Uno de los máximos exponentes de la literatura latinoamericana del siglo pasado, el uruguayo Juan Carlos Onetti, falleció hace 28 años, en la ciudad de Madrid, España, dejando tras de sí una de las obras más destacadas de su tiempo y también una de las más influyentes en lengua española.
Onetti, autor de títulos como “El pozo” (1939), “Para esta noche” (1943), “Los adioses” (1954) o “Juntacadáveres” (1964), nació en Montevideo en julio de 1909. Desde su primera publicación, creó un universo narrativo que sentó las bases de una nueva forma de expresión que se extendería por las letras latinoamericanas, convirtiéndose en uno de los precursores de la novela moderna y la literatura existencialista en este lado del mundo.
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El escritor uruguayo fue uno de los más prolíficos de su generación. Produjo desde novelas y cuentos hasta piezas de teatro y artículos periodísticos. Vivió exiliado en España desde mediados de la década del 70 y recibió el Premio Cervantes en 1980, además de otros galardones.
Situado al lado de los grandes de la literatura en español, Onetti ha sabido sobrevivir al paso del tiempo junto a autores como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, José Donoso y Gabriel García Márquez. Es, sin lugar a dudas, uno de los clásicos de nuestro tiempo.
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Con motivo de un aniversario más de su partida, seleccionamos algunos títulos que pueden llegar a ser introductorios para aquellos lectores que aún no se han adentrado en su obra, y que se prestan también para que quienes ya lo han leído lo recuerden una vez más.
Tres novelas, tres registros, tres visiones. En estas obras está el uruguayo en revelado. El Onetti más completo. Sus ficciones se prestan para que quien las lea se encuentre con un escritor que, como pocos, logró adentrarse en los dominios más profundos de la condición humana y latinoamericana, que se sobrepuso a sí mismo, y contó, simplemente contó.
Tierra de nadie
Un grupo de marginados, cuyo único deseo es huir de la capital rioplatense desgastada y sucia que ya no los atrae, divaga en torno a una isla polinesia cuyo nombre es Faruru, el único lugar del mundo en el que se puede no hacer nada sin hacerle mal a nadie y sin que nadie se interese. Un paraíso para los sueños que acaba sucumbiendo ante la cruda realidad.
Fuente: Penguin Random House.
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El astillero
El protagonista de este libro regresa después de un tiempo a la ciudad de Santa María para emplearse en un astillero, este sitio en el que se reparan los buques. Allí se enamorará de la hija del dueño y ella representará para él la última oportunidad que tiene de encontrarle un sentido a su vida.
Su nombre es Larsen, y pese a que está convencido de que fluirán las cosas, pronto descubre que no hay nada que hacer en un astillero como este, y tampoco es posible entregarse al amor. Quizá su única salida sea la locura.
La vida breve
El protagonista de La vida breve, Brausen, escucha a través de una pared una conversación entre un hombre y una mujer. Imagina sus gestos, sus sentimientos# Brausen vive con su mujer, mutilada tras una complicada operación, y para compensar ese vacío físico que detendrá sus caricias, él imagina historias: la de Santa María, y la de un médico llamado Díaz Grey. Pero no solo desea imaginar que es otro, también quiere serlo.
Fuente: Penguin Random House.
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