Un balón como símbolo de la lucha por la libertad en medio de la dictadura militar en Argentina

En medio de una de las épocas más oscuras de la historia argentina, cuando la dictadura militar sembraba el miedo y la represión, el fútbol emergió como un rayo de esperanza para mucha gente.

Por aquellos años, el Club Atlético Independiente de Avellaneda, conocido como el “Rojo”, se convirtió en un símbolo de la valentía y la lucha por la libertad, no solo por haber triunfado en este juego decisivo, sino por haber cargado consigo a todo un país en medio de la crisis.

Le puede interesar: Día del Futbolista: los libros para revivir la gloria de México 86 por hasta 80% menos que en la librería

Con prólogo de Eduardo Sacheri, El Partido Rojo. La hazaña más grande del fútbol argentino en medio de la más sangrienta dictadura es el libro que ha escrito el periodista Claudio Gómez para retratar ese momento en particular de la historia del fútbol argentino y de la historia de la Argentina en sí misma.

En cerca de 256 páginas, Gómez da a luz una crónica apasionante en la que si bien el fútbol es protagonista, la historia se lleva el protagonismo.

El texto relata el famoso partido que enfrentó al “Rojo” contra el conjunto de Talleres de Córdoba, que tuvo lugar el 25 de enero de 1978, en un momento en que la represión y la censura lo dominaban todo.

El autor inicia la crónica en los meses previos al partido, cuando la dictadura militar ejercía un férreo control sobre la sociedad argentina. La censura estaba a la orden del día, y la libertad de expresión se encontraba en peligro. Sin embargo, en medio de esa realidad opresiva, el fútbol se erigió como un escape momentáneo, un respiro para aquellos que buscaban una pausa en medio del caos.

Gómez nos introduce en los pasillos del estadio, donde los murmullos y los susurros se entrelazaban con la emoción contenida. El autor nos presenta a los protagonistas de esta historia, jugadores y aficionados, cuyas vidas se encontraban atrapadas en medio de un régimen dictatorial. A medida que avanzan las páginas, nos revela las expectativas, los temores y las esperanzas que se albergaban en cada uno de ellos.

Le puede interesar: Como Harry Potter pero “deliciosamente queer”: así empieza el bestseller “El último juramento”

El día del partido llega, y el estadio se llena de una energía inquebrantable. A pesar de las amenazas y la represión, miles de personas se congregan para presenciar este evento histórico. El enfrentamiento deportivo trasciende el campo de juego y se convierte en un símbolo de resistencia y unidad. Durante los 90 minutos de juego, el “Rojo” lucha no solo por la victoria en el terreno de juego, sino también por la libertad y la esperanza de todo un pueblo.

“El fútbol es aquí lo mejor que puede ser: una puerta de acceso a otras cosas, a realidades más profundas, más complejas y más difíciles de explorar y de comprender. Y ese partido final del Torneo Nacional de 1977 es una estupenda ventana para adentrarse en esas búsquedas”, escribe Sacheri en el prólogo.

El resultado final del partido se vuelve secundario en comparación con el significado más profundo que trae consigo. El “Rojo” representa la capacidad del deporte para trascender las barreras políticas y culturales, para unir a una nación dividida bajo la sombra de la dictadura.

Le puede interesar: Un hombre con amplios conocimientos que juraba haber escrito su gran obra en tan solo 48 horas: esta es la historia de Boris Vian

“Este libro de Claudio Gómez no está escrito solo para que lo lean los hinchas de Independiente. Está escrito para cualquiera que quiera asomarse no sólo a un partido inolvidable, sino también a toda una época del fútbol argentino y de la historia de la Argentina”, resalta Sacheri.

El Partido Rojo es un testimonio histórico y emocional de aquel momento crucial en la historia argentina. A través de sus páginas, somos testigos de la valentía y la determinación de aquellos que desafiaron el régimen opresivo a través del fútbol, buscando siempre la libertad y la justicia incluso en los momentos más oscuros.

Seguir leyendo: