simple, ingenuo, sin maldad y antes de que entienda lo que está pasando, su comportamiento inusual hace que la policía la señale como principal sospechosa del crimen. Así, se ve atrapada en una red de engaño de la que no sabe cómo salir y la obliga a convertirse en detective para limpiar su propio nombre y a entrar en un mundo que va más allá de lo aparente. ¿Qué sucede con la diferencia? Sobre eso también trata La camarera.

“Es un misterio de habitación cerrada”, define Prose en diálogo con Infobae Leamos, “pero también es una lectura edificante, en la que el misterio sólo puede resolverse a través de la conexión con el corazón humano”. También cuenta que la idea de La camarera surgió en un viaje de negocios a Londres en 2019, mientras se alojaba en un hotel de lujo.

“Abrí la puerta y sorprendí a la camarera que había venido a limpiarla. Recuerdo que jadeó y retrocedió un paso hacia un rincón sombrío. La asistenta me sostenía los pantalones de chándal que había dejado enredados en la cama”, cuenta Prose y sigue con el relato: “Y entonces me di cuenta de lo íntimo e invisible que es el trabajo de una asistenta. Por el simple hecho de limpiar mi habitación, día tras día, ella sabía mucho de mí. Pero, ¿qué sabía yo de ella?”. En el avión de regreso, Prose tomó una servilleta de debajo de su bebida y escribió el prólogo de un tirón.

Con todo esto se construye La camarera, con cuya autora conversó Infobae Leamos.

El género policial, uno de
El género policial, uno de los más leídos del mundo.

Al leer La camarera da la sensación de que Molly es un personaje neurodivergente, ¿por qué incluir un personaje así en el libro? ¿Responde a la época?

―Molly tiene problemas con las señales sociales y a veces malinterpreta las intenciones de la gente, pero para mí era sumamente importante que no se la etiquetara desde el principio. Este es un libro sobre lo que significa ser igual que los demás y, sin embargo, completamente diferente. Me preocupaba que si si etiquetaba a Molly, los lectores se centrarían en su diferencia, la verían como “otra” y, por tanto, se perderían la parte más importante: cómo es Molly. Molly es igual a todos nosotros.

―Vivimos una época de etiquetas

―Antes de ser editora, trabajé durante un tiempo enseñando a alumnos de secundaria con necesidades especiales. Así que muchos de los adolescentes con los que trabajé venían etiquetados, etiquetas que recordaban a los educadores que debían guiar con empatía e individualizar su trabajo. con empatía e individualizar sus enfoques pedagógicos. Pero en el mundo real, nadie tiene en la frente una etiqueta que anuncie lo que es y lo que no es. Y, sin embargo, tan a menudo la gente olfatea diferencia y, ante ella, optan por presentar su peor yo. Cuando llevaba a mis alumnos de excursión al “mundo real”, a menudo veía la crueldad casual a la que les sometía la llamada gente corriente. Sin embargo, esto tenía su lado positivo.

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―¿Cuál?

―Fui testigo de cómo mis alumnos eran más fuertes, más resistentes, más empáticos y más adaptables que la mayoría de la “gente corriente”. En otras palabras, les vi comportarse con una valentía extraordinaria. En cierto modo, creo que doté a Molly de las características que más respetaba en mis antiguos alumnos. Espero que los lectores descubran a lo largo de la novela que las diferencias de Molly son en realidad sus mayores fortalezas.

Una ilustración del "Día Mundial
Una ilustración del "Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.

―En la novela hay una indagación sobre la frivolidad en contraposición a lo “invisible” y lo oculto y una cierta idea del prejuicio, ¿lo ve así?

―Molly, como camarera en un hotel, está a la vista de todos, pero a menudo se la trata como si fuera invisible. Creo que después de los últimos tres años y la pandemia, nos estamos dando cuenta de que las personas del sector de servicios son esenciales para el funcionamiento de la sociedad, pero su trabajo a menudo se ve menoscabado o simplemente pasa desapercibido. Quería que el lector viviera esa experiencia de invisibilidad a través de Molly.

