“Es maravilloso estar aquí, después de tantos años, presentando la historia de mi vida completa. Tan completa que al final me muero pero solamente en 2040, o sea que tenemos tiempo”. Estas fueron las primeras palabras de Alicia Dujovne Ortiz en la presentación de su libro Andanzas.
La llegada al público de la trilogía fue en la Feria del Libro de Buenos Aires, que acaba de terminar. La autora estuvo acompañada por la periodista Luciana Peker, a quien presentó como una “gran referente del feminismo de las pibas”, y por la periodista Irene Chikiar Bauer, de quien destacó su trabajo de crítica y su maravillosa biografía sobre Virginia Woolf.
Ante el público atento, Alicia Dujovne Ortiz comentó su proceso de escritura para el armado de esta trilogía. Es que Andanzas está integrado por El árbol de la gitana, que se publicó en 1997, y por Las perlas rojas, publicado en 2005. La trilogía la completa Aguardiente, que se publica ahora por primera vez.
“Estas son las aventuras de Alicia. Es otra Alicia en el país de las maravillas. Pero acá no hay un país maravilloso al que llega una nena distraída sino una Alicia que parece que se hizo el mundo maravilloso a su medida”. Así presentó Chikiar Bauer a la escritora y su obra.
Siguiendo con su argumentación, la periodista destacó la forma en que la autora escribe sobre experiencias muy difíciles con humor y cierta liviandad. La autora coincidió con esta lectura y agregó: “Conté mis tremendas dificultades como mujer sola como si fuera graciosísimo y así fue como lo viví”.
Chikiar Bauer analizó, para empezar, El árbol de la gitana, un libro donde la autora “trabaja sobre sus ancestros genoveses y sobre la rama judía. Siempre con un lenguaje poético narrativo”, señaló la periodista y agregó: “Es un lenguaje poético que Alicia retoma en Aguardiente”.
El panel también comentó sobre el segundo libro de Alicia, Las perlas rojas. “A mí me dijo que era la parte hot”, dijo Luciana Peker y despertó las risas del público. En este título también aparecen sus padres, militantes comunistas, y su desilusión con el partido. ”Sus padres eran muy de avanzada y tenían una relación tan par”, reflexionó Chikiar Bauer.
Peker le consultó a la escritora y poeta qué significó para ella la figura de su madre: “Vos decís que ella te regala el feminismo”. “Sí. Fue un regalo. El feminismo no me lo gané yo, se lo ganó ella. Mi madre era una escritora comunista feminista. Ella me contaba cómo su madre siempre le decía que se tenía que casar con un hombre que la ampare bajo su ala. ¡Me lo contaba cuando yo era chiquita con una bronca!”, recordó la autora. “La imagen que tengo de mi madre es ella sentada frente a una máquina de escribir. Se levantaba todos los días a las siete de la mañana, se maquillaba, se ponía tacos, aritos, y se sentaba todo el día a escribir”.
Dujovne Ortiz, siempre con una sonrisa, aclaró que para armar la trilogía tuvo que trabajar y corregir sus dos libros anteriores. “Cuando estaba ahí, releyendo, con mi lapicito rojo de maestra, ahí me cayó todo el dolor encima”, recordó la escritora.
“En estas andanzas ella no va hablando de sus libros ni de sus éxitos como escritora, no habla del best-seller que fue su biografía de Eva Perón, no habla de Maradona, no habla de ninguno de los libros”, señaló Chikiar Bauer y la autora le respondió: “Decir que fue best-seller, que tuvo 22 traducciones, sería ridículo, no me voy a batir el parche yo sola, que lo escriba otro ese libro”. Y allí Dujovne Ortiz hizo referencia a su vínculo con la escritura: “Tengo una relación hedonista con la escritura, me divierto escribiendo, no sufro en absoluto”.
La autora de Eva Perón: la biografía repasó la construcción de los dos primeros libros que componen esta trilogía: “Los escribí guiada por la embriaguez de la escritura y por un placer absoluto, es uno de los más grandes placeres, tanto que es casi físico, si tuviera que describir el cuerpo de la persona que escribe es como translúcido y un color granate profundo, así me siento cuando me sale la frase”.
Al repasar sus primeros libros, Dujovne Ortiz se observó como “una chica incauta y temeraria”. En 1978, cuando la escritora trabajaba en el diario La Opinión, dirigido por Jacobo Timerman, la citó a una reunión Hugo Ezequiel Lezama, de parte de Massera, para convocarla a ser la “redactora estrella” del nuevo diario que estaban armando: “La convicción”. El hombre fue muy claro: si no tomaba el trabajo, Alicia debería irse del país.
Siempre tendremos París
Así fue como Dujovne Ortiz dejó Argentina en 1978 y se instaló en la capital francesa. “Allí siempre me preguntaba ¿de qué vamos a vivir la semana próxima?”, recordó la autora, que en esos momentos pensaba en una frase que decía su padre: “La plata surge”. “Sí, la plata surge, claro, pero hay que meterle una energía tremenda para que eso suceda”, opinó la autora.
Afortunadamente, a los seis meses de estar en aquella ciudad europea Dujovne Ortiz firmó un contrato para publicar su primera novela: El buzón de la esquina. “Esa novela la conocieron mis tías y una prima mía”, dijo, entre risas, la autora.
Alicia recordó que no se podía pagar un alquiler en París y siempre preguntaba si alguien no conocía alguna “casita en el campo”, ya que siempre soñaba con el campo para irse a escribir. “Y me decían casita no, pero castillo sí. Había castillos abandonados que me prestaban para cuidar a los gatos. Francamente había que tener cierto coraje para estar en un lugar así en el medio del bosque en un castillo del siglo XVI”.
Este último libro, Aguardiente, se centra en ese tiempo que Alicia pasó en el campo. “Fueron once años estáticos de observación de la naturaleza”, los describió la autora. “Para mí es el texto más importante de todos”, reflexionó la autora. “Me di mi regalo final: gozar de la naturaleza verdadera”, concluyó la autora.
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