‘‘Cuando escribo, generalmente llevo días “rumiando” el tema’’: Elizabeth Castillo sobre ‘’Género..., ¿Y eso cómo se come?’’

Elizabeth Castillo es una mujer de cabello ensortijado que lleva siempre unos particulares anteojos y que viste como si fuese una artista plástica, como una pintora o algo por el estilo; cada que habla irradia empatía y entendimiento para con los otros seres que suelen querer siempre estar cerca de ella, precisamente por su bondadosa y amable forma de ser.

Castillo se describe como lesbiana, mamá, activista, abogada y feminista que, además, escribe. Es defensora de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT+. Afirma que desde hace unos años ‘’resolvió'’ hacer comedia para contar sus temas de interés de otras maneras y para otros públicos.

También da clases en varias universidades y hace consultoría a empresas que quieren mejorar sus indicadores de inclusión. Sus temas preferidos son el género y los derechos sexuales y reproductivos.

En la actualidad también es funcionaria pública, es la subdirectora de asuntos LGBTI en la Secretaría de Integración Social de Bogotá. En su característico tono afirma que:

En relación a su vida y sus libros, entre los cuales están, “No somos etcétera” y “Género..., ¿Y eso cómo se come?”, Elizabeth respondió algunas preguntas.

— Abogada, consultora en temas de género, mamá, activista del movimiento LGBTI y defensora de los derechos de las mujeres, ¿cuándo y por qué decide escribir?

— Aprendí a escribir en el colegio. Le agradezco siempre a mis clases de literatura y sociales en el INEM de Manizales. Gracias a esos profesores y profesoras, aprendí a debatir, a argumentar y a escribir. Me ha servido mucho, toda la vida. No solo como abogada, también como investigadora y más recientemente como columnista.

Escribir para mí es una forma de expresar las cosas que se me enredan en el corazón o en la cabeza. Cuando escribo, generalmente llevo días “rumiando” el tema, verificando datos o pensando en opciones de enfoque. Cuando me siento a escribir, sale más o menos rápido, pero el proceso creativo previo, suele ser largo.

— ¿De dónde nace la necesidad de reunir sus columnas, agregar reflexiones y crear su más reciente novedad editorial ‘’Género..., ¿Y eso cómo se come?

— Cuando me invitaron en el periódico El Tiempo a escribir una columna cada quince días, para hablar de género, lo vi como una oportunidad de hablar con un público que no necesariamente conocía del tema, pero al que podía aproximarme con un formato amable, de 3800 caracteres con espacios. Los saludos y comentarios que me han hecho, agradeciendo la columna, hombres y mujeres, en distintos espacios y ciudades del país, me confirman que no estaba equivocada en aprovechar esa tribuna.

Mi nuevo libro, ‘’Género..., ¿Y eso cómo se come? Reúne una selección de esas columnas. Está organizado por temas: feminismos, masculinidades, autonomía sobre el cuerpo, violencias, diversidad sexual, homofobia y activismos.

Pero no es una antología, es una metodología. Al inicio de cada capítulo hay datos de contexto, basados en fuentes muy recientes, que cuentan las realidades alrededor del tema, datos presentados de manera ágil. Y al final de cada capítulo hay unas preguntas que buscan generar conversaciones, mantener la reflexión.

Preguntas concretas como ¿si recuerda que sus tíos o abuelos o su padre, acostumbraban a manejar borrachos?, para hablar de masculinidades tóxicas. O si han verificado ¿qué ruta de atención para casos de acoso, tiene el colegio de sus hijos? Para hablar de violencias de género.

La idea es que quien lo lea, en la empresa, el colegio o en la familia, pueda ver los datos gruesos que reflejan la realidad alrededor del tema, leer una columna del capítulo y con las preguntas finales, continuar la reflexión. Se puede usar para hacer un taller, para dictar una clase o para tomarse un café con la abuelita.

— ¿Cuántos libros tiene a la fecha?

— Antes de “No somos etcétera”, tengo varias publicaciones de investigaciones: Feminicidio en Colombia, estudio de casos en 5 ciudades del país y la Encuesta LGBT sexualidad y Derechos, ambos con Profamilia, también cuento con un informe de discriminación laboral a lesbianas en Latinoamérica de IGLHRC y uno sobre violencia contra las mujeres en entornos digitales de Fundación Karisma.

