Pocos son los escritores que han logrado posicionar sus nombres entre los mejores en el amplio el panorama de la comedia y la ironía, uno de los escenarios de mayor creación en la historia de la literatura, entre ellos se encuentra el español Juan José Alonso Millán.
La forma en la que capturó la esencia del humor, así como su capacidad de elaborar obras satíricas lo hizo merecedor a un sinnúmero de reconocimientos; dramaturgo por excelencia, también se convirtió en una de las figuras más importantes de la escritura de guiones, al punto de ser considerado uno de los máximos exponentes del llamado landismo, un fenómeno cinematográfico particularmente español que mezclaban la comedia, el erotismo y la crítica, tratando a menudo temas como los problemas sociales, la transición hacia la democracia, la misma sociedad española, entre otros.
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Para llegar a convertirse en el gran escritor de comedias que logró ser, Juan José Alonso Millán tuvo que conocer y enamorarse del mundo de las letras, cosa que sucedió desde que apenas era un niño. Para la sociedad de su época, pero en especial para su círculo familiar, fue sorprendente observar cómo el pequeño desarrollaba un sentido del humor único y a la vez tan comprensible.
Este fue el talento con el que nació Alonso Millán el 22 de junio de 1936 en Madrid, España. Desde muy joven evidenció su fascinación por los libros, pero en especial por el mundo teatral, donde se dio a conocer rápidamente en los años universitarios.
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La facilidad con la que se le daba construir textos satíricos e irónicos le permitió ganar reconocimiento entre los primeros espectadores, pero también entre las grandes figuras que conformaban en ese momento los círculos literarios. A menudo abordaba dentro de sus escritos las situaciones disparatadas, muchas veces absurdas, pero que contenían una gran calidad.
Entre estas obras se encuentran Las señoras primero, La señora que no dijo sí, El cianuro… ¿solo o con leche?, Carmelo, Mayores con reparos, Pecados conyugales, Fiesta en casa de Sol para celebrar la llegada de la primavera, Solo me desnudo delante del gato, Ya tenemos chica y La felicidad no lleva impuesto de lujo, la obra con la que dio el salto al teatro comercial.
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El pisito se convirtió en una de las piezas teatrales más aclamadas entre su público. La obra se estrenó en 1967, cuando tenía 24 años. Allí no solo enfatizó en temas existenciales y profundos del ser humano, sino que además lo hizo sobre las dificultades económicas que atravesaba el país durante la posguerra como contexto con brillantes toques de ironía y humor. Esta fue la obra que lo llevó a convertirse como uno de los más grandes dramaturgos de su época.
Cabe recordar que el teatro del dramaturgo español tuvo una gran acogida durante los años sesenta y setenta, pero también con fuerza durante los años posteriores. Fueron muchas las obras de su haber que se hicieron películas y que fortalecieron su nombre entre los más grandes a nivel mundial, pues incluso sus obras han sido llevadas a las tablas extranjeras.
Sus ojos se cerraron el 12 de junio de 2019, pero su extensa producción teatral y literaria mantendrá su nombre vivo para la posteridad.
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