La publicación más reciente del geógrafo e historiador franco-mexicano Jean Meyer es un libro con el cual los lectores podrán comprender el curso actual de nuestro mundo, a merced del conflicto entre Rusia y Ucrania, del que cada potencia parece querer sacar tajada.
En español no existía un libro similar, ha dicho su autor, y por ello ha sentido la necesidad de escribirlo. “Es un tema que percibo desde hace muchos años, el de religión y sociedad”, ha dicho.
Le puede interesar: “La cultura no es automática”: Nuccio Ordine, Premio Princesa de Asturias de Humanidades 2023
Al interior de las páginas de “Historia religiosa de Rusia y sus imperios”, Meyer asegura que “la vivencia religiosa del cristianismo oriental ha moldeado la identidad rusa; y también la de Ucrania y Moldavia, que hoy son naciones independientes, pero que pertenecen al mundo eslavo oriental y poseen una mayoría ortodoxa”.
Hace unos años, cuando publicó “La gran controversia: las Iglesias católica y ortodoxa. De los orígenes a nuestros días”, Meyer lo hizo para intentar comprender las razones por las que ambas iglesias, cristianas las dos, comparten los mismos dogmas, las ideas relacionadas con la Trinidad, la Virgen, la divinidad de Jesucristo y los sacramentos, pese a que han estado separadas la una de la otra desde hace cerca de mil años. Reunirse les ha sido imposible y las dudas al respecto lo llevaron a asumir la investigación de la que da cuenta en este nuevo libro.
Editado bajo el sello de Siglo XXI, el libro presenta un recorrido por los más de mil años de las Iglesias presentes en “todas las Rusias”, desde la que encontró su germen en Kiev, hasta la que convivió con el régimen soviético. Desde la herencia de los fulgores de Constantinopla hasta la que se vio forzada a vivir en la clandestinidad.
Le puede interesar: Arturo Pérez-Reverte: “Estamos viviendo la revolución del rencor y no podemos pararla”
Bautizado al nacer en la Iglesia católica, apostólica y romana, ungido durante su juventud en la ortodoxa, el autor realiza de forma personalísima una estupenda síntesis de la inmensa bibliografía que ha abordado esta aventura humana. En “Historia religiosa de Rusia y sus imperios”, Meyer ejecuta una lenta radiografía de la espiritualidad rusa, del siglo X a la caída de la Unión Soviética, una espiritualidad excepcional que en distintos momentos le permitió a la gente superar el yugo del autoritarismo.
Si bien el libro aborda el conflicto en Ucrania, no trata específicamente de la guerra que allí se desata. Desde sus primeras páginas ya lo deja en claro. La intención de Meyer va más allá. Cuenta, por ejemplo, cómo la tercera Roma fue construida originalmente en territorio ruso y se vio afectada en varias ocasiones por la rivalidad entre Kiev y Moscú, mucho antes de la época de Iván el Terrible.
El historiador aborda lo referente a los orígenes de Rusia y los debates al respecto entre académicos nórdicos y ucranianos, que incrementaron luego de la conversión al cristianismo del príncipe Volodímir, quien fuera el monarca de la Rus de Kiev, finalizando el primer milenio de la era moderna.
“(...) el pleito historiográfico empezó hace dos siglos: los historiadores nacionalistas de Rusia y Ucrania están enfrentados desde 1850 y pelean hoy más que nunca para definir los términos ruso y Rusia”, escribe Meyer. En esa batalla, explica, se erigen las fronteras del antiguo régimen ruso en Ucrania, entre los años 988 y 1240, y la Moscú del momento.
Le puede interesar: Feminismo, denuncia y pasión: así son las novelas de María del Mar Ramón, la escritora que acompaña a Jorge Rial
“(...) en el mundo imperial ruso encontramos al cubo todas las posibilidades positivas y negativas del cristianismo. Lo mejor y lo peor del cristianismo lo tenemos en la Iglesia católica; pero, en el caso de los rusos, es excesivo en todo, para bien o para mal. Tenemos los efectos más hermosos de espiritualidad, el arte de los iconos ortodoxos, pero también la intolerancia absoluta”, comenta el autor, en previas entrevistas.
El trabajo investigativo de Jean Meyer en este libro permite que los lectores recorran las muchas Rusias que a lo largo de la historia han existido. Desde la nórdica y la mongola, la de los Skavronsky y la de los Románov, hasta la de Stalin y la de Putin. En todas ellas, la religión fue pilar de la estructura social y gubernamental, especialmente tras la expansión que tuvo la corriente ortodoxa del cristianismo. Para 1988, con Mijaíl Gorbachov al frente del país, más de un 30% de la población rusa profesaba la religión ortodoxa.
El autor es enfático al decir que la religión ha marcado el pasado y presente del pueblo ruso y, en muchos sentidos, es el punto de partida de varias de las decisiones que como nación han tomado. Hoy, más que nunca, vuelve a ser parte importante de la vida cotidiana y política en Rusia.
Seguir leyendo: