No fue sino hasta el 17 de mayo de 1990 cuando la homosexualidad dejó de estar condenada a ser vista como una enfermedad y empezó su camino hacia una reivindicación que hoy se sigue escribiendo. A pesar de esta primera liberación, pasaron muchos años antes de que pudiera ganar visibilidad y se rechazara la discriminación desde diferentes esquinas.
En el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, este 17 de mayo, conviene llevar la mirada a algunas obras que reflejan experiencias que abren el camino a la reflexión y al avance a una sociedad más inclusiva.
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Como muestra de una posición que reivindica los derechos y que lucha por ellos, está este recorrido corto a través de tres textos que en su diversidad generan una fundamental alianza para enfrentar la violencia y la discriminación.
“Cómo luchamos por nuestras vidas” de Saeed Jones
El inicio de este recorrido corre por cuenta de Saeed Jones, un escritor de origen estadounidense que ha logrado posicionar algunos de sus textos entre los mejores cien libros del año, según The New York Times.
El relato, que funde la ficción y la realidad, refleja la dura vida de quien, además de su orientación sexual, debe enfrentarse a una sociedad que también lo condena por el tono de su piel. En esta ciudad pequeña de Estados Unidos es un hecho imperdonable ser negro y además gay, de ahí que la identidad, la raza, la vulnerabilidad, la aflicción y la sexualidad sean escenarios de este texto.
Jones se desnuda en este texto mientras relata cómo transcurre su vida en medio de la homofobia y el racismo, cómo se va haciendo adulto en un entorno que parece ponerle un obstáculo tras otro y donde lucha, además, por encontrarse a sí mismo en medio de la hostilidad social y familiar. Las evocaciones a su infancia y adolescencia son un intento por hallarse, allí reposan los interrogantes que enfrentará en su adultez.
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“Llamadme Nathan” de Catherine Nathan y Quentin Zuttion
Con la fusión de diálogos y la permanencia de la imagen, este es uno de los primeros cómics en abordar el tema de la orientación sexual, en particular el tema trans y la conflictiva situación que se vive cuando el sexo morfológico “no coincide” con la identidad de género.
La magia de esta historia surge en la experiencia y la complicidad, pues la guionista Catherine Castro conoce a Lucas y es testigo de los cuestionamientos que empiezan a emerger en su vida sobre la relación con su propio cuerpo y el mundo de sentimientos que lo abordan.
La transformación del cuerpo con la llegada de la pubertad supone una sensación de extrañeza por los cambios que empiezan a presentarse, sensación que se agudiza cuando la identidad parece no corresponder con lo que sucede en el espacio físico. Es la disforia de género el escenario que lleva a Lila a borrar el “error genético” y dejar a la luz quien verdaderamente es: Nathan.
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“El corredor de fondo” de Patricia Nell Warren
Posicionada como una de las obras LGBT más importantes de los últimos tiempos, sus más de 10 millones de ejemplares vendidos dan cuenta de la aceptación que ha tenido este mundo creado por la autora donde se le permite al amor ser sin importar de dónde provenga.
La historia retrata la vida de Harlan Brown, un entrenador de atletismo, y Billy Sive, un atleta que se enamora perdidamente de Harlan. La autora ha captado el mundo de sensaciones en que se sumergen para salir con más fuerza contra una sociedad llena de prejuicios y odio que pretende condenarlos.
El momento histórico resulta determinante para el curso de la historia, que se desarrolla en los primeros años del activismo gay, en los años 70; como profesionales, pero también como seres libres que quieren vivir su amor lejos de la homofobia, los protagonistas de esta historia deciden participar en los Juegos Olímpicos de 1976.
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