Federico Díaz Granados es un hombre alegre, con barba y pelos blancos que adornan su jocosa forma de ser. Entre la poesía y la gestión cultural, Díaz Granados, al igual que su padre José Luis Díaz Granados, ha aportado un basto bagaje literario a la cultura, tanto colombiana como a nivel internacional, gracias a su participación en festivales literarios alrededor del mundo en representación propia y haciéndole justicia a los autores que, lamentablemente, ya no están, pero que a través del conocimiento de Federico y su papá pareciera que cobrarán vida.
El nacido en Bogotá en 1974, es también ensayista y en la actualidad es director de la Biblioteca de Los Fundadores del Gimnasio Moderno en la capital colombiana y de su Agenda Cultural. Un Premio Nacional de Periodismo Simón Bolivar le fue otorgado en 2021 y ha publicado los libros de poesía: Las voces del fuego (1995); La casa del viento (2000), Hospedaje de paso (2003) y Las prisas del instante (2015).
Preparó, entre otras, las antologías de nueva poesía colombiana Oscuro es el canto de la lluvia (1997), Inventario a contraluz (2001), Resistencia en la tierra (Antología de poesía social y política de nuevos poetas de España y América) y en 2017 compiló para la Editorial Planeta el libro Cien años de poesía hispanoamericana.
También reunió y prologó para Seix Barral la Poesía Reunida de José Asunción Silva y Preludio de primavera (antología) de Rafael Pombo. En 2021 fue nombrado Distinguished Visiting Professor en el Departamento de Español de la Universidad de Virginia. y es Colaborador permanente del periódico El Tiempo y de la Revista Cambio.
A propósito de todo el conocimiento que tiene Díaz Granados sobre el mundo de los libros y todo lo que eso implica, el poeta hizo algunas recomendaciones sobre las librerías que se deben visitar en el mundo, pues algunas de estas serían sus favoritas.
En mis destinos literarios y turísticos siempre tengo dos visitas obligadas en cada ciudad a la que llego: librerías y cementerios. En las primeras trato de buscar novedades o joyas y de antojarme en algunas de mis secciones favoritas como poesía, crónica, biografía y ensayo. En los cementerios trato de visitar a algunos de mis poetas y escritores que han sido tutelares como acto de gratitud y reconocimiento.
Cuando pienso cuáles son algunas de las librerías a las que regreso con frecuencia cuando voy a algunas ciudades se vienen muchas a la cabeza, pero hay unas que permanecen en la memoria de manera indeleble.
Por supuesto empiezo por mi ciudad favorita del mundo: Bogotá. San Librario, Wilborada 1047 y la Librería México del FCE, entre otras, son algunas de mis favoritas en una ciudad donde cada vez hay más librerías con propuestas innovadoras. Bogotá es una ciudad de libros y donde cada vez encuentro más laberintos para perderme en ese mundo de libros y palabras. San Librario ha sido un lugar de encuentro, de conversación con mi amigo de siempre Álvaro Castillo Granada responsable en gran medida del carácter y matices de mi biblioteca. También visito cuándo el tiempo y las urgencias del día a día lo permiten Casa Tomada, Tornamesa, Merlín, Somos Siglo, Alianza y Prólogo entre tantas otras donde siempre me siento como en casa.
El Ateneo (Buenos Aires), considerada por muchos como una de las librerías más bellas del mundo está ubicada en el antiguo Teatro Grand Splendid. Su cúpula y atmósfera del viejo teatro lo sumerge a uno en un mundo maravilloso donde puedo pasar muchas horas explorando sus pisos, secciones y estanterías. En el antiguo escenario está un café que siempre será un buen lugar de reunión o de pausa en medio del recorrido.
El Péndulo (Ciudad de México). Cuando visito la CDMX suelo visitar de manera puntual la sede de la Colonia Condesa en Avenida Nuevo León. Durante una estancia de algunos meses en una residencia artística que tuve en Casa Refugio Citlaltépetl en el año 2009 solía ir en las mañanas a desayunar allí mientras ojeaba y hojeaba alguna revista o libro. Siempre la sección de poesía guardaba algún secreto o sorprendía con alguna edición maravillosa.
Visor (Madrid). En la ya mítica Calle de Isaac Peral está hace varias décadas la librería Visor dirigida por el editor Jesús García Sánchez “Chus Visor”. Es una de mis visitas impostergables en Madrid porque además de ser mi casa editorial en España el encuentro y conversación con Chus me permite actualizarme con novedades, no solo del mundo editorial y literario de España sino también del fútbol, los amigos y el afecto. Es sin duda una de las librerías más interesantes y completas sobre todo en poesía y filosofía y sus libreros conocen bien el talante de sus lectores
La Mistral (Madrid). Andrea es una librera argentina que siempre está, con gran simpatía, lista a recomendar la mejor bibliografía en esta librería que tiene una de las secciones más completas en poesía, además, del bello escenario que hay en el sótano para presentaciones de libros y de la curaduría de su mesa de novedades una de las anfitrionas que alegra el paso por la librería es Aurora una mascota Golden Retriever que pone un toque adicional de afecto a la visita.
Strand (Nueva York), Esta inmensa casa esquinera en Broadway 028 siempre será un refugio en la bulliciosa Manhattan. Tres pisos que contienen más de dos millones de libros es el paraíso para cualquier lector. Tiene una completa sección de libros de segunda mano y una inmensa sección de poesía. Además, es el lugar ideal para comprar también suvenires literarios y neoyorquinos.
Y otras como Bertrand en Lisboa, Lello en Oporto, Shakespeare & Co en París, el Virrey en Lima, Libri Mundi en Quito, El Buscón en Caracas, Metales pesados en Santiago, Eterna Cadencia en Buenos Aires además de los libreros de viejo de la Plaza de Armas de La Habana, la calle Tristán Narvaja de Montevideo o la Cuesta de Moyano en Madrid serán siempre lugares obligados en mis visitas que siempre culminan con la compra de maleta adicional y de incluir, de antemano, en el presupuesto de viaje, el pago de equipaje adicional para traer los libros que se convierten también en testimonio en el tiempo de esas cartografías y caminos.