Roger Ycaza emana paz y sencillez a primera vista. El ecuatoriano, que se ha especializado en contenidos para los más pequeños, lanzó su más reciente trabajo literario, “Diez canciones infinitas” durante la Feria Internacional del libro de Bogotá, 2023.
Las pintorescas páginas que acompañan elocuentemente el texto permiten a sus lectores musicalizar un cuento que podría considerarse incluso filosófico, pues su narración, de seguro, hará indagar a sus espectadores sobre la vida y sus nostalgias.
El escritor e ilustrador, que cuenta con una extensa obra con más de 200 títulos, habla con tranquilidad sobre de dónde nace nace su gusto por la literatura infantil y cómo comienza su carrera literaria.
— ¿Por qué empieza su gusto por la literatura infantil y en qué momento sabe que se quiere dedicar a eso?
— La verdad, por ciertas coincidencias. Imagínate que yo quería dedicarme a la música, al 100%; quería dedicarme a los cómics, a la narrativa gráfica y, en ciertos momentos de cambio, me fui a vivir a Quito; yo no soy de Quito, pero fui a vivir a la capital de Ecuador y ahí empecé a buscar el camino que quería.
Al preguntarme: ‘¿qué quería hacer?’, me encontré con la literatura infantil, con los libros para niñas y niños; fue algo como de una conexión inmediata. No crecí con demasiados libros para niños, eso hay que mencionarlo.
— Precisamente por esa escasez en su niñez, ¿cree que esto se ha convertido en su vocación de vida?
— Es posible. La verdad no me lo había preguntado de esa manera, tal vez como para llenar ese espacio; sí, esto es cierto; podría ser, me parece lindo, si es así..., me parece lindo en todo caso.
— ¿Por qué ese constante sentimiento de búsqueda hacía las estrellas o el ser astral, intentando conectar con la misma galaxia del universo?, ¿Cómo fue el proceso de esta creación?
— La verdad, eso me encanta, porque cuando tienes una obra, la cual puedes disfrutar en su totalidad o en sus partes, es una gran ventaja, un plus enorme. Trasladémoslo de la música misma. Aunque este libro no viene acompañado de música, sí es como un disco que tú puedes escuchar de inicio a fin.
El proceso de trabajo fue, la primera historia, que, si mal no recuerdo es la de Clara, apareció como en el año 2010, 2011 y, después, fue avanzando; es un libro que tuvo muchísimo tiempo de descanso, de maduración, de visitarlo, de revisitarlo, de mostrarlo, de compartirlo, de dejarlo. Se publicó en el 2020-2021.
Fue un proceso también de aprendizaje, como todo lo que he ido haciendo, pero en este caso tal vez más, por la cantidad de años al cual fue sometido, lo que siempre menciono es también el tema de la paciencia, ¿No?, es como cuando tú confías en algo y dices ¡Eso! y creo que sí debería algún momento verse, mostrarse y confiar en eso, entonces conviene esa paciencia de no dejarlo.
— ¿Quién es Roger ycaza? Cuénteme un poco de usted.
— Soy ilustrador, se me conoce más como ilustrador dentro del campo de la literatura infantil y juvenil, pero también escribo mis propias historias.
Ahora que ha pasado el tiempo, veo que compongo canciones donde hay letras, que escribo mis historias donde hay texto; entonces, digamos que si puedo considerarme escritor, frecuentemente sí me muevo en esos caminos, en la música, en los libros, en la ilustración.
En el tiempo libre cocino, me encanta cocinar. Cocino todos los días, es algo muy cotidiano, muy de casa, y veo cine, mucho cine también, me encanta el cine. Como aparte de estos caminos en los cuales me desenvuelvo, la gastronomía y el cine están súper presentes en mi vida.
— ¿En algún momento ha pensado en desarrollar algún cuento o alguna historia alrededor del mundo de la gastronomía?
— ¿Sabes que no? O sea, en el tema del cine, sí, pero eso se fue quedando un poco ahí..., porque yo tengo un libro que se llama “Vueltas por el universo”, este un libro que está ligado enteramente a la música. Es un libro que sólo está a una tinta: negra, solo hay imágenes y tú tienes que ir adivinando cada una, porque cada imagen es de una canción en específico.
Quería hacer la segunda parte de ese libro pero orientado al cine; así, igual que el otro: hay una imagen y las personas tienen que adivinar qué película es. Por decirte, tú tienes una imagen donde ves un vaso que está servido con un trago y hay una botella de whisky, un amaretto, entonces: ¿Qué películas es?, El padrino. Pero no lo he terminado, lo dejé ahí, es como un intento.
En el tema de la gastronomía sí me encantaría, me encantaría hacer un libro de recetas ilustradas.
— Pensé más como por el lado de que el o la protagonista de algunas de las historias, fuera chef o algo así.
— A mí me gusta cocinar, pero no me considero chef, para nada, pero ahorita que tú me estás poniendo ese tema y te digo: ‘Ah, sí', me gustaría, podría ser, capaz si lo hago en algún momento, pero no me lo había planteado, así como muy puntualmente. Me dejas con la inquietud.
— Roger: ¿Cuál es el motivo central por el cual crea “Diez canciones infinitas”? A parte de entretener, usted quiere que la gente precise filosofar o solo escribió lo que sentía?
