Celebración en un espacio que une literatura y botellas: “No hay nada que nos guste más que las amigas, los vinos y los libros”

La amistad está tejida de historias. Y esas historias vienen cargadas de emociones, recuerdos, risas, lágrimas y aromas. Como un bordado sutil, delicado y resistente, se urde con palabras y con la memoria de los sentidos. Para hacer honor a la amistad entre mujeres y a propósito del Día del Amigo, la flamante librería “Te Llamaré Viernes” ofreció un encuentro especial: una cata de amigas con la lectura de cinco libros con historias sobre la amistad.

“No hay nada que nos guste más que las amigas, los vinos y los libros”, dijo una de las mujeres que participó de la reunión. A Paola Lucantis y Paulina Cossi, socias y dueñas de la librería, también. Su amistad es la base del nuevo espacio cultural en el corazón del barrio de Belgrano.

El nombre de la librería resuena en el imaginario lector. Te Llamaré Viernes es el título de la segunda novela de Almudena Grandes, en la que narra una conmovedora historia de amor entre dos personajes que intentan sobrevivir en medio de una abrumadora soledad y, también, un gran regalo por parte de la escritora española antes de fallecer honrando esa amistad. La librería, entonces, tiene en sus primeros puntos tejidos con esta forma del amor entre mujeres como fundamento.

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Según cuentan Cossi y Lucantis, los cupos para la cata de amigas, guiada por Carolina López Bueno, se agotaron en dos horas. Desde las 19, doce amigas esperaban dentro de la librería conversando, riéndose y las copas empezaban a tintinear. La primera lectura del encuentro fue La amiga estupenda, de Elena Ferrante, a cargo de Cossi, mientras degustaban el Flora Rose, relacionado a la diosa romana de la fecundidad, a la primavera, las flores, los jardines. “El vino y el libro narran una historia de amistad donde todo nace y muere todo el tiempo, queriéndose y encontrándose, como el renacer”, dijo López Bueno.

¿Quién es Elena Ferrante? Ese fue el siguiente punto de la charla, llena de hipótesis y comentarios. “En la segunda copa pregunto de nuevo”, dijo una de las que mujeres que participó. El misterio también teje historias. ¿Acaso nunca escondimos algo a una amiga para que no nos rete? Un vaso de agua, quesos y bizcochitos gourmet y a seguir.

Panza de burro, de Andrea Abreu fue la segunda lectura. La novela tuvo un éxito comercial inesperado. Editada por Editorial Barrett, la novela cuenta la historia de dos amigas de diez años en un barrio extremadamente humilde, en la que destaca cómo se narra un pueblo, una clase, un dialecto, una jerga de Canarias. La historia maridó con un Chardonnay “Buscado vivo o muerto”. “Se trata de buscar y encontrar como en la adolescencia y quien pensó este vino buscó viñas viejas, difíciles de encontrar y por eso su nombre”, explicó López Bueno.

Y siguió: “La vid es una planta leal, se banca todas. Cuando se la planta toma años, se engrosa, aguanta, como la amistad”. Giraban la copa para oxigenar el vino, que respire. La volvieron a agitar, esta vez, para oler a fondo. Y quizá, alguno de esos aromas las conectó con esas tardes con amigas en el patio, salir a andar en bicicleta, jugar con la muñeca de trapo o simplemente charlar. Esos olores que nos devuelven una historia.

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La lectura siguió, los aplausos y los celulares para grabar las palabras que vendrían aparecieron: era el turno de Aurora Venturini y un fragmento de su libro Las amigas. “Sonó el timbre abrí la puerta y un turbillón de cabelleras rubias se derramó en el ambiente y de caras lindas y lo demás porque insurgentemente arrasaron las señoritas Fulvia y Flavia que yo no conocía aparceradas por Matilde que sí yo conocía. Me besaron ché qué tal y bueno pensé que las conocía”, comenzó Lucantis. Mientras, las amigas de la cata sonreían y escuchaban atentas a la vez que degustaban el “Tinto de la casa”.

Las amigas se publicó en 2021, la última de las novelas inéditas, que cierra la historia de Las primas. Lucantis también explicó que Venturini no usaba ni puntos ni comas y desde las participantes preguntaron por otro libro: Los rieles, una obra autobiográfica y se adelantó que en agosto se publicará por Tusquets la biografía de Venturini, Esa no soy yo, escrita por Liliana Viola.

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“La relación entre el libro y el vino se da porque en ambos se busca dar lo mejor como anfitrión”, dijo López Bueno y contó sobre la etiqueta del vino y la definió como una obra de arte. Lucantis contó más anécdotas: que por venganza la escritora escribía nombres mal, que hay más archivos inéditos que tienen sus secretarias y cómo Viola se convirtió en la heredera. Las palabras van tejiendo relaciones inesperadas, que necesitan de paciencia, aire y tiempo, como cualquier amistad y cualquier vino.

