La mujer ante el dolor de la patria y la opresión política

A 70 años de su fallecimiento, el 6 de julio en 1953 en Estados Unidos, celebramos la vida de Julia de Burgos, una de las voces más importantes de la literatura hispanoamericana, defensora de los derechos civiles y partidaria de la independencia de Puerto Rico.

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Julia de Burgos (Infobae)
Julia de Burgos (Infobae)

¡Río Grande de Loíza!… Alárgate en mi espíritu

y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos,

para buscar la fuente que te robó de niño

y en un ímpetu loco te devolvió al sendero.

(Fragmento del poema Río Grande de Loíza)

Así inicia uno de los primeros poemas de Julia de Burgos, una de las figuras poéticas más importantes de la literatura puertorriqueña, quien se empeñó en defender su territorio de la injusticia, la esclavitud y la violencia, convirtiéndose en una de las más destacadas partidarias de la independencia.

Río grande de Loíza trata sobre la violencia ejercida sobre los nativos en el interior de la isla, así como los esclavos africanos en el río Puerto, lugar que vio nacer a la poetisa y que inspiró una vida de lucha y escritura.

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La historia de Julia de Burgos se remonta al 17 de febrero de 1914 en Carolina, un pequeño municipio ubicado en la costa noreste de Puerto Rico, también conocida como “Tierra de gigantes”. Su nombre encaja, pues fue una escritora gigante a la que no le tembló la voz para defender a su región.

Pasó los primeros años de su vida en un humilde pueblo de la localidad, el mismo que vio nacer a sus 12 hermanos.

Fue la mayor y se destacó por su buen desempeño académico, aunque su hogar estaba atravesado por profundas dificultades económicas que marcaron la vida de todos los integrantes de la familia. De ello daría cuenta su poesía algunos años más tarde, pues su vida quedó consagrada en versos.

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La vida académica y el mundo de las letras

Con esfuerzo, logró ingresar a la Universidad de Puerto Rico para iniciar su carrera en Pedagogía. Allí formó parte de los movimientos estudiantiles que enarbolaban las banderas de la justicia y la lucha contra la discriminación racial y la opresión política.

Allí inició con ímpetu la escritura de sus primeros poemas y discursos, entre ellos el que tituló La mujer ante el dolor de la patria (1936), pronunciado en la asamblea del Frente Unido Pro Convención Constituyente y que dirigió a hombres y mujeres no solo de Puerto Rico, sino también del continente. Este acercamiento pronto empezó a otorgarle un valioso reconocimiento y admiración dentro de los círculos literarios y políticos de la isla.

A pesar de su amor por su tierra, en 1937 decidió radicarse en Nueva York, Estados Unidos, allí empezó a ejercer como maestra y arrancó formalmente su carrera literaria, caracterizada por poemas llenos de una importante carga emocional y un arraigo cultural que evidenciaba sus preocupaciones por Puerto Rico.

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“Yo soy mi ruta” de Julia de Burgos

“Yo soy mi ruta” de Julia de Burgos (TORREMOZAS)
“Yo soy mi ruta” de Julia de Burgos (TORREMOZAS)

Tras la escritura de su primer libro, al que llamó Poemas exactos a mí misma, en 1938, inició su producción con otros textos poéticos reunidos en distintas obras, como Yo soy mi ruta, en la que se recopila una selección de piezas publicadas también en otros libros como Poema en veinte surcos, Canción de la verdad sencilla y El mar y tú.

A la par de una prodigiosa escritura estaba unida una lucha por los derechos civiles y la independencia de Puerto Rico. Julia de Burgos se unió a organizaciones como el Partido Nacionalista, participó en protestas y, en general, ejerció un importante activismo político que inspiró gran parte de su escritura.

También es reconocida como una de las pioneras de la literatura afroantillana, por abordar la experiencia e identidad de las comunidades afro del Caribe y su lucha contra la discriminación.

<i>La mujer ante el dolor de la patria</i>

“Me dirijo a ustedes desde esta tribuna de la Independencia Patria, con el alma puesta en esa hermosa Bandera Puertorriqueña que no tardará mucho en flotar triunfante sobre nuestra República y sobre los traidores de la libertad. Nuestra Bandera se tiende hoy más gloriosa que nunca porque cuando una mujer se abraza a sus pliegues tendrá que pasar por encima de su cuerpo todo aquel que intente profanarla y ultrajarla. Nuestra Bandera se tiende hoy más divina que nunca, porque la nación ha palpado un logro divino, el encuentro natural de la mujer, que es el símbolo de la Patria Libre y pura, con la Bandera monoestrellada, que es el símbolo de la nacionalidad potente y poderosa”. (Fragmento del discurso)

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