El eterno enamorado del amor, así se podría definir al joven poeta y novelista mexicano Alberto Villareal. A través de sus lecturas y su proceso de escritura creativa, el también Booktuber, que inició en el mundo de las letras en 2012 a partir del canal en Youtube AbriendoLibros, es indiscutiblemente un ser que hace de sus tristezas, arte.
Su simpática forma de ser acerca incluso a los que desconocen sus libros, pues Villareal siempre tiene una sonrisa en su rostro y un oído presto para escuchar las cotidianidades, desamores y hasta nostalgias de otros.
El regiomontano ha ido ganando cada vez más posicionamiento entre los lectores, junto a nuevas figuras de la poesía actual como Rupi Kaur, Elvira Sastre, Miguel Gane, Camila Esguerra y Jarhat Pacheco.
— Alberto, usted ya cuenta con una novela y cuatro poemario ¿Cómo ha sido ese proceso a la hora de sentarse a redactar entre prosa y poesía?
— Lo primero que publiqué fue la novela “Ocho lugares que me recuerdan a ti”, salió en 2016. Creo que cuando estamos acercándonos a la literatura tenemos a la novela como el ejemplo clarísimo, todo el mundo lee novelas, lo que más se consume cuando lees libros en la escuela suelen ser novelas, la poesía siempre se ha dejado de lado, siempre delegada, ‘‘no vende’'.
— Eso dicen, usted y varios jóvenes poetas podrían ser un ejemplo de que sí se lee y sí se vende poesía
— Sí, sí, estoy de acuerdo, creo que hay algunas personas que están tratando de rescatar la poesía, y sí creo que no se consume tanto. Afortunadamente, los libros que he publicado sí se han vendido lo suficiente para que me permitan seguir publicando poesía; sino me dirían: “tienes que hacer otra cosa”.
De todas formas, mi novela es el libro que más se ha vendido de todos los que he publicado y veo en los tops de ventas los juveniles que son libros anovelados, no hay poesía que se cuele por ahí. A lo mejor sí se verá algún libro por ahí, pero normalmente no.
Disfruto mucho la poesía. Hace poco leí el libro “Pura pasión de ayer” y Annie Ernaux mencionaba que, cuando se lee un libro cuando se está enamorado se hace para encontrarse con un par de frases que le recuerden a ese romance, entonces todo lo demás del libro no importa.
Esta frase hizo que conectará conmigo mismo, creo que por eso leo yo un poco, para encontrarme con esas frases que remueven algo en mí, que me hagan que me conmueva, que me hagan pensar, que me hagan algo.
Creo que La poesía es eso, como golpe tras golpe, tras golpe y la novela va un poco más lenta, ¿No?, Si recibes un golpecito, una frase que te que te mueve todo, pero luego baja un poco el ritmo de todo y luego subes, es como una montañita rusa.
— ¿Quiénes son sus poetas favoritos?, los ‘‘imperdibles’'.
— Este año pasado leí mucho a Pizarnik y justo en estos días, el 23 de abril, fue su cumpleaños.
Leí sus diarios y su colección de poesía y conecté mucho, creo que ella es de esas poetas que escriben de una forma muy cercana a la gente, adornan mucho los textos y pueden tener mucho valor literario y lo que quieras, pero no hay como una barrera y escenarios.
— Leyendo a Pizarnik asumo que usted ahora está nostálgico
— Sí, siempre estoy nostálgico, es horroroso, o sea, detesto, soy esta persona nostálgica que siempre está enamorada del amor, que quiere ternura, que lo quieran, que lo abracen, entonces busco que la gente se conecte con esto y con esta búsqueda de ternura, sobre todo. Son muchos otros temas, pero creo que eso es lo que más me queda, que ella, al igual que yo, quería sentirse querida y vista y siento que estoy en ese momento de la vida.
