“Cuando era chica, Cometierra tragó tierra y supo en una visión que su papá había matado a golpes a su mamá. Esa fue solo la primera de las visiones. Nacer con un don implica una responsabilidad hacia los otros y a Cometierra le tocó uno que hace su vida doblemente difícil, porque vive en un barrio en donde la violencia, el desamparo y la injusticia brotan en cada rincón y porque allí las principales víctimas son las mujeres”.
Publicada por la editorial independiente Sigilo en el año 2019, Cometierra fue el debut literario de Dolores Reyes que se convirtió en un suceso editorial y termino siendo traducido a doce idiomas. Además fue considerado como uno de los mejores libros del año según el New York Times, El País, El Cultural de El Mundo y otros medios.
Y los lectores se quedaron con ganas de más. Ahora Reyes acaba de publicar Miseria, esta vez por Alfaguara. La alegría de sus lectores se percibió en la larga fila que había afuera de la sala Julio Cortázar en la 47 Feria del Libro de Buenos Aires 2023.
Reyes nació en Buenos Aires en 1978. Estudió letras clásicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), es docente y tiene siete hijos. En su segunda novela, Reyes regresa al universo de Cometierra con una novela narrada a dos voces: la de Cometierra y la de su cuñada, Miseria. “Cometierra, acá desaparece gente todo el tiempo, acá, tu don es oro”, le dice Miseria en esta nueva obra.
Cuando Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara y Dolores Reyes subieron al escenario, la sala estalló en aplausos y gritos. “Yo ya estoy con esto, eh”, dijo sonriente la autora.
“Estoy feliz de estar acá, porque esta novela es extraordinaria, porque estoy con mis amigas y porque ustedes son un encanto de público, falta la birra y la cumbia, no careteemos más…”, dijo Cabezón Cámara y otra vez estallaron los aplausos de las más de 200 personas.
La autora de La Virgen cabeza y Las aventuras de la China Iron se puso de pie y leyó un manifiesto que escribió para la presentación. Allí fue enumerando afirmaciones como “Todo arte es político”; “Miseria es arte”; “Toda literatura trabaja con la lengua”; “La lengua es, tal vez, lo más social que existe”; “Miseria representa una tierra que sabe, que comunica, que habla”; “Miseria es arte político, uno que nos habla a todas, todes, todos. Arte grande y generoso”.
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“En las dos novelas el tema no es menor, sino más bien todo lo contrario, pero me parece injusto no conversar sobre la escritura que sostiene ese tema y en las lecturas que hubo antes y durante la escritura. Dolores es una de las lectoras más inquietas y más voraces que yo conozco”, dijo Almada, autora de novelas como El viento que arrasa y Ladrilleros. “En Miseria queda claro que habrá un tercer libro”, agregó Almada y otra vez se sintieron los aplausos.
Fue en el taller que coordinaban Almada y Julián López donde Reyes trabajó Cometierra. Almada destacó la manera en que la autora logra en su nueva obra diferenciar las dos voces. “En esta nueva novela se van a encontrar con la voz de Miseria y también la de Cometierra. Las dos voces son muy parecidas, los personajes son chicas de casi la misma edad, con casi la misma historia familiar, vincular, barrial. Pero Dolores logra tocar notas distintas en cada voz. Mientras las leemos las escuchamos y podemos distinguirlas”, destacó Almada.
“Es verdad que soy un poco ‘obse’ de las lecturas. Siempre trato de estar leyendo algo porque me encanta. Y las novelas que más me gustan, algunas tienen muchas voces. Pienso en El río de las congojas (Libertad Demitrópulos) y también en otras más recientes como Las lealtades (Delphine de Vigan), una novela que me voló la cabeza. Me encanta ver cómo construyen polifonía y como eso da lugar a distintas miradas sobre lo mismo”, contó Reyes. Y agregó: “Desde el principio quería narrar a dos voces pero fue un desafío enorme”.
“En el momento que apareció Miseria yo pensé ‘este personaje me encanta’. Es una piba muy flaca, muy descarnada, precarizada por el mundo de la política de los adultos y sin embargo ella misma es un don de vida, una chispa, una vitalidad increíble, un encanto, que hace que siempre sea el centro de la fiesta con una experiencia de vida muy dura”, contó la autora de Miseria.
En esta nueva historia las mujeres están en un nuevo escenario: Liniers. “Ingresan en un paisaje vital y colorido, con San Cayetano y el Día de Muertos”, describió Almada. “Hay muchísima gente, una terminal, una Iglesia, un shopping, hay un montón de cosas ahí y eso también desafortunadamente impacta en la vida de las mujeres”, describió la autora.
“El gran trabajo que hace Dolores es que toma esa jerga y la convierte en una poética”, destacó Almada. En relación a esto, Reyes comentó: “Me gusta tomar perspectivas particulares. Yo sabía desde Cometierra que iba a narrar historias que tenían que ver con violencia, entre ellas destacadamente la violencia machista y el tema de las perspectivas me parecía fundamental. Traté de anclar a los personajes en territorios donde esto es un flagelo. Y me parecía totalmente prejuicioso pensar que no se puede construir belleza con los sociolectos bajos o periféricos”.
“Pienso que una novela es un pararte en el mundo y querer contar una historia por algo que te conmociona a vos pero también es un trabajo con la lengua”, opinó Reyes. “Es una novela con una música encantadora y un paisaje muy oscuro”, la describió Almada. “Es una novela muy luminosa”, la definió Cabezón Cámara.
Para finalizar la charla, Reyes leyó un fragmento de la novela y luego hubo algunas preguntas del público. Desde el fondo, sin micrófono, alguien le gritó: “¿De qué signo sos?”. “Y pensá que soy Susanita, la casa, la familia”, le dio pistas la autora, y su lectora acertó: “¡Cáncer!”.
Sus lectores también quisieron saber en qué está trabajando ahora: “Tengo un proyecto de un libro de cuentos que en algún momento terminaré y estoy escribiendo una novela”, adelantó Reyes. Por último, desde el público le consultaron si se imaginó, cuando escribía, que sus libros se iban a leer en escuelas secundarias. “Nunca lo imaginé. A mí en el secundario me daban siempre libros de hombres de bronce”, contó la autora.
También surgió una pregunta vinculada con un enigma que se le despierta a cualquiera que lee su biografía: “¿Cómo hacés para escribir con siete hijos?”, le preguntó alguien del público. “Me tengo que levantar muy temprano. Hay que robar tiempo. A veces quedan platos sin lavar. Razones para no escribir tengo millones pero escribo porque quiero. Pude escribir con siete hijos pero no pude hacerlo con un padre ni con un marido”, concluyó Reyes y volvió a despertar risas y aplausos en sus lectores.
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