Una mujer se va a vivir junto con su esposo y su hija a un pueblo perdido entre sierras y arroyos. Medita todas las mañanas y lleva un diario en el que registra sus técnicas de respiración, sus pensamientos, sus deseos y lo que sucede a su alrededor. El silencio en medio de las montañas es ideal para que ella pueda sumergirse en su paisaje interior, le permite llevar la vida espiritual que busca desde que es madre.
Su diario es su espacio privado que contiene todo su universo. Cada entrada armoniza con las estaciones del año, y en ellas se encuentran registradas sus actividades más cotidianas: los paseos en el valle, las fogatas, las prácticas de meditación, los cuidados de la hija y las preguntas del día a día.
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A lo Tillie Olsen o a lo Natalia Ginzburg, así escribe Soledad Urquia en este libro en el cual ahonda en el conflicto existente entre crianza y espiritualidad, entre la escritura y la maternidad.
En las páginas de “La luz y la montaña”, el segundo libro de la escritora y editora argentina, publicado en España por el sello editorial ‘las afueras’, los lectores que ya se hayan adentrado en su obra encontrarán una continuación de los temas que fueron sujeto de inquietudes en el primer libro, la indagación por lo espiritual, la perspectiva del género y el pensamiento sobre diferentes formas y dispositivos narrativos, el relato de una mujer atrapada.
Con “Mamá India”, Urquia se dio a conocer entre los lectores. Allí se presentaba interesada en la búsqueda del sentido de las cosas a partir de una mirada simple. Aquí, se adentra una vez más en las encrucijadas de la mente y con su prosa lúcida y delicada reafirma esa inquietud suya por querer saber, como un modo de estar en el mundo.
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Por momentos, Urquia suena a Emmanuel Carrère, con su tono dubitativo y gentil. Por momentos suena a tantas cosas su prosa, pero lo cierto es que Urquia es rigurosa, vulnerable, milimétrica en la referencia y la entrega que hace de cada palabra escrita, de los aspectos más íntimos, los más humanos.
“La luz y la montaña es casi como decir lo etéreo y lo material: dos principios opuestos que en vez de tironearse, se enlazan suavemente en este libro”, ha dicho Mercedes Halfon. “Un diario sembrado de reflexiones que nos iluminan, nos bajan a tierra, pero sobre todo, nos dejan imantados, como en ese sutil encantamiento que ejercen algunos paisajes”.
“Poesía eres tú”, dice Sara Búho. Y poesía es ella, Soledad Urquia, que con esta novela, una vez más, visita los lugares más complejos del lenguaje, los resquicios más ocultos y huidizos, y engendra esta, su segunda pieza, como la revelación de su literatura.
Es un libro chiquito, de menos de doscientas páginas, pero no son necesarias más para que “La luz y la montaña” consiga su propósito: alumbrar.
Sobre la autora: Soledad Urquia
- Nació en 1983 en General Deheza, Argentina.
- En 2008 viajó por primera vez a la India, experiencia que le sirvió de base para escribir “Mamá India” (2016), su primer libro.
- Actualmente, reside en San Javier, en la provincia de Córdoba, desde donde prosigue su búsqueda vinculada a la filosofía, la literatura y la espiritualidad. Este lugar está también presente en la redacción de su nuevo libro: “La luz y la montaña” (2021; Las afueras, 2023).
- Desde 2019 codirige Chai Editora, sello dedicado al descubrimiento y traducción de narrativa contemporánea.
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