Siento que como hay tantos huequitos, podemos llenarlos con nuestras propias experiencias y conectar con nosotros en otros niveles a través de la poesía que siento que en la novela no se logra, sí puede tener otras virtudes, no tanto como la poesía, así como tan personal.
— ’'Aquí no hay sed’' es una conglomeración de penas, detalle que no está muy presente en sus otros textos, ¿Cómo explica esto?
— Siento que estoy como en el camino y siempre voy cambiando, hay elementos que tomo, como hilos, me apropió de ellos, pero luego soy consciente de que los tendré que abandonar.
Es como un camino medio extraño, pero siento que la pandemia igual, como que detonó esa nostalgia de una manera porque creo que mi poemario anterior también tiene mucha nostálgia porque su asunto es recordar los viejos amores y a todas esas personas que conocemos en la vida, pero cuando siento que estamos encerrados, que no estamos disfrutando de lo que hay afuera me entristezco más.
Y por ejemplo, hay un poema de Alfonso Reyes que bueno..., aquí en la portada (señala el poemario ‘’Aquí no hay sed’') tenemos un sol, ¿No?, que en el tema defensores del Sol de Monterrey que habla sobre soy de Monterrey y habla sobre cómo cuando él estaba en Monterrey no había sombra, incluso estando bajo un techo, había resolana o sea, no podía huir del Sol.
Y esa imagen me parece muy linda porque siento que yo siempre he estado como en romances, bueno, no, como ‘‘siempre’', pero si viviendo una vida un poco secreta y no viviendo los romances tan abiertamente.
Y no es por mí, porque yo podría vivir mis romances abiertamente, es que suelo salir con personas que son un poco más tímidas y prefieren que la relación no sea tan, tan pública, que tiene sus ventajas cuando terminas con alguien y es una relación pública, pues nunca te libras de esa persona, ¿No?, siempre estás como lastimando, esa cortadita, pero siento que nunca he vivido ese romance como visto por los demás.
Siempre he sentido que las relaciones tienen algo secreto, algo impuro, algo malo, entonces el sol está ahí en estos poemas, justo para poner luz sobre esos temas, mostrar que hay relaciones allí, que están escondidas.
Además, claro que el background de la portada va un poco más allá porque bueno si el sol de Monterrey también está porque soy de Monterrey, que es la sede relacionada con el sol, con las naranjas, pero pues si parte mucho también como de éste tema que no quiero estar oculto, no quiero, quiero estar bajo el sol.
— Usted mencionaba que la pandemia de alguna manera activó su lado más sensible, finalmente se dio cuenta de que todas las cosas que usted creyó no eran así, incluso su relación consigo mismo.
— Sí, creo que los había ligado también con esto de la búsqueda de ternura y a lo mejor siempre fui así y ahora lo noto más porque durante la pandemia no podíamos tener esa ternura. No podíamos tocar, todos estabamos encerrados, no podía ver a mis abuelos, no podía ver a mis amigos, no podía viajar a estas ferias y estar con mis lectores.
Entonces creo que eso me marcó de nuevo y puso como la sal en la herida; es como que necesitas el cariño, necesitas que te quieran, necesitas esto y esto y esto y creo que la pandemia como que fue pintando ahí carencias, cosas que necesito, quizá por eso los libros que vienen a partir de ese momento tienen estos toques más nostálgicos. No lo sé. Habrá que verlo en retrospectiva. Estamos en psicoanálisis, me gusta.
— ¿Cómo es su proceso creativo? y ¿Por qué decidió incluir como estos retazos tipo collage en esta más reciente publicación?
— Las ilustraciones están ahí para crear un espacio de reflexión, presiento que siempre queremos leer rápido, siento que sobre todo en esta generación de TikTok, es como: ‘‘quiero terminar el libro’' y decir que leí 50 libros este año.
Siento que la mayoría del público de los poemarios, hace eso, entonces hay que forzarlos a tomar estas pausas. Por otra parte, la persona que hizo los collages se llama Italusa y es una persona que admiro un montón y estaba viendo en lo que ella estaba trabajando en su Instagram y quería trabajar con ella, entonces esto fue un poco: capricho de bueno, encontramos la forma de trabajar juntos y así se creó todo.
