Descubrir las grandes figuras de la literatura del Siglo de Oro es transportarnos a través de sus textos a una época de florecimiento del pensamiento, las letras y las artes, gracias a verdaderos genios como Luis de Góngora y Argote.
También conviene llevar la mirada a su vida y las circunstancias que rodearon desde los primeros a los últimos pasos, incluyendo aquellos aspectos que permanecieron ocultos ante el mundo… hasta ahora.
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Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba en el año 1561 y falleció en 1627, dejando tras de sí uno de los legados más robustos de la literatura española. Ejerció como poeta y dramaturgo, y fue el máximo exponente de una corriente literaria vinculada al barroco a la cual le daría su nombre y que se conocería más tarde como gongorismo o culteranismo, de formas poéticas complejas y abundante en el uso de las metáforas.
Pero, ¿qué tanto permanece oculto de su vida?
Luis de Góngora vs. Francisco de Quevedo
Con estilos literarios tan opuestos como sus personalidades, Góngora y Quevedo protagonizaron uno de los duelos más importantes en el campo artístico.
Se cree que el inicio de la enemistad surgió debido a que Quevedo, 20 años menor que Góngora, habría escrito poesías imitando su estilo, así como sus temáticas, bajo un alias. Sin embargo, otros sostienen que inició cuando Quevedo dio a conocer un poema que tituló Contra Don Luis de Góngora y que decía lo siguiente:
“Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;
el minóculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas”.
Góngora no se quedó atrás y no solo respondió a sus poemas sino que también lo llamó “Francisco de Quebebo”, pues se cree que el autor visitaba tabernas con frecuencia; además, lo insultaba y trataba como a un ignorante.
También hay quienes mencionan que Quevedo buscaba hacerse notar a través de los poemas satíricos contra su colega, pues para entonces Góngora gozaba de una reputación sólida, mientras que él recién había aparecido en el ambiente literario. Entre lanzamientos y respuestas no solo quedó registrada una enemistad que duraría hasta el fin de sus días, sino que además evidenció sus estilos contrarios con numerosos poemas publicados.
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Composiciones satíricas
Se sabe que Góngora también tomó órdenes menores y ejerció como canónigo de la catedral cordobesa. Sin embargo, habría sido amonestado por parte del obispo Francisco Pacheco debido a que asistía en muy pocas ocasiones al coro.
A esto también se sumó que acudió a actividades y diversiones consideradas profanas. Pero uno de los aspectos que resultó más relevante en esta línea tuvo que ver con el contenido de sus poemas, dado que solía componer versos satíricos; un aspecto que rechazó la Iglesia, y que aplaudió más tarde una gran parte del mundo.
“Soledades” de Luis de Góngora
‘Solecismo de Góngora’
Esta es una de las peculiaridades del autor, consiste en una especie de alteración intencional de las normas de la escritura, con la cual busca crear un impacto estético que sorprenda al lector. Esta característica formó parte de sus construcciones creativas, aun cuando eran consideradas incorrectas por la gramática tradicional. Fue su marca y dejó huella en su trabajo.
De hecho, Góngora se burlaba de que muchas de sus obras eran incomprensibles. En lugar de sentirse herido, se mostraba satisfecho, y así lo expresaba:
“Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que esa es la distinción de los hombres cultos”.
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El rechazo a sus poemas
Los poemas de Góngora no fueron bien recibidos en la etapa inicial de su proceso; de hecho, fueron rechazados incluso por miembros de su familia y hasta de la Iglesia. La principal razón tenía que ver con que, para muchos, sus poemas y obras dramáticas tocaban los sentimientos de una forma poco real e imaginativa.
También eran despreciados por su allegados debido a que Góngora pasaba mucho tiempo dedicado a sus escritos, razón por la cual no ocupaba tiempo en atender sus actividades y deberes, importantes para sus más cercanos
Poesía, juegos y música
Además de la poesía, otros de los intereses de Góngora eran las actividades de ocio y arte, especialmente los juegos de cartas, que era una de sus actividades favoritas, no solo para pasar el tiempo y divertirse, sino también para ejercitar su intelecto. A esto también se sumó una pasión fuerte por la música, en particular, por las composiciones musicales.
Aunque fueron pocas las obras que logró publicar, la mayoría de ellas pasadas de mano en mano, se quedaron algunas como: Obras en verso del Homero español, Obras. Primera parte y Segunda parte, Delicias del Parnaso, El Polifemo, Soledades y Polifemo, Lecciones solemnes.
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