La inmigración ilegal y las drogas son algunos de los grandes temas de esta época, ¿de algún modo quería hablar de esto?

―Mi objetivo con esta novela es que el lector se adentre en lo que supone que es una acogedora novela de misterio y descubra a medida que lee que, en realidad, hay mucho más que una mera “recauchutada” del género negro clásico. Aunque la novela tiene un motor de “quién lo hizo”, lo utilizo para explorar temas contemporáneos de explotación en el mundo que nos rodea.

La camarera es su primera novela y recurre al género policial para hacerlo, ¿qué narra sobre nuestra sociedad el policial en la actualidad?

― Le doy la vuelta al concepto de novela policíaca. En una novela policíaca convencional, el detective (como Sherlock Holmes) entra en una habitación, detecta todos los problemas y sólo entonces el lector comprende todas las pistas que se le pasaron por alto. En La camarera, la protagonista entra en una habitación y pasa por alto todas las pistas; es el lector quien debe hacer de detective, captando lo que ella no ve. Era mi forma de encontrar originalidad y frescura en un género en el que tantos grandes escritores han escrito brillantes clásicos.

Ágatha Christie, la reina de
Ágatha Christie, la reina de la novela negra y escritora de numerosos clásicos del género.

Así empieza “La camarera” (Fragmento)

Capítulo 1

Soy muy consciente de que mi nombre es ridículo. No era ridículo antes de que aceptara este trabajo, hace cuatro años. Soy camarera de piso en el hotel Regency Grand y mi nombre es Molly. Molly Maid. Menuda broma. Antes de que aceptara el trabajo, Molly era solo un nombre que me había dado mi distante madre, la cual me abandonó hace tanto tiempo que ni siquiera albergo recuerdos de ella; solo unas pocas fotos y las historias que Gran me ha contado. Ella me contó que mi madre pensaba que Molly era un nombre bonito, que le recordaba a mofletes y coletas. Da la casualidad de que no tengo nada de eso.

Mi pelo es bastante común: una melenita corta bien marcada y de tono oscuro. Me lo peino con la raya en medio, exactamente en medio. Y lo llevo siempre liso. Me gustan las cosas sencillas y limpias. Tengo los pómulos marcados y una piel pálida que hace que la gente se maraville, a saber por qué. Soy tan blanca como las sábanas que quito y pongo una y otra vez, durante todo el día, en las veintitantas habitaciones que preparo para los apreciados huéspedes del Regency Grand, un exclusivo hotel boutique de cinco estrellas que se enorgullece de ofrecer «sofisticada elegancia y la etiqueta apropiada para los tiempos que corren».

Nita Prose.
Nita Prose.

Nunca pensé que acabaría ejerciendo tan noble trabajo en un hotel de categoría. Sé que hay gente que piensa lo contrario, que ser camarera es ser una doña nadie. Sé que se supone que todos debemos aspirar a convertirnos en doctores, abogados o ricos magnates del negocio inmobiliario. Pero yo no. Estoy tan agradecida por mi trabajo que cada día tengo que pellizcarme. En serio. Y más ahora, sin Gran. Sin ella, la casa ya no es igual. Es como si todos los colores del apartamento que compartíamos se hubiesen desteñido. Sin embargo, en el preciso momento en que entro en el Regency Grand, el mundo vuelve a ser en tecnicolor.

En cuanto apoyo la mano en la lustrosa barandilla de latón y subo los peldaños escarlatas que conducen al majestuoso pórtico del hotel, soy Dorothy adentrándose en Oz. Empujo las relucientes puertas giratorias y me veo a mí misma, a mi verdadero yo, reflejada en el cristal; el pelo negro y la palidez son omnipresentes, pero un rubor regresa a mis mejillas al recuperar mi razón de ser.

Quién es Nita Prose

♦ Nació en Ontario, Canadá, en 1972.

♦ Se graduó de Filología inglesa y Arte dramático por la Universidad de Toronto. También estudió Publicidad en la Ryerson University.

♦ Es escritora y editora y, actualmente, se desempeña como vicepresidenta y directora editorial de Simon & Schuster Canadá.

La camarera es su primera novela.

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