David Vélez Gómez quiere conquistar lectores con magia, guerra y amor en la saga ‘‘El caminante de mundos’'

En la fecha acordada para la entrevista con David Vélez Gómez, él estaba de cumpleaños, feliz expresó que todo el día le habían estado llamando para felicitarlo. Cabellos oscuros, tes morena y ojos brillantes, vestía un pantalón azul oscuro con una camisa cuello blanco y encima un buzo con el que hace la promoción de su saga fantástica, con la cual se encuentra en una efervescente esfuerzo de conquistar al mundo de los libros con unos textos llenos de magia, guerra y amor.

— “La fuerza imparable” es el primer libro de su saga “El caminante de mundos”, ¿Cómo nace la idea?

— Este mundo nace ya hace unos años; esas historias ya las tenía en la mente desde hace mucho tiempo. Yo, soy guionista y comunicador audiovisual y pues ahí estaban, en la cabeza, pero desde el principio no quería que fueran un guión, porque el guión, al final, nunca es tuyo, el guión o lo cambia el director o un actor, todo el mundo lo puede cambiar, y esto era muy preciado para mí.

A raíz de un accidente que tuve, en el que me queme el 30% del cuerpo, un accidente grandecito, pues casi muero, y en la recuperación yo dije: ‘si me salvo voy a ser escritor y a escribir esa historia’, porque siempre he amado mucho la fantasía, entonces por ahí empecé, del 2009 al 2011.

Creé como todo el “timeline” de todas las sagas y los eventos y empecé a trabajar en la primera; me demoré un rato, luego entré con Panamericana y las escribimos y quedamos.

— Antes del accidente ¿usted ya venía pensando en convertirse en escritor o fue solo después que se le ocurrió?

— No es que nazca a partir del accidente, porque eso sí venía a mi mente como “la voy a escribir, la voy a escribir”, pero esas vainas son como esas metas que uno dice: “el lunes voy al gimnasio” y no vas, y al otro lunes tampoco, yo decía: “empiezo el otro mes” y así lo fui aplazando hasta que llegó ese momento, ese choque tan duro y como que la vida no estaba como para aplazamientos, no está como para ese tipo de cosas, hagamos las cosas; por eso fue que empezó, pero ya venía con ella y con la idea y todo, pero eso lo hizo real, lo materializó como algo serio, como vamos a hacerlo porque no hay mucho tiempo.

— ¿ y por qué fantasía?

— Es lo que más me ha gustado, como lector siempre me ha gustado; lo primero que leí cuando era pequeño fue “Viaje al oeste”, con las leyendas chinas del mono, pero a eso le faltaba algo, y al encontrar la fantasía con todos sus elementos me empecé a ir por ahí de los 13 a los 18.

Escribí como cinco novelas a mano, muy malas, según mi propio criterio, tan malas que no sobrevivieron como al escrutinio, pero me dieron las bases para que, con la madurez de la formación académica que luego tuve, pudiera escribir algo bien.

— ¿Esas obras inéditas podrían algún día tener lectores?

— En el accidente que tuve, desaparecieron. Lo que pasa es que mi casa se prendió, o sea, fue una bola de fuego con gas, te cuento el chisme. En 2007, el 10 de enero, 10 de la mañana, yo estaba en mi habitación, solo con mi hermana, y sonó como si se hubiera roto un tubo del agua en el primer piso. Era gas. En esa época no existía el gas natural, sino que eran pipetas, entonces yo fui a cerrarla, me demoré un rato, casi alcanzo, pero hubo una chispa y esa fue la que me volvió nada.

Yo lo veo como un segundo nacimiento y mi hermana y yo nos vemos como un par de Phoenix, porque al final fue lo que nos cambió, a partir de eso decidimos, bueno, listo, la vida es un ratico no más, pero vamos para adelante y vamos a cumplir sueños y vamos a hacer las cosas que uno dice que va a hacer.

— ¿Es por lo que le sucedió que decidió incluir a un dragón en la historia, e incluso en la portada?

-Los dragones en algún punto en la fantasía se han visto como tan mal interpretados, como tan bajitos de poder y cómo que los ven como unos muñequitos, y el dragón es la representación de la lucha ante la adversidad.

Los dragones, al final, son seres nacidos de los elementos, cosas que uno como humano analiza, se les enfrenta y cambia. Para mí los dragones son muchas cosas, son como un gran elemento de la fantasía, pero también un gran elemento de transformación.

— ¿En la historia se plasma, de alguna manera, este renacimiento suyo, ya bien sea a través del protagonista, en algún momento de la historia esa persona tiene que salir de una situación muy crítica al igual que usted?

— Como es fantasía épica, a cada rato al protagonista le van a pasar cosas difíciles, porque, si no, no habría entretenimiento. Yo quise aportar el evento de la historia, porque la historia se sostiene sola, pero obviamente yo alimento la historia de cosas mías y cosas que le han pasado a gente alrededor, inclusive muchos de los personajes, aunque son mis creaciones, yo me robo de la gente un poquito, características para que mis personajes sean más reales; entonces, al final, hay una mezcla de todo, el lector va a encontrar puntos de referencia, que luego se reflejarán en lo de él y en lo mío, aunque yo trato de hacerme a un lado, como un narrador oculto.

