El Museo del Prado de Madrid recibió a un invitado de lujo para inaugurar su programa “Escribir el Prado”: el reconocido escritor y premio Nobel de literatura, John Maxwell Coetzee.
En una interesante conversación sobre los lenguajes del arte y su influencia en la palabra escrita, acompañado por su traductora al español, Mariana Dimópulos, quien se trasladó desde Berlín para participar en este encuentro, el autor de títulos como Desgracia o Esperando a los bárbaros, abordó la relación entre las imágenes y las palabras, indagando en la traducibilidad de una forma de expresión a otra.
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Coetzee cautivó a la audiencia con su gesto imperturbable y su voz serena. Durante la conversación se sumergió en el misterio de los lenguajes del arte y cómo estos pueden transmitir significados profundos sin necesidad de traducción.
El escritor compartió su fascinación por la música y su importancia en su proceso de escritura. Según sus propias palabras, el ritmo y el peso de las palabras son fundamentales en su creación literaria. Además, destacó el poder de las grandes pinturas para enseñarnos a sentir y cómo la observación detallada de las obras de arte nos conecta con nuestras emociones más profundas.
Coetzee, quien ha estado en Madrid durante varias semanas, se ha sumergido en el espíritu del museo y ha utilizado su pluma para filtrar la riqueza de las obras de arte a través de sus propias reflexiones. Durante la conversación, el escritor sudafricano hizo referencia a la pintura “La Torre de Babel” de Pieter Brueghel el Joven, que proyectada en una pantalla simbolizaba la diversidad de lenguas y la necesidad de interpretación en la comunicación humana.
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El programa “Escribir el Prado” tiene como objetivo brindar a autores de renombre internacional la oportunidad de explorar la colección del museo y compartir su visión a través de su escritura. John Maxwell Coetzee supo bien dejar una huella profunda en el auditorio del Museo del Prado con su perspectiva única sobre los lenguajes del arte y su relación con la palabra escrita.
Con su participación en esta iniciativa, Coetzee se suma a la lista de escritores que han dejado su huella en el Museo del Prado, compartiendo su visión y enriqueciendo la experiencia cultural de Madrid.
En su paso por la capital española, el escritor también tuvo la oportunidad de ser el primer galardonado vivo con el Nobel de Literatura en entrar en la cámara acorazada del Instituto Cervantes.
En presencia del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, se llevó a cabo la ceremonia de recepción del legado de uno de los grandes escritores de la literatura universal y contemporánea. García Montero destacó la importancia de recibir un depósito de una figura admirada, que invita siempre a la reflexión. También agradeció la presencia de Javier Solana, presidente del patronato del Museo del Prado, a quien atribuyó la existencia del Instituto Cervantes y su relevancia en la cultura hispánica.
El acto marcó un hito para el Instituto Cervantes, ya que es la primera vez que se recibe un legado en una lengua distinta al español. Coetzee, quien escribe en inglés, ha tomado la decisión de publicar sus libros primero en español antes que en su lengua materna. Esta elección se basa en su desilusión con el idioma inglés, al que considera un “idioma imperialista global”.
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En su conferencia dentro del proyecto “Escribir el Prado”, Coetzee admitió haber perdido la batalla contra el inglés al intentar que su última novela fuera traducida a otros idiomas desde su versión en castellano. El escritor también ha cuestionado la visión del mundo impuesta por el inglés y ha abogado por evitar cualquier tipo de dominio y soberbia en la relación con nuestras palabras.
El legado depositado por Coetzee incluye el volumen que cierra su trilogía de Jesús, titulado La muerte de Jesús. Escrito originalmente en español, el autor trabajó en colaboración con Mariana Dimópulos para adaptar el texto al inglés. Coetzee solicitó a sus editoriales considerar la versión en español como el original para las demás traducciones. Esta situación plantea la interrogante sobre la relación con nuestro propio idioma y la responsabilidad de ser críticos con su posición en el mundo.
El evento contó con la presencia de Andrés Úbeda, subdirector del Museo del Prado, y Valerie Miles, directora de la revista Granta en español. El premio Nobel de Literatura agradeció la oportunidad de guardar un recuerdo suyo en la cámara acorazada del Instituto Cervantes, asociando su nombre con el de Miguel de Cervantes, a quien considera el padre y madre de todos los novelistas y el escritor que más venera.
John Maxwell Coetzee, reconocido por su contribución a la literatura universal, ha publicado desde 2018 primero en español antes que en inglés, distanciándose de un idioma cuya visión del mundo no comparte. Su legado depositado en el Instituto Cervantes representa su compromiso con el idioma español y su enfoque crítico hacia la relación con las palabras en el mundo actual.
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