Viviana Rivero sabe qué es llegar a los lectores. Escritora de novela histórica y romántica, la autora argentina es una de las más leídas de la actualidad. Entre sus autores admirados está la chilena Isabel Allende: cuando le pedimos que eligiera un cuento para leerlo y grabarlo, optó por El pequeño Heidelberg, de esta autora, que se puede escuchar clickeando acá.
Ahora, la autora define lo mejor de Isabel Allende. Aquí, su texto.
“Les molesta que venda tantos libros”, por Viviana Rivero
Siempre digo que una de las características comunes a todos los escritores es que somos grandes observadores de la realidad, tanto del entorno más cercano, como es nuestra casa, nuestro barrio, o la ciudad; y de un nivel macro: el país, el mundo y hasta la Historia que nos muestran los libros y nos cuentan las personas que la vivieron.
Allí estamos los escritores mirándolo y escuchándolo todo, a veces con ojos y oídos atónitos, otras con la mirada complacida, o triste, según sean las escenas y las frases que escuchamos. Todas las experiencias van marcando nuestro interior hasta que nos sentimos listos para volcarlas a las letras, ya sea en un argumento entreverado o en una novela de un solo personaje.
Y si es real que el escritor es un observador entonces estoy segura de que Isabel Allende es una de las mejores observadoras. Los numerosos detalles y cientos de ideas de sus historias me dan la certeza de que ella mira -y mucho- antes de escribir. Mira y escucha. Puedo imaginármela aguzando los sentidos, con los ojos atentos cual detective, incluso percibiendo sentimientos y emociones, para así después dar a luz los pensamientos que alumbran sus libros y sus conferencias.
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Puede gustar o no su escritura, pero hay algo indiscutible: Allende alcanzó un logro único. ¿Cuál? Sus libros han sido traducidos a 42 idiomas, ha vendido 75 millones de ejemplares y muchos de ellos han sido llevado a la pantalla. Es decir, despierta pasión en multitudes.
Llego, entonces, a la primera conclusión: a mucha gente le gusta la manera que tiene la best-seller chilena de observar y volcar en palabras lo que ve sobre este loco mundo en que vivimos los seres humanos. Gran cantidad de personas en el planeta se identifican con lo que ella “aprehende” y creo que por eso sus libros se leen tanto. Estoy segura y lo digo sin empacho: si ciertos premios literarios se le han negado a Isabel Allende ha sido porque a algunos literatos que gobiernan sectores de la literatura les molesta que venda tantos libros.
En su vivir diario puedo imaginármela observando con paciencia para luego poner en palabras escritas esas escenas, los sentimientos que descubre y ese tipo de detalles que la han hecho famosa (y que nos encantan).
A la sabiduría que ha adquirido de la observación, se le ha sumado la que produce el tiempo que ha vivido. Allende tiene ochenta años y ha dicho: “Hoy tengo tiempo de sobra y, por primera vez, nadie espera nada de mí. No tengo que probar nada, no estoy corriendo por todas partes, cada día es un regalo que disfruto al máximo”.
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Por lo que sabemos, Allende ha vivido sus años intensamente. No solo ha logrado grandes éxitos en su carrera, también ha vivido grandes y apasionados amores, ha sido madre de dos hijos, y ha sufrido la pérdida de uno de ellos: Paula.
Así, Allende nos ha dejado lo que llamo “los top de observaciones sobre la vida”. Algunos los encontramos en sus libros, otros los ha dicho en conferencias o entrevistas. Aquí van y les anticipo: no tienen desperdicio.
Los “secretos bien guardados” de Allende
Top Uno: ”La felicidad no es exuberante, ni bulliciosa como el placer o la alegría, es silenciosa, tranquila suave, es como un estado interno de satisfacción que empieza por amarse a sí mismo.”
Les juro ―y no es porque hoy me tocó escribir sobre ella― que mi definición de felicidad siempre ha sido sinónimo de “paz”. Creo que Allende nos ha querido decir, simple y llanamente: “quedate quietito y escuchate, querete, perdonate y allí, en ese pacífico regocijo interior, plagado de pequeños momentos, como tener una taza de café entre las manos, vas a encontrar la felicidad”.
Por lo menos así, tomando café frente a su computadora a punto de comenzar un libro, me la imagino a ella, sintiéndose plena. Llego a la primera conclusión: somos más felices de lo que creemos. De esos momentos hay muchos.
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Top dos: “El miedo es inevitable, tengo que aceptarlo, pero no puedo permitir que me paralice”.
¿Acaso es ese miedo el que vivió Isabel cuando supo que la enfermedad que sufría su hija Paula se la arrancaría para siempre de su lado? ¿O es el que sintió cuando tuvo que abandonar todo y marcharse de Chile por el golpe militar para exiliarse en otro país?
Concluyo: Desmitifiquemos el miedo, todos tenemos miedo. ¿Y qué? La vida sigue.
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Top tres: ”La felicidad que se vive deriva del amor que se da y más tarde ese amor será la felicidad de uno mismo”.
¿Allende hablará del amor que ha puesto en su vocación o se referirá al amor que les ha brindado a los hombres de su vida? ¿O a los dos amores juntos? Ella está segura que parte de la felicidad proviene de dar amor y yo le creo.
Top cuatro: “Las experiencias de hoy son los recuerdos del mañana”.
¿Será por eso que ella ha vivido intensamente y que hizo las elecciones que hizo? ¿Será esa la razón por la que siempre se reunió con sus amigas una vez a la semana? Para reír ahora de las locuras que hizo esos días con ellas. Reconozco que esta frase me ha hecho pensar en cuidar un poco más las experiencias que vivo cada día. Quiero que, en unos años, cuando sea viejita, mis recuerdos me alegren y no que me entristezcan.
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Top cinco: ”Siempre estoy dispuesta a abrir mi vida y mi corazón, porque no es la verdad expuesta lo que nos hace vulnerables sino los secretos que guardamos”
En más de una ocasión Allende ha contado al mundo intimidades de su propia existencia, como sucede en el libro Paula en donde relató detalles de la muerte de su hija, de sus relaciones de pareja, y hasta se atrevió a contar que a los ocho años fue abusada por un hombre en la playa.
Una cuestión más, que me sumerge en una disyuntiva respecto a la vida privada. ¿Es bueno o malo mostrar nuestras intimidades al mundo? ¿De qué bando estás? ¿Del de Allende?
Estemos o no de acuerdo con “los top de observaciones de vida” de la escritora chilena, sus dichos me gustan porque nos hacen pensar, nos sacan de los caminitos repletos de apuros y urgencias en los que vivimos cada día. Nos hacen pensar en lo importante y no en lo urgente. Nos llevan observar, y eso ya es mucho.
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