Siento que hay muchas cosas ahí que a lo mejor no se ven a simple vista, pero Italusa es una persona que me conoce a la perfección y todo lo que está ahí tiene algún significado en nuestra relación, no sé, por ejemplo, incluso esto (señala una página del poemario) que es una caguamita que es una cerveza que sólo se ve en Monterrey.
También hay muchos elementos que a lo mejor no son literarios, pero si parten de quién es Alberto como persona que al final del día el poemario también es un poco, eso, es como una búsqueda de quién soy, es un proceso terapéutico también como psicoanalítico.
Si escribo lo que estoy sintiendo en lo que vivo y lo que viví, pues voy a encontrar la respuesta de quién soy y si te acercas un poquito más a eso, entonces creo que se entenderá el justo del porqué de los colores, este fue un experimento, un juego también, que creo que de eso se trata a veces, jugar un poco con la literatura y bajarla del pedestal.
Es como sí puedes jugar y puedes cortar y luego esto lo confirmo cuando chicos me mandan fotos, como que justo cortaron palabras y las pegaron y cortaron la ilustración del poemario anterior y la pusieron en este diciendo que está super lindo, como que juegan con las letras.
— Muy interesante eso, entre novela y poemarios: ¿Cuánto se tarda pensando en lo que escribirá o mientras va desarrollando un texto, el otro también lo va pensando o es netamente un proceso de inspiración?
— La novela siempre la siento como un trabajo que si bien disfruto muchísimo, pero se está muy concentrado y es como un trabajo porque sí, es como: hay muchos involucrados y la poesía siempre es más libre para mí.
Muchos de los poemarios o bueno, todos los que he escrito, pues realmente ya estaban escritos desde antes de que supiera que iban a ser poemarios, pues siempre escribia mis notas cuando tengo una emoción, una frase, un algo, algo que vi, entonces, cuando hay un detonante, por ejemplo, en ‘‘Aquí no hay sed’' no estaba enamorado.
En una entrevista alguien me dijo como: ‘‘pues mataste a los poemas como para revivirlos’', y esto habla de como estas muertes que tenemos en vida..., en estos momentos decisivos.
— Para terminar quisiera saber: ¿Quién es Alberto Villareal?
— Yo escribo principalmente amor y creo que eso habla mucho de quién soy, como esta persona que está buscando la ternura y que se pierde cuando está completamente enamorado, lo cual no es bueno porque eso termina matando el amor.
Además implosiono y creo que eso no dice nada de mí, pero al mismo tiempo lo está diciendo todo, así que ahí puedes entender qué clase de persona soy, pero también me encanta estar solo, disfruto de ir a comer, al cine, estar leyendo en un cafecito. Pero, yo disfruto de la compañía como disfruto de la soledad de igual manera.
-¿Pensaría que usted es más ‘‘Alberto’' cuando esta solemne y estoico o cuando está acompañado?
-Creo que estoy mas Alberto cuando estoy acompañado de alguien a quien le tengo plena confianza, creo que también soy una persona muy introvertida a veces y aunque las personas no lo piensan, pero yo, sí lo siento, sobre todo cuando conozco personas nuevas.
Pero, cuando, pues, estoy en una situación uno a uno puede fluir, pero sí hay muchas personas yo probablemente no vaya a saltar ninguna palabra y voy a estar ahí viéndolos a todos. Pero si estoy con alguien que amo, que quiero y hay confianz creo que sale una versión mía que no sale cuando estoy en soledad, una versión que me parece todavía más auténtica.
¿Cuando estoy solo? Pues es todo más calmado y cuando estoy con compañías en una versión extra mía que me gusta un montón y que siento que es muy auténtica, solo que no sale porque tiene miedo, muchas de las veces cuando hay muchas personas me quiero cómo proteger.