Es obvio qué diría Madonna si le preguntaran por ese autor nacido en la Argentina en 1973, emigrado junto a su familia muy temprano hacia Suecia, que regresó a su país para realizar sus estudios académicos en Letras (carrera de la que fue docente) antes de viajar a Nueva York para hacer de esa ciudad la suya propia y escribir, no sólo textos para la universidad, sino novelas. Grandes éxitos las dos. Escritas en inglés. Contratada la última, Trust (que publicó Anagrama como Fortuna), por HBO para transformarla en una miniserie.
Pues Madonna diría: “Who’s that boy?”. Y alguien respondería: “Hernán Díaz”.
Su primera novela A lo lejos transcurre en el oeste estadounidense, durante la fiebre del oro y la protagoniza un sueco que, a contramano de todas las personas que iban a buscar riqueza en esa zona inhóspita, escenario de los westerns, decide ir a Nueva York a buscar a su hermano. Fue finalista del premio Pulitzer y fue traducida a decenas de lenguas.
Trust o Fortuna -en su versión en español- explora el dinero, el dinero como valor en sí mismo, ese dinero que crece en forma de burbujas en la Bolsa de Wall Street, ese dinero/valor que compone el capital financiero. Y fue un éxito.
Quizás se pueda decir que sea un éxito también porque Fortuna le permitió a Hernán Díaz a realizar su primera actividad en la vida como escritor en Buenos Aires, ya que nunca lo había hecho antes.
Antes de otras actividades en la Feria del Libre, la presencia en la Biblioteca del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), colmada de asistentes y con fuerte presencia familiar del escritor, permitió este hecho inaugural en su vida, entrevistado por Malena Rey acerca de la literatura y esas otras cosas que la rodean.
A continuación, algunas definiciones que brindó Hernán Díaz.
Dinero
Todo partió del desorden más absoluto, del caos. Quería escribir sobre el dinero, sobre aquellas cantidades desorbitadas de dinero que enloquecen la realidad. Me refiero al capital financiero que existe completamente divorciado del valor social. Y sobre esto no tenía antecedentes en literatura estadounidense. Es decir, no existen novelas sobre el dinero en el canon americano.
Leer
Lo financiero era un mundo masculino. La primera mujer admitida como broker en Wall Street recién lo fue en 1975. ¿Si investigué mucho para la novela? Investigación es una palabra que viene de las ciencias duras, de disciplinas en juego con la verdad. En literatura tenemos un método mejor cuya palabra es “leer”. Leer, que no obedece a un fetiche reverencial y se acerca al juego. Por otro lado, esta novela no es una docuficción, es una ficción.
Calvinismo
Cuando pienso en las novelas norteamericanas sobre el dinero tratan sobre ricos, sobre diferencias de clases, están en los arrabales del dinero, en sus zonas aledañas. Tiene que ver con el calvinismo norteamericano, esas personas que eran gente demasiado religiosa para vivir en Inglaterra y tuvieron que ir a EEUU para poder vivir en su religión. Su doctrina planteaba que hacer dinero en la tierra tenía un correlación fructífera en el cielo. Tal vez por eso las novelas sobre el capital financiero no tienen interés, o el capital financiero se ha ocupado en censurar.
Filantropía
Señalo la paradoja de que esta novela fue escrita con becas de familias prominentes norteamericanas. Para mí la relación inversa entre valor monetario y valor social permite que los artistas, que son pobres, puedan aspirar a la filantropía. El rol de las mujeres era maravilloso en la filantropía, basta pensar en Peggy Guggenheim que, como otras filántropas, podrían ser artistas. Pero era considerado “unladylike”, no apropiado para una dama.
Patriarcado
Hasta los 30 había la capacidad de construir una fuerza revolucionaria, dirigida principalmente por italianos anarquistas, socialistas, sindicalistas. Hubo movimientos de huelgas reprimidas con masacres. Todo esto fue borrado de la historia de los Estados Unidos. Esto forma parte de mi novela, que también es una novela sobre el patriarcado. El personaje que es un activista revolucionario es en su hogar este italiano reaccionario. Me importaba mucho señalar que el machismo atravesaba las clases de modo transversal
Lexicales
Puedo desglosar la inmensa generosidad lexical del inglés. Acá tenemos una lapicera, a pen; una mesa, a table; un libro, a book. Podemos reservar una mesa (book a table), escribir un libro (pen a book) o posar una lapicera en la mesa (pen on table). Estuve trabajando en la traducción junto a los traductores. Pedí que no se “bebieran demasiados zumos”. Había muchos “enfado” y puse “enojo” y me dijeron que era muy latinoamericano. Les mandé todas las entradas del Quijote con la palabra “enojo”. A veces no es placentero trabajar conmigo.
Literatura del yo
En Estados Unidos se plantea el problema de la apropiación, de escribir las voces de personas subalternas que no tienen la posibilidad de tener voz, y el escritor, entonces, se apropia de esa voz y provoca sospechas. Estoy de acuerdo con esa sospecha. Pero creo que es el principio de la discusión. El giro autorreferencial tiene que ver con el temor de cometer esa apropiación.
Quién es Hernán Díaz
♦ Nació en Buenos Aires en 1973.
♦ Creció en Suecia y pasó la mayor parte de su vida en los Estados Unidos.
♦ Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Nueva York y es profesor en la Universidad de Columbia.
♦ Ha escrito el ensayo Borges, Between History and Eternity y la novela A lo lejos, finalista de los premios Pulitzer y PEN/Faulkner.