Como un acto de reivindicación, Alice Walker, Virginie Despentes y Marjane Satrapi decidieron dejar la piel expuesta en sus obras y, con ellas, las cicatrices que dan cuenta de profundas heridas que han lacerado no solo su cuerpo, sino también su espíritu; sueños, recuerdos y concepciones sobre la vida, pero también sobre ellas mismas. Lejos de ser palabras orientadas al agrado y al “acierto”, se levantan fuertes.
“Escribo desde las feas, para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal cogidas, las incogibles, las histéricas, las chifladas, todas las excluidas de la gran feria de las que están buenas”. (Fragmento de “Teoría King Kong” de Virginie Despentes)
Así, con intensos relatos, siguen siendo escenario de rebeldía y resistencia ante las negativas injustas, que superando las dificultades han conseguido importantes logros en una lucha que aún continúa.
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“El color púrpura” de Alice Walker
Desde la palabra escrita, Alice Walker grita al mundo la experiencia de una mujer afroamericana en pleno inicio del siglo XX. La protagonista, Celie Harris, es víctima de abuso, primero por parte de su padre y luego a manos de su esposo. En su espalda reposa la vergüenza y la tristeza que cada día se hará más pesada para ella. La obra fue censurada por su lenguaje y las descripciones explícitas.
Por su parte, Alice Walker, escritora estadounidense, se posiciona como una de las escritoras más importantes en la literatura feminista con obras cuyas mujeres desarrollan papeles determinantes que narran, a la vez, experiencias de un territorio.
Además de la literatura, Walker se ha desempeñado también como maestra, trabajadora social y conferencista una vez termina sus estudios universitarios. Y por supuesto, no se puede dejar por fuera su papel como activista en la defensa desde movimientos sociales por los derechos civiles, en particular de la población afroamericana y de las mujeres.
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“Teoría King Kong” de Virginie Despentes
El segundo escenario para hallar referentes del feminismo se sitúa en el libro de la escritora y cineasta Virginie Despentes. Se trata de una propuesta a través de la cual comprende la teoría de género, además de ubicarse también como un ensayo en el que la autora deja a la vista de los lectores su propia experiencia, lo que aumenta la intensidad de la conexión con el relato.
Lejos de los tapujos, Despentes tratará temas como la maternidad, la prostitución, la violación, el deseo, la pornografía y otros temas clave que contribuirían en el derrumbe de las bases patriarcales que persisten en la sociedad y que vivió en carne propia.
La autora francesa es una de las principales referentes del feminismo moderno, quien no ha temido exponer el camino por el que la vida la ha atravesado. Antes de alcanzar su reconocimiento artístico, tuvo que enfrentarse a temas de los que no se hablaría en otra época, pero a los que ella no teme poner sobre la mesa.
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“Persépolis” de Marjane Satrapi
Y como si de una deuda consigo misma se tratara, Marjane Satrapi trae la obra Persépolis, en la que a través de la novela gráfica presenta una historia autobiográfica. Allí, a lo largo de cuatro tomos narra la experiencia de una niña a través de la cual el lector es testigo de cómo transcurren sus días en medio de la revolución islámica.
El relato de Marjane Satrapi es profundamente personal y a la vez político. Narrada inicialmente desde la perspectiva infantil, la historia transcurre en medio de cambios sociales y políticos en los que también debe lidiar con sus propios conflictos, como las ideologías de sus padres, el laicismo, la educación occidental con la que crece y la influencia de la religión.
Satrapi es una de las más reconocidas historietistas, aunque también se ha desempeñado como pintora, guionista y directora. De origen iraní, la autora de esta obra estudió Comunicación Visual y más tarde un máster en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Islámica de Azad.
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