“¿Cómo no seguir manija si esto es para siempre?”. “Esto” que es para siempre es la alegría de los argentinos porque, justamente, Argentina es Campeón del Mundo. Desde el 18 de diciembre hasta el fin de los días, la Selección y Lionel Messi son campeones. Y el que pronosticó que la manija duraría eternamente fue el periodista Sebastián Fest en la conversación que tuvo con Belén Marinone en el stand de Leamos-Bajalibros en la Feria del Libro.
El disparador principal de la charla fue la reedición de Messiánico: Lionel Messi, la historia del mejor, un libro que Fest co-escribió junto al francés Alexandre Juillard y que acaba de ser relanzado con unas cien páginas nuevas. No son cien páginas cualquiera, sino las que cuentan la historia (y la gloria) de la Copa América de Brasil 2021 y el Mundial de Qatar 2022. Nada menos.
“El libro nació como idea en 2011, la primer edición se publicó en Francia en 2012, y a partir de eso tuvo ediciones en castellano y en otros idiomas, y ahora sale con Messi campeón”, contó Fest, que para hacer el libro viajó a todos los países en los que el 10 disputó una Copa del Mundo y a muchos en los que jugó partidos por Champions League con sus clubes.
Antes incluso de que se conociera la suspensión que el PSG hizo recaer sobre el capitán argentino este martes, Fest habló del futuro futbolístico del jugador: “No sé si Messi vuelve a Barcelona pero espero que no. Tengo la teoría de que la etapa del Barcelona ya es pasado, e incluso que debió haberse ido del Barcelona mucho antes. Las últimas eliminaciones de la Champions que lo tuvieron allí fueron tremendas, seis o siete años de decepciones gigantescas para un jugador que se merecía algo mejor que esa agonía”, explicó.
¿Y qué destino imagina o desea para ese jugador que puede lograr resignificar eso de “coronados de gloria vivamos”? “Si uno puede soñar, me encantaría verlo jugar unas temporadas en la Premier. Lo de jugar en Newell’s está en sus manos: es su decisión, un sentimiento y un gusto que seguro se va a dar”, arriesgó Fest.
A lo largo de los años de investigación que llevó a cabo junto a Juillard para publicar la biografía, el periodista se acercó al entorno del 10 argentino. “Nosotros y la gente que colaboró con nosotros hablamos con toda la familia Messi, más largo o más corto. También con muchísima gente que trabajó con él desde chiquito y hasta los años más decisivos de su carrera”, contó Fest.
“Tuve conversaciones con el padre de Messi durante todo el proceso de escritura del libro. Muchos intercambios no están publicados porque son privados, y tenían que ver con una comprensión mutua de lo que queríamos hacer. Como ocurre con otros futbolistas geniales, nadie preparó a Messi para lo que logró, ni tampoco a los padres de Lionel Messi, que se encontraron con una especie de multinacional en casa”, describió.
“Un chico con un talento sideral al que tenían que ayudar a desarrollarse y también tenían que cuidarlo, porque aparece mucha gente que puede ser peligrosa. Cualquier padre de futbolista es desconfiado porque puede haber peligros, y Jorge Messi con el correr de los años fue tomando seguridad. Hoy se puede conversar de una manera que quizás no se podía al principio”, sumó el periodista.
Marinone quiso saber cuáles eran algunas de todas las “perlitas” que trae consigo Messiánico. Esos datos que sirven para revelar algunas características no tan públicas de una persona. Fest, que aseguró que hasta ahora ha sido infructuosa la búsqueda de “el lado oscuro de Messi”, se acordó de los años en los que Pep Guardiola y Lionel Messi revolucionaron al Barcelona.
“El club contrató a Zlatan Ibrahimovic, una estrella que llegó como tal al Barcelona. Aunque el Barcelona ya tenía a su estrella: Lionel. Guardiola tarda en darse cuenta de que eso podía generar cierto ruido”, contextualizó Fest, y describió: “Hubo un partido en el que Zlatan hizo goles y jugó muy bien, y Messi no tanto. En el micro, cuando se iban del partido, sentado en un asiento de atrás, Messi le manda un SMS a Guardiola. Decía: ‘Veo que ya no soy tan importante así que…’. A Guardiola lo espantó, como si fuera una velada amenaza de ‘mirá que ya no quiero estar acá’. El técnico se las arregló para encontrar la manera de devolverle el protagonismo a Messi, e Ibrahimovic no duró mucho más en Barcelona”.
“Messi se volvió una motivación para muchos jóvenes y para muchos chicos. Se trata de una figura que no despierta polémica, como tal vez sí lo hacía Maradona, que decía qué tenía que hacer el presidente de Estados Unidos o instaba al Vaticano a deshacerse de su oro. Messi lo único que quiere hacer es jugar a la pelota, y eso lo convierte en un referente para muchos, incluso en países como Brasil, donde se supone que debería verse la rivalidad”, reflexionó el periodista que dedicó varios años de su vida a la figura del gran capitán.
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