Una de las novedades más interesantes en librerías españolas, de próximo arribo a Latinoamérica, es la novela debut de la escritora madrileña Alana S. Portero, quien hasta el momento se había movido más en la escena de la dramaturgia y la dirección escénica.
De la mano del grupo Planeta y su sello Seix Barral, publica esta historia narrada en primera persona de una forma tan desgarradora como deslumbrante.
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Son cerca de 256 páginas las que conforman “La mala costumbre”, la novela con la que Portero se abre camino en el panorama actual de las letras españolas. En ella cuenta la historia de una chica atrapada en un cuerpo que le es ajeno. Desconoce cómo habitarlo y se pasa los días intentando comprenderse a sí misma y el mundo en el que vive, que no es más grande que el barrio de San Blas, en la capital española.
Desde la década de los 80, la heroína ha arrasado con este sitio y en cada esquina los adictos yacen como si fueran enredaderas aferradas a los postes de la luz. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, reza la contraportada, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
Portero, además medievalista de formación y cofundadora de la compañía de teatro Striga, ha escrito una novela cruda, feroz y sumamente poética, sobre cómo los extremos más distantes consiguen llegar a tocar para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra lo que nos rodea es de lo más válido para sobrevivir en una sociedad que no está lista para aceptar la diferencia.
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“El caso es que no recuerdo a Efrén vivo. Solo tengo la imagen que pude rescatar de entre las piernas de mi madre y mi vecina Lola, con el único ojo del que disponía, como si estuviese mirando por una cerradura. Las madres de mi barrio no abrazaban a sus hijos muertos como las vírgenes en las piedades renacentistas. Lo hacían volcadas sobre los cuerpos, a gritos, despeinadas, con los ojos hinchados y babeando. Cubriendo a sus criaturas como podían, arropándoles como bestias desesperadas, llamándoles hasta dejarse la voz en la acera, clavándoles las uñas en la carne, yéndose con ellos de alguna manera” - (Fragmento, “La mala costumbre”, de Alana S. Portero).
El debut de la autora española, que suele escribir para distintos medios en España sobre temas de cultura, feminismo y activismo LGBT, es la muestra de una voz que plantea un universo propio en el que conviven el teatro, la historia clásica y el activismo, al tiempo que las preguntas habitan cada pasaje de la trama. “La mala costumbre” es ese tipo de libros que te abrazan mientras lloras y no sabes por qué lloras, pero lo haces.
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En entrevista con Infobae, Portero le contó a la periodista Beatriz Martínez que, además de retratar la experiencia de una niña trans y condensar en la prosa un sinfín de sensaciones, lo que buscaba era escribirle una carta de amor a su ciudad. Y es que en las páginas de “La mala costumbre” importa tanto el espacio como las acciones de los personajes. “Ha sido un espacio que ha resistido siempre, que está llena de lugares especiales que quería reivindicar. La protagonista camina continuamente, y es una forma de conocer Madrid, perdiéndose en ella”, destacó.
El libro fue una de las principales atracciones de la más reciente edición de la Feria del Libro de Frankfurt y es, a tan solo unos meses de su publicación, una de las novedades editoriales más apetecidas por los lectores a nivel internacional. El debut de Alana S. Portero en la ficción no pudo haber sido más deslumbrante.
Es la historia de una persona que ha nacido en circunstancias distintas a las del resto, y es la historia de muchos, de ahí su alcance. “Era mi manera de homenajear el mundo en el que me he criado”, resaltó la autora. Y es un libro excepcional y exquisito, y muchas cosas más.
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