En mayo de 1978 el mundo vio partir a uno de los escritores más reconocidos de Ecuador y uno de los referentes más importantes de ese país en la literatura de Latinoamérica y desde entonces su nombre pasaría a la posteridad especialmente en el campo de la narrativa y la dramaturgia.
Jorge Icaza, junto a autores como el peruano Ciro Alegría y el boliviano Alcides Arguedas, se consolidó como una de las voces fundamentales de la literatura indígena o de la llamada narrativa indigenista. En gran parte de sus obras quedaron registradas las condiciones bajo las cuales los pueblos indígenas vivían, además de un reflejo de sus valores y cultura, gracias a una combinación de aspectos literarios y antropológicos.
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Autores como Icaza y algunos más en países como Chile, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y México, dieron a conocer la marginación de la población indígena gracias a sus reflexiones críticas. En esta ocasión, presentamos tres obras a través de las cuales es posible acercarse al trabajo de Icaza y conocer parte de lo que ocurría en su época.
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“Barro de la sierra” (1933)
La narrativa sería uno de los escenarios donde más se destacaría Icaza y Barro de la sierra da cuenta de ello. Esta es la primera obra narrativa del ecuatoriano. Consiste en una colección de cuentos que por años ha sido catalogada como una obra “rara”.
La razón por la que recibe este calificativo tiene que ver con el rompimiento de una tendencia y el propio descubrimiento que tiene el autor donde se instala un marcado estilo de escritura. Muchos han mencionado que se trata de cuentos psicoanalíticos.
De acuerdo con lo que mencionaba Icaza sobre esta obra, estaba dividido por historias urbanas y rurales, este último profundizará en el sufrimiento del pueblo indígena, la intención de rebelión contra la opresión, la miseria y el mundo de injusticias que experimentan.
“Huasipungo” (1934)
Un año más tarde de su exploración en la narrativa surgiría su primera novela, obra que además se convirtió en un impulso determinante para el reconocimiento de su nombre en los círculos literarios y que se destacó como una de las más importantes obras de la narrativa indigenista andina.
La novela retrata la tragedia del pueblo indígena de Ecuador, ambientado en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, distinta a otras que se hayan escrito, el indio no es un indio mítico, sino que se ve amenazado por una naturaleza hostil que le rodea. Aquí tratará asuntos como la esclavitud, la autoridad eclesiástica con profundis tintes de realismo que serán recurrentes en su escritura.
Esta obra fue reescrita, posteriormente, en el año 1953 y en 1960, esta última sería la edición definitiva de Icaza. Además, también tuvo dos traducciones al inglés y otros idiomas cuyos ejemplares le han dado la vuelta al mundo.
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“Flagelo” y otras obras teatrales
Si bien la narrativa sería el principal escenario de Icaza, es importante reconocer que su escritura surgió en medio de la dramaturgia. Allí, obras como El intruso, primera obra escrita del autor en el año 1928, y otras cercanas como La comedia sin nombre (1929) y Por el viejo (1929), fueron llevadas a los teatros, aunque en la actualidad no hay registros escritos.
Por su parte, Flagelo se publicó en 1936, aunque se dice que el escritor la registró en 1932. En esta obra habría quedado plasmado el realismo social de Ecuador por Icaza, así como también un rompimiento de lo que se venía trabajando en el mundo teatral en el que imprime nuevas reflexiones en torno a la situación política y social del territorio.
Sobre el autor: Jorge Icaza Coronel
- Nació el 10 de junio de 1906 y falleció el 26 de mayo de 1978 en Quito, Ecuador.
- Fue escritor de novelas y dramaturgias, así como también director teatral.
- La realidad social fue uno de sus principales intereses, lo que se verá reflejado en sus obras.
- Abandonó sus estudios de medicina para recorrer el país, lo que lo acercó a los pueblos indígenas.
- Ganó el Premio Nacional de Literatura en Ecuador en el año 1935 donde retrató la situación del indio en el entorno urbano.
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