Si supieras que la verdad puede cambiarte para siempre, ¿hasta dónde llegarías?
Eva Bruhns, la protagonista de la novela de Annette Hess, es traductora de polaco y vive con sus padres, sus hermanos y un perro llamado Purzel. En la planta baja de la casa, tienen un restaurante: La casa alemana. Eva, además, tiene un novio, Jurgen, muy celoso y bastante machista que no quiere que trabaje. Hasta lo pone como condición para casarse con ella.
Lo cierto es que un buen día, la placida existencia de Eva da un giro explosivo cuando es elegida para colaborar como intérprete durante el primer juicio de Auschwitz, realizado en Frankfurt en 1963. Un proceso que cambió no solo su propia vida sino también a todo un país. En medio de un domingo de adviento, su jefe la llama por teléfono y le pide que vaya a la fiscalía urgente. “¿Hola? ¿Señor Korting? Sí, sí. ¿Cuándo? Bueno, ahora mismo salgo para allá”. Eva ni se imaginaba lo que estaba por venir.
Es magistral la manera en que Hess maneja la intriga y el suspenso en la historia. Casi que no la ves venir. Y Eva, menos. Sin quererlo y de buenas a primeras, la protagonista se ve en medio de un juicio histórico, en una sala llena de homicidas (21 oficiales de la SS) que dicen ser inocentes, ante los ojos como huevos de un pobrecito polaco que asegura lo contrario y que apenas puede con su alma. “Señor Gabor, se lo ruego, vuelva a contarnos lo que sucedió el 23 de septiembre de 1941″. “¿Está usted segura que ha entendido bien, Eva?”.
Al principio, esta joven traductora alemana no entendía nada. Confundía las palabras y tenía que chequear en el diccionario. No quería creer lo que estaba escuchando. “Lo siento. He traducido algunas cosas mal. Lo que en realidad dijo el testigo es: encontramos a casi todos los 850 prisioneros asfixiados por el gas. (…) En el campo de concentración, otro prisionero me señaló una columna de humo que se distinguía en el horizonte. Me dijo: mira, tu mujer y tu hijo están subiendo al cielo”. Terrorífico.
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Luego de las declaraciones, ya nada fue igual. Hasta perdió el conocimiento durante una de las largas y asfixiantes sesiones del juicio. Cada día que pasaba era peor que el anterior. Y con cada traducción, fue descubriendo el horror de lo que pasó en los campos de exterminio nazis, algo de lo que no le habían hablado jamás. Ahora nadie estaba a salvo. Y lo supo pocos días después, durante la declaración de uno de los 274 testigos.
“Anna Masur se levantó la manga. Después le mostró el antebrazo a Eva, para que pudiese ver el número y decirlo. (…) Cuando fue apareciendo cifra a cifra bajo la manga, a Eva la asaltó una sensación intensa, desde lo más profundo de su estómago: Yo ya he visto esto. Y en ese mismo momento lo supo: eso había sucedido.” Por primera vez en toda su vida, Eva se daba cuenta- en medio de las náuseas- que lo que decían los testigos no era un invento. Ella había estado ahí pero no recordaba bien. Y lo peor: su familia tenía algo que ver con ese pasado oculto.
La ingenua e inocente intérprete, presa de la angustia y la desolación por su destino, descubre el secreto más atroz de la familia Bruhns: Ludwig -su papá- había sido cocinero en el comedor de oficiales de Awuschitz. Su padre, el dueño del restaurante de la calle Bergen, al que todos conocían y saludaban como si nada, les había preparado la comida a esos monstruos asesinos, todos los días, durante 4 años.
La casa alemana, escrita por la periodista y guionista de televisión y cine Annette Hess, es la primera novela de su carrera. Ambientada en los juicios de Núremberg, la obra quiere reflejar la visión de los propios alemanes acerca de los campos de concentración y muerte. Nos habla de la culpa y del perdón. De la necesidad de disculparse con el mundo por semejante atrocidad. Escribe contra el olvido y para que se sepa.
Es una lectura atrapante que ofrece el plus del contexto y de los datos históricos de un momento clave para la humanidad. Nos cuenta la historia de una chica alemana, que de un día para el otro descubre que hay una historia que nunca le han contado, de la cual ella y toda su familia fueron parte. La casa alemana revela que aun los que no estuvieron involucrados en ningún tipo de crimen, se sienten responsables por los hechos aberrantes perpetrados por sus compatriotas durante el nazismo.
“Papá, ¿qué se sentía dando de comer a los asesinos?, le pregunta Eva a su padre”. ¿El resto? Descubrilo vos.
Quién es Annette Hess
♦ Nació en Hannover, Alemania, en 1967.
♦ Es periodista, asistente de televisión y guionista de series como Weissensee y Ku’damm 56/59.
♦ Recibió galardones como el premio Grimme y el premio de la Televisión Alemana.
♦ La casa alemana es su primera novela.
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