“Las Sinsombrero”: mujeres que se negaron a dejarse ignorar por la literatura masculina y el exilio

Quitarse el sombrero en una época donde las normas sociales tenían tanto poder en la sociedad española fue el símbolo de un grupo de mujeres; escritoras, artistas y pensadoras, buscaron poner fin al sometimiento

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Las Sinsombrero (Infobae)
Las Sinsombrero (Infobae)

Si se habla de revolución femenina, el mundo literario cuenta con innumerables ejemplos de mujeres que eligieron las letras como trinchera para batallar por los derechos, los suyos y los de otras Como un acto simbólico y reivindicativo, un grupo de artistas e intelectuales decidió ponerse de pie y buscar la visibilidad que sus letras merecían, un momento decisivo en su propia historia.

La revolución habla a través de la cultura y de esto dan cuenta quienes fueron denominadas como “Las sinsombrero”, su acto de reivindicación fue uno de los más importantes que han tenido las mujeres en la literatura, pero también en otros escenarios; como parte de las vanguardias artísticas lograron incorporarse a la vida pública, no solo como figuras culturales, sino también sociales, se trataba de un grupo variado compuesto por literatas, dramaturgas, filósofas, escultoras, pintoras, figurinistas, ilustradoras y más.

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Durante años estas mujeres fueron alejadas de la vida pública y artística debido, entre otras cosas, a la preponderancia de la llamada Generación del 27, un “club de hombres” donde escritores y poetas encontraron el escenario propicio para brillar en el mundo de las letras, mientras escritoras, artistas y pensadoras perdían visibilidad e incluso su impulso creativo tras el exilio al que fueron obligadas durante la dictadura de Franco.

¿Cómo nacen y logran hacerse un espacio en la cultura y la historia?

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Así surgieron “Las sinsombrero”: quitarse el sombrero, el corsé y alzar la voz

Imagen del cartel del Documental 'Las Sinsombrero 2'
Imagen del cartel del Documental 'Las Sinsombrero 2'

Un acto sencillo convertido en un símbolo poderosamente fuerte se desarrolló en la década de 1920 en España. En la Puerta del Sol de Madrid, varias intelectuales, lideradas por las pintoras Maruja Mallo y Margarita Manso, tomaron la decisión de retirar de sus cabezas el sombrero como un acto de protesta. En un momento de la historia donde llevar el sombrero puesto a todas partes tras salir de casa era un acto casi obligatorio, habérselo quitárselo constituía un acto profundamente revelador.

Todo el mundo llevaba un sombrero. Era algo como un pronóstico de diferencia social. Pero un buen día, a Federico García a mí y a Margarita Manso, se nos ocurrió quitarnos el sombrero y al atravesar la Puerta del Sol nos apedrearon (...) Nos llaman maricones porque se cree que despojarse del sombrero era como una manifestación del tercer ceso”, dirá Mallo en una entrevista.

El acto ofendió a la sociedad española de la época que vio la acción como propia de rebeldes y homosexuales. así narró la pintora Mallo la anécdota que más tarde sería la puerta de entrada a una generación de mujeres que decidió tomar el gesto como una forma de reivindicar su papel intelectual en un entorno mayoritariamente poblado de voces masculinas.

De hecho, años más tarde, el legado de Las sinsombrero sirvió de inspiración para que otras mujeres fueran más allá y decidieran liberarse no solo del corsé como prenda sino también de una especie de ‘corsé social’, artístico e intelectual que las mantenía ceñidas al papel de esposas y madres únicamente.

Cabe recordar que si bien la mayor parte de ellas residieron y desarrollaron su ejercicio artístico en Madrid, también tuvieron una influencia importante por las corrientes de vanguardia que venían de Europa. Así, en su reivindicación recuperaron la tradición popular, se comprometieron con su tiempo, reflejaron su realidad social y buscaron transformar el panorama.

Aún su aporte cultural es objeto de estudio y de hecho ha quedado al margen de los manuales de arte y literatura, pero sus poesías, textos y creaciones siguen dando cuenta de ello.

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Ellas eran Las Sinsombrero

Fernán Gómez/Grupo de mujeres en el Museo de Artes Decorativas de Madrid.
Fernán Gómez/Grupo de mujeres en el Museo de Artes Decorativas de Madrid.

Aunque si bien este acto de reivindicación puso sobre la vista a varias artistas, lo cierto es que hubo otras tantas que sucumbieron al silencio al que fueron obligadas luego de vivir el golpe de estado. A esto se suma que los libros oficiales no las nombrarán con tanta frecuencia como a los autores y artistas masculinos.

Sin embargo, en este camino quedaron grabados los nombres de artistas como María Zambrano, Rosa Chacel, María Teresa León, Carmen Conde, Marga Gil Rosësset, Delhy Tejero, Norah Borges, Manuela Ballester, Ángeles Santos, Maruja Mallo y Margarita Manos, entre otras.

El triunfo momentáneo de este grupo de mujeres reflejó a través de sus expresión artística su inconformidad con las normas sociales y los cánones culturales que reinaban en la sociedad española. A menudo, el papel de la mujer fue cuestionado por rondar las ubicaciones dadas del hogar y el sometimiento de su cuerpo y espíritu. Allí Las Sinsombrero ofrecían voz.

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Sobre la justicia histórica y necesaria

La llegada de la Guerra Civil supuso una interrupción importante al curso de la libertad que buscaba promover el grupo de mujeres. De hecho, fue tal que obligó a que muchas de las voces y artistas tuvieran que exiliarse. Sin embargo, las que se quedaron aceptaron el rol de la mujer en la sociedad que las mantenía obligadas al silencio.

Las Sinsombrero fueron sometidas al olvido, silenciando su voz y su legado en medio de los altos nombres de los colegas masculinos que escribían sus obras sobre las de ellas. La pérdida también supuso eliminar del relato oficial su voz, lo que las dejó sin el lugar que tanto lucharon por conseguir.

Producciones audiovisuales, recuperación de obras, visibilidad de vidas y reivindicación de la mujer en la literatura son actos que por sí mismos pueden poner resistencia al olvido de voces que el mundo y la historia de la humanidad también necesita conocer, y que de hecho, pese a todo, lograron tener eco en las mujeres de la posteridad.

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