— Es lo segundo, lo que acabas de mencionar. Nunca he sido pretencioso con mi trabajo; no voy por ese lado nunca, porque además soy autodidacta, he aprendido del error y del acierto; entonces, lo que yo hago, todo lo que yo hago es parte de la intuición.
Hago un libro como una manera intuitiva, como compongo una canción y ese reflejo de lo que yo hago es lo que te entrego y si llega a conectar con los lectores y con un momento que tal vez les afecta, eso es algo que a mí me deja realmente satisfecho y emocionado.
De ahí, del poder compartir algo que es mío y que yo pienso que mis lectores también pueden considerar suyo y en el caso de “Diez canciones infinitas” justamente va por ahí, porque uno de los ejes del libro es compartir sueños, anhelos, compartir la vida misma, el dejar de pensar en ti para pensar en el otro, en la nostalgia, la melancolía, el viaje, entonces va por ahí un poco.
— ¿Ilustra primero y luego escribe o es un trabajo simultaneo?
— Es un trabajo que va moviéndose, depende del proyecto. En este caso, escribí primero; hay otros libros que primero ilustro para después colocar un texto y hay otros libros que sólo ilustro, estos que cuentan sólo con imágenes.
— Usted ya tiene más de diez libros publicados como ilustrador y escritor, también hay otros que solamente anima gráficamente...
— Claro, imagínate como autor integral debo estar bordeando alrededor de 15 libros. Como coautor debo haber rebasado los 30 y como ilustrador, nada más puede sonar feo, tal vez, porque no quiero que sea una competencia, como pretencioso, pero son más de 200.
No me había puesto a pensar nunca en eso, pero hace un par de años me nominaron a un premio lindísimo, que es el Premio Alma, que se da en Suecia, que es como uno de los mayores galardones de la literatura infantil y juvenil y estar nominado ya es un premio, ¿No?, y para enviar mi candidatura, o bueno, el ente que enviaba mi candidatura, me pidió hacer un listado, una bibliografía extensa de mi trabajo; nunca lo había hecho.
Entonces, me puse a revisar todo ese trabajo y sí, eso es un montón. Imagínate, ya vengo haciendo esto, entre la música y los libros más de 25 años.
— Creo que la literatura infantil lo mantiene joven.
— Qué lindo eso, nunca había respondido eso, si bien me lo habían preguntado algunas veces: ¿Qué me mantiene joven? He dicho cosas así como: no sé, la música, la risa, sonreír, pero los libros para niños..., creo que ahí está el secreto.
— ¿Cómo se convence a un niño?, porque el adulto está tan encasillado en su cotidianidad, en sus problemas que para él la magia es casi que inexistente.
— Los niños, yo siento que precisamente tienen como ese deseo de seguir soñando, de seguir creyendo en la magia, creo que eso es en parte la vida y el estar.
Los libros para niños son para todos, eso no es una frase mía, es una frase universal; es una frase que, si mal no recuerdo, la utiliza una editorial hermosa que se llama Media vaca, española, que he escuchado muchísimas veces y que yo también remarco muchísimo; no sé quién la habrá dicho por primera vez, pero es un hecho que los libros para niños son para todos. Yo tengo 46 años y me dedico a esos libros, incluso, con la edad que tengo, una de las primeras secciones que visito en una librería es la zona de niños.
— Muchos libros infantiles tienen unas moralejas impresionantes sobre la aceptación del ser, sobre el no hacerle daño o matoneo a los otros, sobre ser empático.
— El tema de los libros infantiles, de los libros para niñas y niños ha cambiado muchísimo y ha crecido muchísimo, en los libros infantiles encontramos temas sensibles que antes tal vez no eran tan presentes, como el tema de la muerte...
— Gracias a este tipo de libros ahora los niños hablan de manera muy fresca sobre la muerte.
— Esos temas “tabú” se han ido rompiendo y se han ido volviendo más cercanos, justamente por la gestión de escritores e ilustradores que se acercan a esos temas sensibles; como te digo, a mí personalmente me interesan muchísimo, porque son necesarios. Tengo un libro que se llama “Los días raros”, que justamente habla del tema de la separación, del viaje; tengo otro libro que no sé si lo conoces, se llama “Abril y Moncho”, y aborda el tema de... mejor no te lo cuento porque si no lo conoces, mejor no te hago spoiler, pero aborda un tema sensible.
Esos libros son súper necesarios, porque lo que hacen es decirle a los niños que ellos no están atravesando ese momento solos, ellos se van a sentir cobijados por una imagen, por una palabra que van a darles a entender que esto no sólo les está pasando a ello; es increíble abordar ese tipo de temáticas, son muy importantes y necesarias en el mundo, especialmente en el que vivimos ahora, ¿No?
— Eso también genera sensibilidad entre las personas y todo se va uniendo; los adultos también deberían leer este tipo de libros.
— Totalmente, totalmente, pero ahí está el tema de “bajar”; hay personas que simplemente piensan que están más “arriba”, pero no es así. El hecho de adornar las palabras y de usar la mayor cantidad de sinónimos que sepas, no; para mí es importantísimo el tema de la literatura infantil, creo que está al mismo nivel de cualquier literatura o arte, no es ni más ni menos; está ahí, a la par de un clásico de la literatura de adultos, contemporánea o antigua, o a la par de una gran película que a ti te haya tocado muchísimo, ahí mismo. No es sólo un tema de acercarnos sino de soltar también.
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