— ¿Por qué literatura juvenil, por qué no intentar apelar a un público más adulto?

-Yo pienso que esta novela es 13 más, porque, al final, la historia puede empezar así, pero a mí me parece que el adulto también debe disfrutar de la fantasía que a veces se les olvida que tienen.

Todos tenemos un niño interno al que también hay que darle un poquito de espacio, yo soy un firme creyente de que la fantasía sí es para todos; al principio puede ser clasificada como infantil, pero eso no quiere decir que un adulto no la pueda leer.

Es como el helado, todos comemos helado, a todos, nos gusta y no hay necesidad de que alguien te diga: “¿está comiendo helado?, ya es muy grande, ¿no?”. La fantasía es para todos.

— ¿De qué trata “La fuerza imparable”?

— La historia son dos líneas de tiempo, pero no es tan complicado como parece. Comienza con un hechicero que tiene muchos años, más de 1000, y está atrapado en un mundo moderno. No sabemos por qué está atrapado ahí, pues la historia lo va a ir a develando.

Le llega una premonición y él la interpreta como que se va a morir y la forma que intuye que se puede salvar es guardando sus recuerdos en un objeto muy poderoso. El problema es que ese objeto poderoso no lo tiene él, sino que lo tiene un enemigo suyo que resulta ser su exesposa.

El objeto es un anillo, y mientras el está con su exesposa, con quien tiene una relación muy tensa, él le toma la mano a ella y viajamos de inmediato a cuando él era un niño y empieza a narrar cómo era su familia, dónde vivían, cuenta unas historias sobre torres con magia y un montón de cosas.

Cuando le suelta la mano, sigue la acción en el tiempo actual, ¿Dónde están entonces?, es una trenza que va y viene y eso lo hace más dinámico, quise que fuera una historia mezclada y no una sola línea de tiempo.

— Al decir que es una historia mezclada, una parte del protagonista y una parte de la esposa, que es la antagonista, usted va entrelazando los perfiles.

— Sí, hay dos narradores. Está el protagonista, obviamente, que tiene una gran parte, pero la ex esposa también tienen unos capítulos, pero además hay un narrador oculto, alguien más que yo diseñé para que a muy poca gente le caiga bien.

Ese es el voto de confianza que me quiero ganar con la gente, hay que ganarse la confianza del lector haciéndolo pasar por situaciones que, a veces, no le gustan, pero con una buena recompensa. Este otro narrador al principio cae mal, muy mal, pero al final cae bien.

— Ese tipo de personas que la gente ama odiar

— No, es un personaje que tú sabes como lector que está equivocado, pero cuando ya llega el momento recapacitas y dices: “bueno, ya aprendí”.

— ¿Cuánto tiempo duró la creación de este proyecto?

— El primer “draft” me tomó más de cinco años, porque la vida se cruza y era mi primera novela, eso es como escalar una montaña, pero sin equipo, sin brújula, sin nada; me tocó reintentar muchas veces, una vez tuve el primer borrador toqué las puertas de Panamericana y tuve que cumplir unas condiciones muy fuertes, porque, obviamente, hay cosas que hay que aprender.

Luego se metió la pandemia, un problema de dos años, y entonces, claro, todo se retrasó, pero aprendí mucho y ahora, por ejemplo, la segunda entrega está muy bien, me gusta mucho más cómo está quedando, cómo estoy ahora como escritor y la rapidez con la que la estoy haciendo.

— ¿De cuántos libros consiste la saga?

— Inicialmente son tres y luego habrán dos adicionales. Todo eso me tomó dos años de planeación y cinco años escribiendo los primeros, siete; realmente un poquito más, porque cuando llegó la pandemia yo había firmado con Panamericana y vinieron las correcciones y me tocó volver a empezar todo el asunto de la edición y todo, y eso tomó dos años, entonces finalmente fueron como nueve años en los que aprendí mucho, en los que tuve que tener mucha paciencia, los mismos que me dieron la seguridad de que la historia es buena y que la historia ha ido gustándole a la gente, porque yo escribo con un lenguaje suelto, fácil de leer, sin palabras muy complicadas, que permiten que las imágenes se vayan formando en la mente de las persona, entonces ya no estás leyendo, estás viviendo. Por eso también la saga se llama “El caminante de mundos”, porque, para mí, el caminante del mundo es el lector.

— ¿Ha pensado en que de pronto podría tener una versión audiovisual?

— Es lo que más deseo, la verdad, y cuando la planeé, por mi formación audiovisual, de una vez la hice como para que sea “fácil de adaptar” para cualquier formato, así no sean series.

Queríamos poner más ilustraciones, pero al final lo que se decidió fue hacerlo así, en la segunda entrega tendremos más. Como autor ¿qué más quisiera que poner la foto del protagonista o el dibujo y la ilustración del protagonista o del objeto poderoso..., pero así no hubiera podido salir este año, porque se hubiera tomado mucho más tiempo.

