La historia de una escritora lesbiana y pacifista que casi queda en el olvido: “Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba”

Gloria Fuertes García, hija de un conserje y una sirvienta que le prohibieron escribir, desarrolló, sin embargo, una de las carreras literarias más importantes de la literatura española del siglo XX

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Gloria Fuertes (Infobae)
Gloria Fuertes (Infobae)

Una de las escritoras más importantes de la literatura española del siglo XX es Gloria Fuertes García, una mujer que, a pesar de haber sido castigada de niña por pasar tiempo leyendo y escribiendo los que serían sus primeros cuentos, decidió desobedecer y tomar el camino de la literatura.

Nació en julio de 1917 y murió en noviembre de 1998 en la mismaciudad, Madrid. Consolidó una brillante carrera como escritora de literatura infantil, pero también brilló con una poesía que se alejaba de la sumisión que una mujer de su época tenía como condena, por el contrario, buscaba que tuvieran el derecho de leer, escribir y desarrollar una profesión.

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Revisar su infancia es descubrir que en su vida la escritura no fue un camino sencillo. Hija de un conserje y una sirvienta, asistió al Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde se destacó académicamente. Desde muy temprana edad mostró interés por la literatura, empezó a escribir sus primeros cuentos e incluso ilustró muchos de ellos, aunque a menudo fue castigada por ello.

“Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba. Nadie de mi familia me dijo nunca ‘escribe, hija, escribe, que lo haces bien...’. Nadie. No tengo nada que agradecer a mi familia. Pero cuando se quiere una cosa, aunque tu familia no te ayude, se consigue. Si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro”, contó en alguna ocasión Gloria Fuertes.

A los 14 años publicó su primer poema, que tituló Niñez, juventud, vejez. Dos años después, en 1934, cuando murió su madre, empezó a trabajar en los talleres metalúrgicos sin dejar de lado la escritura, y solo un año más tarde sus poemas ya se publicaban en una revista para niños y era invitada a recitales de poesía en Radio Madrid.

Durante los siguientes años, en particular con la Generación del 50, empieza una escritura de denuncia moral donde trata temas como la injusticia social, el amor, la muerte, Dios, la soledad, entre otros. También escribió relatos, canciones y obras que fueron llevadas al teatro, colaboró con programas infantiles que le dieron mucha más fuerza a su nombre y que le permitieron obtener reconocimientos como el Premio Mejor Letra Canción de la Paz, el Premio Lazarillo y el Premio Lazarillo, entre otros.

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“Isla ignorada” de Gloria Fuertes

Portada del libro “Isla ignorada” de Gloria Fuertes (TORREMOZAS)
Portada del libro “Isla ignorada” de Gloria Fuertes (TORREMOZAS)

A los 17 publicó su primer libro de poemas, Isla ignorada, aunque no alcanzó la difusión que esperaba, al menos durante los primeros años.

A partir de 1938 se desempeñó como secretaria de oficina, oficio que combinó con el de redactora de la revista infantil Maravillas, un espacio en el que se publicaban cuentos, poesía e historietas para niños cada semana.

Es gracias a esta labor que conocerá personajes como Carlos Edmundo de Ory, con quien se enlazará sus letras y a la vez, sus vidas. Incluso por esta relación se le asoció con el Postismo, un movimiento literario que se propuso renovar la estética de las vanguardias y el lenguaje poético, y más tarde con la Generación del 50, donde la literatura buscaría profundizar en la intimidad.

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Una poesía reveladora

Los estudiosos coinciden en que gran parte de su poesía es completamente autobiográfica. En sus versos, Gloria Fuertes se deja ver como una mujer enamoradiza, fumadora, solitaria, religiosa, lesbiana, feminista y pacifista.

Gloria Fuertes (Innovadoras/Archivo)
Gloria Fuertes (Innovadoras/Archivo)

A esto se suma que era una mujer pobre con un estilo contestatario que la alejaba del patrón poético que se aceptaba en su momento, lo que habría ido en contra de su triunfo como escritora.

Su poesía reclamaba al mundo los derechos de las mujeres, entre ellos el de leer, escribir y trabajar en un momento histórico en el que estaban relegadas al espacio doméstico. Hay que añadir que también cuestionó los modelos tradicionales femeninos contra la sociedad patriarcal que buscaba sostener la dictadura franquista con una cultura conservadora que excluía a la mujer de los círculos profesionales, intelectuales y culturales.

En esta medida, obras como Tres reinas magas: Melchora, Gaspara y Baltasara, publicada en 1978, se convertirían en muestras de una búsqueda por pensar el papel de las mujeres y reivindicar derechos históricamente negados. Aquí, las esposas sustituyen a los reyes magos en Belén, teniendo un papel protagonista.

Algunas de sus obras: Canciones para niños, Cangura para todo, El hada acaramelada, La gata chundarata y otros cuentos, El camello cojito, Pío pío Lope, el pollito miope, Versos fritos, La princesa que quería ser pobre y en poesía resaltan obras como Antología y poemas del suburbio, Poeta de guardia, Aconsejo beber hilo, Me crece la barba.

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