Con libros como “Barrio de maravillas”, “Estación, ida y vuelta”, “La sinrazón”, “Memorias de Leticia” y otras obras narrativas, el mundo conoce, aunque tarde, a Rosa Chacel. Una de las voces más importantes de la literatura española pasó a la historia, entre otras coas, por su búsqueda incesante para que las mujeres artistas de su época tuvieran reconocimiento.
Adscrita al conjunto de escritores de lo que fue llamado en su momento la Generación del 27, que se plantearon retos como crear nuevas formas para la poesía en España, Rosa Chacel participó también en el grupo de mujeres conocidas como ‘Las sinsombrero’, debido a que decidieron no llevar ese elemento en la cabeza, como se estilaba en la época, como símbolo de rebeldía. Reclamaban reconocimiento en los círculos artísticos e intelectuales integrados por miembros masculinos.
A pesar de los intentos por silenciarla durante muchos años, empecinada en hacer escuchar sus ideas, Chacel no abandonó nunca el mundo de la escritura; finalmente, la curiosidad intelectual, la inclinación intimista y su preocupación por la situación de las mujeres le permitirían ser reconocida en el ambiente intelectual.
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Los primeros años de vida
Aunque nació en Valladolid, España, el 3 de junio 1898, poco tiempo pasó para que se trasladara a Madrid, en específico, al barrio de Maravillas, donde creció en la casa de su abuela materna. Esta sería su primera sede de formación, pues allí recibió sus primeras enseñanzas por cuenta de su madre, que se desempeñaba como maestra.
Posteriormente, interesada por el dibujo, ingresó a la Escuela de Artes y Oficios y luego a la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer. Poco tiempo pasó para que el mundo de las letras la acogiera del todo, razón por la que abandonó la carrera de Escultura que cursaba en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
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Su llegada al mundo de la literatura y el exilio
Tras frecuentar espacios dedicados a la literatura, entre los que se encontraban el Ateneo y el café Granja del Henar, dio sus primeros pasos en el camino de las letras, además de dictar su primera conferencia titulada “La mujer y sus posibilidades”, la cual marcará el inicio de una vida dedicada a la reflexión profunda de la que darán cuenta sus próximas obras.
Un hecho profundo que también influirá en sus escritos tiene que ver con la derrota de la República en la Guerra Civil española, que ocurre entre el año 1936 y 1939, por lo que varios escritores como Segundo Serrano Poncela, Ramón J. Sender, Max Aub, Arturo Barea, Francisco Ayala y la propia Chacel se ven en la obligación de exiliarse y establecer sus vidas en el extranjero.
Para este momento, ya se había lanzado como novelista con su obra “Estación, ida y vuelta”. No obstante, radicada en Buenos Aires, su obra se mantendría oculta durante años, a pesar de su importante producción de novelas de corte testimonial y autobiográfico, en las cuales, elementos como los retratos de los protagonistas y sus particularidades, la adecuada descripción del contexto histórico y su interés en los conflictos bélicos, entre otros características, definirían su estilo creativo.
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“Barrio de maravillas” (1993) de Rosa Chacel
En “Barrio de maravillas”, una de sus obras más importantes, el barrio se convierte en un personaje y Chacel no descarta detalles del ambiente que puedan servirle a sus importantes descripciones atmosféricas.
“El timbre sonó de modo particular. Sonaba de un modo particular todas las tardes, pero aquel día se hizo notar más su particularidad. El timbre delataba el titubeo, la duda de quien lo oprimía temiendo que no respondiese la persona llamada y aquella vez no respondió”. (Fragmento de “Barrio de maravillas” de Rosa Chacel)
Entre sus obras se encuentran:
Estación ida y vuelta
Teresa
Memorias de Leticia Valle
La Sinrazón
Barrio de Maravillas
Novelas antes de tiempo
Acrópolis
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