Un año después de la publicación de la primera parte de “Sepultar tu nombre”, de buena acogida entre los lectores, el escritor colombiano Daniel Ángel, también autor de títulos como “Rifles bajo la lluvia” y “Silva”, publica, nuevamente de la mano del grupo Planeta, la segunda parte de esta novela en la que se adentra en los orígenes de la violencia en Colombia, una tarea tan ardua y exhaustiva como reveladora y necesaria.
Le puede interesar: “A quien me grita, le pego, y a quien me pega, lo mato”: Salvador Díaz Mirón, el poeta mexicano que vivió entre versos y pleitos
En el primer libro, el autor nos presentaba la historia de Erasmo Soler, quien tras la muerte del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, en 1948, decide abandonar sus estudios en la capital del país para regresar con sus padres en el campo. Al llegar, termina convirtiéndose en el teniente Sombralarga, y será llamado así por mucho tiempo. Cuando la violencia en la que se ha visto inmerso le arrebata a su esposa y a su hijo, decide dejar las armas y hacerse con el papel y la pluma para convertirse en poeta y pasa a llamarse León Villa Paz.
Respecto a la escritura de esta primera parte, en pasada entrevista con Leamos, Ángel habló sobre el tiempo que le tomó completar la novela. Fueron cinco años en total. “Este libro es el resultado de años de reflexión sobre la literatura y su relación con nuestra realidad, una inmediata que nos circunda como si fuera el propio aire, que es la violencia”, señaló el autor.
Le puede interesar: Uno de los más grandes poetas colombianos del siglo XX se mató de un disparo a los 30 años, ahora es el protagonista de un relato de ficción
Ahora, este segundo libro, cuyo subtítulo es ‘Los asesinos del monte’, nos sitúa junto al hijo perdido de Erasmo Soler, que es ya miembro de Los Pájaros de Colores, una banda criminal que arrasa con todo a su paso, con víctimas y victimarios.
El otro hijo de Erasmo, que en sus años de vejez fue el poeta Villa Paz, decide, décadas después de saber que existe un hermano, irlo a buscar a esa tierra que agoniza. Así Ulises Villa Paz se embarca en la tarea casi imposible de sembrar la semilla que habrá de germinar de algo distinto a la violencia.
Esta es la historia de aquellos a quienes la guerra los obligó a tener muchos nombres. Daniel Ángel persigue con precisión el origen de las grandes tristezas de una nación, cuyas raíces se entierran en el olvido, como se sepultan también los nombres de sus muertos.
Le puede interesar: Los mejores consejos para escribir de Ana María Shua: “No tenga miedo de...”
Ángel es una de las voces de la literatura colombiana contemporánea que se ha venido abriendo camino por lo bajo a lo largo de los años. Su obra va adquiriendo matices cada vez más profundos y sus temas evolucionan.
Esa voz suya, precisamente, ha conseguido concebir la que podría ser, hasta el momento, su gran obra con estas dos novelas. En “Sepultar tu nombre”, tanto la parte uno como la dos, lo dice el escritor Sergio Álvarez, se trazan las líneas de la unión entre las guerras de otros tiempos y otros continentes con el conflicto permanente de Colombia. “Unas líneas que no sólo revelan el dolor y la muerte, sino que desentrañan la cercanía de la literatura con la guerra”, afirma.
Son casi 300 páginas las que vienen a darle cierre a esta historia y los lectores solo podrán pensar en una cosa: Ojalá la ficción pudiera mandar sobre la violencia.
Seguir leyendo: