El escritor francés Serge Doubrovsky creó el neologismo “autoficción” en 1977 para describir su novela Hijos y lo definió como “un pacto oximorónico”, una ficción de acontecimientos estrictamente reales en la que el autor es narrador y protagonista, pero las modalidades narrativas son propias de la ficción. Un género curioso que deambula entre lo que es y lo que no es, que combina campos y estrategias para convertirse en una rareza.
En Joana D’Alessio también se combinan elementos: porque es escritora y realizadora de cine; porque nació en Brasil pero estudió en Argentina; porque escribió un libro autobiográfico, pero en el que no quería hablar de sí misma. Pequeño tratado sobre la amistad fue publicado por Vinilo, la editorial que la misma Joana fundó en 2021 y que se caracteriza por editar textos de autoficción. En su paso por el stand de Leamos - Bajalibros de la Feria del Libro de Buenos Aires, la autora dialogó con Julieta Roffo sobre la amistad, la literatura y la autoficción.
En su último libro, cada uno de los cuatro capítulos lleva el nombre de una amiga de Joana y tiene que ver con esa amiga, pero también incluye reflexiones sobre qué lugar ocupa la amistad en la vida adulta. Todo esto, atravesado por caminatas que hizo la escritora durante la cuarentena, cuando los encuentros con amigos eran breves y acotados al espacio público porque no podía compartirse mucho más.
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- ¿En qué momento decidiste que esas amistades construían un libro? ¿Qué vuelta le diste más allá del relato autobiográfico? Porque hay algo de ensayo también en este libro.
- Este libro empezó como un ejercicio de escritura en un taller que hago de no ficción con Leila Guerriero. Una vez por año, ella nos propone escribir lo que llama “texto largo” y se elige un tema, que fue la amistad. Yo estaba en una época que la estaba pasando mal, que no me soportaba y quería escribir algo que me sacara de mí misma. Y de alguna manera pensé que observar a mis amigas, caminar, observar especies botánicas, podía resultar. Creo que cuando encontré la estructura, esta idea de que cada capítulo iba a ser una caminata, un recorrido, una amiga, una especie, eso lo ordenó y permitió un poco trabajar todas esas capas sin que fuera una ensalada loca.
- En el libro están Jimena, Julieta, Gabriela y Flora, y el epílogo es tu hermano. Está este lugar común de un amigo como un hermano de la vida, y a veces es así, a veces no. ¿En qué se parece el amor con los amigos al amor fraternal y en qué no se parece nada?
- Al amor entre amigos lo caracteriza la libertad. Te reencontrás con un amigo que no ves hace un montón de tiempo y no necesitas ni siquiera reponer todo lo que pasó en ese tiempo. La amistad es una conversación que se retoma en cualquier punto. Y hay algo como de libertad. A un amigo realmente querés que le vaya bien. Es un amor muy desprendido. Y creo que el amor entre hermanos... No sé, como tiene implicada a la familia, que es un quilombo, diría que implica, quizás, otros compromisos, ¿no? En eso los veo diferentes.
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- Te saco por un instante del libro y te llevo a la editorial, a Vinilo Editora. Hay un debate de si la autoficción o la “literatura del yo” es tan válida como la literatura que inventa a, por ejemplo, Frankenstein.
- Siento a veces que hay una cierta mirada sobre la no ficción o sobre la autoficción como si fuera un género menor. Y bueno, no sé, me parece una boludez. Creo que la literatura es todo y no vale la pena poner una escala de qué tipo de literatura vale más que otra. En Vinilo nosotros trabajamos en un registro de ensayos y no ficción. No tenemos ningún libro que sea un híbrido donde haya un poco de ficción. Es como si tuviéramos una especie de compromiso con el lector al que le decimos que esto que te estamos contando pasó de esta manera.
- Vinilo publica textos breves. ¿Es una editorial hecha para este momento en el que tenemos poco tiempo? Yo sé que intencionalmente eso no estaba en la premisa, pero igual funciona.
- Cuando armé Vinilo ya existía Ralenti, que es mi editorial infantil, donde tomamos la imagen, le damos siempre una función narrativa y le damos mucha importancia a la estética de los libros. Bueno, yo vengo de la imagen, vengo del cine. Y cuando armé Vinilo, me imaginé un libro pequeño, como el efecto de la miniatura.
- Los libros de Vinilo entran en el bolsillo de la campera y eso es espectacular.
- Y son livianos para caminar y llevar y poder tomar un café y leer. Son para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Tenía la idea de que fueran libros que se pudieran leer de un tirón, de una sentada. Yo siempre leo varios libros, los empiezo, los voy dejando, empiezo otro, los pierdo, tengo una forma muy caótica de leer. Y la posibilidad de leer un libro de un tirón me parecía algo lindo, que te queda como una experiencia que te la guardás, lo recordás más, se te fija mejor. Cuando estoy escribiendo, me fijo mucho que la tensión de la escritura no decaiga. Capaz eso también viene del cine, ¿no? Hitchcock decía que una película es como un trencito que va para adelante. Cuando escribo o edito, busco que el texto te agarre y no te suelte. Y es probable que la lectura rápida ayude a eso.
La entrevista completa se puede ver en el video.
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