Según el calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a. C., y vigente en la entonces Unión Soviética hasta 1918, uno de los escritores más importantes de la literatura rusa nació el 26 de mayo 1799; es decir, el 6 de junio en el calendario gregoriano actual. Dejando de lado la posible confusión sobre su aniversario, lo verdaderamente importante es que su obra sigue siendo una de las más influyentes de la literatura rusa aún hoy y no hay duda alguna de que el autor es uno de los grandes clásicos de las letras mundiales.
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Alexander Pushkin, cuyo nombre, traducido del original ruso es, realmente, Aleksandr Serguéyevich Pushkin, vivió entre los años 1799 y 1837. Nació en Moscú al interior de una familia de aristócratas. Su bisabuelo había sido un príncipe africano y su padre era un lector empedernido, por lo que creció rodeado de libros y escuchando las conversaciones de los amigos de sus padres, poetas y artistas que hablaban sobre literatura y el presente de su nación.
Desde muy joven se apasionó por la literatura y dejó de prestarle atención a otras cosas. En realidad, ninguna otra disciplina le cautivaba. Sumido en la lectura, pronto empezó a escribir. Uno de sus primeros poemas publicados apareció en 1814, en la revista Vestnik Evropy. Unos años después se instaló en San Petersburgo y allí se dio a conocer formalmente como escritor.
La divina juventud de Pushkin
De joven, el escritor ruso era bastante intrépido y rebelde. Nunca se mostró temeroso del gobierno, por lo que fácilmente podía atacar a sus dirigentes a través de su literatura. Sin embargo, esto no le salía siempre bien.
En 1820 por poco es arrestado por orden del zar Alejandro I, mientras se encontraba trabajando en el Ministerio de Asuntos Exteriores y formaba parte de los círculos más importantes de las letras rusas. Al parecer, sus críticas al gobierno terminaron por colmar la paciencia de sus dirigentes. Se salvó de ser trasladado a Siberia, pero nada evitó que terminara siendo desterrado en Yekaterinoslav.
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Durante esos años, escribió El prisionero del Cáucaso, una de sus obras más íntimas. Y si bien su fama no era bien recibida entre los dirigentes y los líderes de la nación, sus obras sirvieron de inspiración para poetas insurgentes y partidarios de la rebelión que luego participarían en el levantamiento de diciembre de 1825.
Para su fortuna, el zar Alejandro I falleció ese año y en cuanto Nicolás I asumió como gobernante, le permitió a Pushkin regresar a la capital rusa, bajo su protección.
Moscú y las condiciones del zar
Para cuando terminaron las revueltas de 1825, y teniendo en cuenta el gran poder popular que Pushkin tenía, el zar Nicolás I tomó la decisión de tener cerca al escritor. Le permitió seguir con su oficio, siempre y cuando todas sus obras pasaran por sus manos antes de ser publicadas.
Si bien no estaba de acuerdo totalmente, Pushkin accedió a las peticiones del gobernante y así garantizó su estadía en la capital de la nación. Para un escritor como él, más valía quedarse allí.
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Esta fue una buena decisión para su vida, pues en 1830 conoció a quien sería su esposa, una de las mujeres más bellas de Moscú, según él. Con Natalia Goncharova, sin embargo, no la tuvo fácil. Al inicio, ella se resistía a él porque no quería estar relacionada con un escritor tan reaccionario como Pushkin. Sin embargo, termino aceptándolo, luego de que este le asegurara que el gobierno no lo desterraría de nuevo.
El matrimonio entre Pushkin y Goncharova dio a luz cuatro hijos. Mientras era padre y esposo, el escritor no bajó la guardia respecto a su actividad literaria y en 1836 fundó una de las publicaciones más famosas de esa época: la revista El Contemporáneo, que le permitió, entre otras cosas, mantener a la familia y terminar de asegurar su reputación para la posteridad.
Un duelo por celos
La muerte de Alexander Pushkin se dio de manera temprana. No había alcanzado los 40 años cuando un disparo en el abdomen acabó con su vida, luego de que se enfrentara a un militar francés que llevaba coqueteando con Natalia Goncharova durante varios meses.
Algunos historiadores han asegurado que el arma que usó el escritor para defenderse había sido alterada, por lo que le fue imposible defenderse.
Pushkin falleció en los primeros meses de 1837, siendo uno de los mejores escritores de su generación. Su cuerpo fue enterrado en el Monasterio Svyatogorsky, en Pskov, la ciudad que en ese momento hacía parte del imperio ruso y hoy pertenece a Estonia.
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