“No somos etcétera” es un relato de veinte años de activismo por la causa LGBTI en Colombia, lo publiqué con Penguin Random House en 2018. Está contado de forma muy personal, porque estuve ahí y me enorgullece decir que sigue siendo fuente de investigaciones desde primaria, hasta doctorado.

Amo que las y los lectores me cuenten sus impresiones y sus impactos, por ejemplo: muchas personas me han contado que luego de leerlo, lo han dejado por ahí en la sala de su casa, al alcance de sus familiares, que terminan leyéndolo. Para eso lo escribí, para tender puentes y proponer conversaciones.

— ¿Con qué fin escribe y para qué públicos?

— Escribo para proponer la conversación desde otros lados o para aclarar cosas que suelen ser confusas. Me gusta entender, desmenuzar las cosas y mostrarlas, o tratar de mostrarlas, como las veo. Si estoy en un debate, una entrevista o una clase, siempre pienso en las personas que están escuchando; eso determina mucho de lo que puedes decir o mejor, de cómo dices lo que dices. Y me pasa igual cuando escribo.

— Sus libros tienen un factor informativo que los vuelven no-ficción: ¿Cree que en algún momento incursionaría en otro género literario?, ¿Novela o crónica, por ejemplo?

— Novela o crónica, me gustaría, sin dudarlo, pero creo que requiere alguna habilidad que no tengo, o mejor, que debería aprender. También me ataca el síndrome de la impostora. Hace años, escribía cuentos, creo que buenos y algunas veces he escrito poesía, pero eso sí que está en el baúl de los secretos.

En todo caso, me gusta soltar #UnDatoAhí, de vez en cuando, en cualquier modalidad en la que esté escribiendo. Por eso uso ese HT en Twitter. Porque no es solo contar el cuento, si no sustentar lo que dices, con evidencia, sin carreta.

— ¿Tiene algún escritor como referente a la hora de escribir o que le ha aportado algo a sus libros?

— He sido una lectora voraz en distintos momentos de mi vida. He tenido amores permanentes y fugaces con muchos autores y autoras. Podría decirse que soy omnívora en materia de lectura. Puedo leer la revista Vanidades, con fruición porque me encantan los chismes de la realeza, o alguna novela de esas enormes que escribieron señores escritores muy reconocidos hace unos siglos. De todos los estilos he aprendido, de todas las expresiones se aprende.

— ¿En general podría decir que tiene un autor y/o libro favorito, de ser así quién y/o cuál y por qué?

— Dominique Lapierre es uno de mis escritores favoritos. En cada uno de sus libros, he amado esa capacidad de contar una historia, muy bien fundamentada, con datos claros e investigación rigurosa y al mismo tiempo, con facetas profundamente humanas, emotivas, que te hacen soltar una carcajada o derramar una lágrima, que conectan con el corazón de otros. Cuando sea grande, quisiera escribir así.

— ¿Hay algo más que quiera agregar que no le han preguntado sobre su carrera literaria?

— Siempre me sorprende que me llamen escritora, así que me sorprende lo de “carrera literaria”. Y claro, cuando lo miro, entiendo, obvio sí, he escrito varios libros. Pero ni así. ¿Si pilla lo del síndrome del impostor?

Me gusta escribir y espero seguir haciéndolo, toma tiempo, absorbe más bien, y a veces se vuelve una carga difícil, pero es maravilloso cuando me entero de que algo de lo que escribí, le sirvió a alguien para poder entender una situación o para comprender algo que se le había dificultado antes.

Eso compensa todos los afanes y tampoco es que sea puro drama. Es muy divertido a veces, cuando fluye. Al final, creo que mientras menos estorbe uno, más fácil se hace escribir lo que tienes atravesado en el corazón.

El lanzamiento de su libro será 1 de mayo, a las 11.00 a.m. en el Salón Julio Flórez en la Feria del Libro de Bogotá, 2023, en una conversación con Florence Thomas y Mauricio Arroyave