Y, luego, el plato fuerte: Las malas, de Camila Sosa Villada.

“Cuando una de nosotras se enfermaba nos enterábamos de inmediato. Una noche me contaron que la silicona inyectable con la que Lourdes había moldeado su cuerpo le había pasado al torrente sanguíneo. La debilidad de su cuerpo, por el sida, era la causa de ese horror. Esa silicona que le había dado pechos, le había redondeado las caderas, engrosado su boca y enaltecido sus pómulos, ahora había comenzado a correr tóxicamente por todo su cuerpo. [...] Ahora la hermandad travesti se puso en movimiento”, leyó Lucantis. “¡Ay, qué lindo”, dijo una chica que le cuenta a otra sobre la primera obra de teatro de Sosa Villada, Carnes tolendas.

Otra chica pide el libro para sacarle una foto a la tapa, mientras la fanática encubierta le cuenta a sus amigas: “esa mezcla me parece hipnótica” La mujer habla de una de las voces más potentes y premiadas de la literatura actual. La irrupción de Sosa Villada en el escenario literario fue como un rayo. Su voz, tan local como única sigue tejiendo historias que fascinan.

Mientras, las amigas degustaban un Cabernet Franc “Matías Riccitelli Guatallary”, “algo bien nuestro, bien autóctono, hecho en una zona donde todo es extremo. Es un vino muy luchado, como Camila y su novela”, agregó López Bueno. Otra mujer dijo en el otro rincón del espacio: “vaciaría toda la librería”. “Es una historia de mucha exigencia y de ser paciente”, definió la guía de la cata. Habló de la vid pero también podría ser de la amistad.

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La amistad vuelve en forma de bordado. Para terminar el encuentro, la lectura elegida fue Punto de cruz, de Jazmina Barrera. “Se trata de un encuentro de amigos en la vida adulta que habían sido muy amigas en la adolescencia”, anticipó Cossi. Y siguió: “Jazmina Barrera propone duelar esas amistades que fueron tan importantes en la vida y te hace preguntar: ‘¿Por qué fui su amiga?’, ‘¿Por qué me separé?’”.

“La amistad es el vínculo más desprejuiciado”, dijo otra de las participantes y recordó cómo el registro de las amistades de la infancia es una forma de aprender a vincularse. “Este libro es como el acto de bordar, es un libro de libros, que siempre te lleva a otro”, definió una de las amigas en la cata.

El Cabernet Sauvignon Zaha fue el vino elegido para cerrar el encuentro, su nombre significa ‘corazón’ en lengua huarpe y proviene de un viñedo que se llama Toko (sangre de la tierra). “El punto de cruz es como el pasito de borrachito”, dijo entre risas otra de las participantes, mientras otras revisaban libros de los estantes. Todas brindan y aplauden para finalizar el encuentro. Aunque formalmente todo terminaba allí, la cosa siguió.

Las charlas se desplegaron junto a la búsqueda de libros para seguir leyendo. También se tejieron los primeros puntos de una nueva amistad entre dos mujeres que no se conocían y descubrieron que tenían gustos parecidos y que, seguramente, se cruzarían en otros ámbitos. La amistad está tejida de historias y allí empezó una.

“Te Llamaré Viernes” ya había empezado a tejer su camino con las experiencias en el Viejo Hotel Ostende, ese entorno que respira literatura y que inspiró grandes obras como la joya literaria Los que aman, odian, de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo; o la estadía del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Principito, se basó en el paisaje desértico para escribir su novela más famosa. Allí comenzó a tejerse la red de libros y amistad. Ahora, en la librería de la calle La Pampa, a la venta de libros se le suman los vinos.

Desde su apertura ya pasaron destacadas personalidades de la cultura y la literatura como Camila Sosa Villada, Guillermo Martínez, Sergio Olguín, Eduardo Sacheri, Mauricio Kartún, Betina González, Florencia Canale, Santiago Craig, Ricardo Coler, Esther Cross, Hernán Ronsino, Canela, Nacho Iraola, Eugenia Zicavo, Mariana Travacio, Carolina Salvini, Javier Martínez, Luciana De Luca, Ana Wajszczuk y la lista sigue.

Ahora, la librería no solo ofrece un espacio de culto a la amistad. Entre talleres, charlas y distintas actividades culturales, se tejen nuevas historias, entre emociones, memoria y mucho cariño. La amistad está tejida de historias y ese recorrido es el que propusieron para celebrarla. Y lo seguirán haciendo.

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