Vamos a sacar otras cosas más, como una guía de personajes, yo tengo un glosario, un montón de cosas, que dan para sacar un álbum más completo, con mejores gráficos, pero para sacar la novela era el momento y yo ya había esperado mucho, entonces fue como venga, hagámoslo ya.

— ¿Cómo se siente y cómo van las continuaciones?

- El segundo ya está, ya lo voy a terminar, ya voy cerrando, tengo que devolverme un poco para hacer correcciones, pero esas fases las termino este año, ya es contar con los tiempos de la editorial y en qué momento sale el segundo.

Yo me dejo guiar mucho de ellos y de su estrategia, lo han hecho muy bien con este libro, este libro está hermoso, y lo lanzaron en el momento más adecuado; para los otros ya tengo el material, puedo decir que ya lo tengo todo, en cuanto a que no tengo que improvisar la historia.

— ¿Tiene algún ritual que siga, como sentarse a escribir durante ciertas horas del día?, ¿Qué es lo habitual para usted escribir?

— De 6:30 de la mañana a 8, antes de que comience la locura de la rutina, me gusta mucho, porque es cuando más rinde, además escribo donde estoy mejor, después es muy difícil, porque te llaman, hay trabajo y muchas cosas que hacer, entonces es difícil de lograr.

Muy pocas veces escribo en la noche, pero cuando me pasa que escribo en la noche puedo escribir cuatro horas muy, muy completas, hacer más de 2.500 palabras y es un buen resultado, pero es raro, es raro que eso pase.

Entonces, mi metodología es un par de horitas en la mañana, si se puede, un par de horitas al medio día y seguir adelante, es más cuestión de constancia que de inspiración. La verdad no siempre se necesita inspiración para escribir, si me pongo a esperar la musa, ahí me quedó; no es que no crea en la musa, de hecho creo que la musa es fundamental para muchos, pero no para mí.

Además, en el momento de escribir, yo trabajo con lectores alfa y lectores beta, que son básicamente amigos y conocidos. Los lectores Alfa son personas que una vez invité a mi casa a tardear e hice un asado y les conté toda la saga y, mientras les daba el asado, les conté la historia, entonces ellos saben todo lo que pasa ahí, están a cargo, al final son los que me dicen: “pilas, que si vas para allá no podrías hacer esto”, asuntos de continuidad.

— Funciona como un club de lectura.

— Sí, como un club de lectura de mi novela, así funciona. Los lectores beta, son amigos y conocidos, pero trato de que sean personas que no se conozcan entre sí.

— ¿Y le funciona de esa manera?

— Sí, sí, por ejemplo, el capítulo 22 te lo doy a ti y se lo doy a otra persona, así no entiendan el contexto de lo que está pasando, porque no tienen continuidad con la historia, simplemente lo que entendieron ahí les pareció chévere o no les gusto, y esta gente me da el “feedback” sin saber para dónde voy, porque lo que pasa con mucha gente a la que le pides “feedback” es que ya no quieren que tu historia sea tu historia, sino que sea la de ellos.

Me funciona, así quedó esta novela, y creo que bien, porque la gente que la ha leído se ha entretenido mucho. Hay un algo con las mujeres acá en lo que hay que ser claros, yo como escritor hombre sé que hay una distancia inmensa entre lo que creemos, como hombres, que son las mujeres; siento que en la fantasía, sobre todo, las caricaturizan mucho y en muchas novelas, para mí, las mujeres no parecen reales, porque un viejo verde las puso como el papel de sex symbol y ya.

Para que no pasara eso con mi grupo de lectores, dijimos, listo, vamos a ver tres mujeres que no se conozcan entre ellas, por lo menos no se conocieron sino hasta el día de la conversación sobre la novela, y les dije, voy a hacer los capítulos que son desde el punto de vista femenino.

Yo quería que esa mujer fuera real y eso fue que yo hice, les dije esto es lo que yo escribí, pero díganme qué hay que cambiar, qué hay que modificar para que sea real, para que no sea una caricatura de la mujer, sino que se sienta de verdad; entonces hice un trabajo con ellas tres, obviamente ninguna sabía que la otra estaba también en el proceso, y de ahí tomé un “feedback” muy claro.

— ¿Cree que esa fue la parte más difícil de desarrollar?

— Para mí fue la más difícil, porque hay que estar muy abierto hacia otros puntos de vista, hay que ponerse en los zapatos de otra persona, sobre todo cuando hablamos de un género que no es el de uno, es muy difícil de verdad, muy difícil, por eso me deje guiar.

Yo les di a muchas mujeres papeles antagónicos, esos son los personaje que más disfruto hacer; les di poder. En el rango de la historia hay tres personajes femeninos que tienen mucho poder y están puestas en papeles antagónicos, tiene que ver con quién mejor para controlar esa cantidad de poder que una mujer, porque un hombre se va a descontrolar con esa fuerza.

— Esto también es una trama de amor.

—Eso puede llamarse una fase tóxica de su relación o una fase en donde se están divirtiendo en otros puntos; por ahora se odian, pero no tanto. Entonces ahí hay una trama, vas a ver cuando empiece el primer capítulo del segundo libro.

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