Es una persona sobre la que nadie habla con nombre y apellido. Ni siquiera María Kodama había brindado esas señas que hoy cobran la mayor importancia. En ese hermetismo la fallecida albacea de la obra de Borges y viuda del escritor habría designado hace años ya a una persona para que la sucediera en la tarea de cuidar la obra del autor de Ficciones, pero sin darla a conocer concretamente. “Es todavía más exigente que yo”, había dicho Kodama en una entrevista refiriéndose a quien continuaría su tarea. Sin embargo, no es algo que todos desconozcan.
Hasta el mismo abogado Fernando Soto, apoderado de Kodama, dijo haber hablado él mismo con la persona designada por Kodama como heredera, quien le habría confirmado “que quería efectuar un testamento a su favor con legados hacia universidades extranjeras, y hacia personas de su amistad”. Pero Soto tampoco deslizó un nombre y apellido.
A pesar de esto, en los círculos cercanos a Kodama se señala a una persona como la sucesora.
Claudia Farías Gómez es abogada y dirige un prestigioso estudio jurídico especializado en el asesoramiento a empresas, pero no era esta actividad la que la unía a Kodama, sino la amistad y el estudio. Desde hace años juntas habían profundizado el conocimiento del japonés y en los últimos tiempos se encontraban en pleno estudio de la cultura mongol, que Kodama sostenía formaba parte de su árbol genealógico: “Eran guerreros y libres, como yo”, decía la viuda de Borges. Habían escrito juntas el libro La divisa punzó, publicado este año, que revisaba algunas cuestiones de la vida de Juan Manuel de Rosas a partir de documentos poco leídos o inéditos. Claudia Farías Gómez y María Kodama se frecuentaban con una cotidianidad diaria.
De hecho, fue ella quien la encargada de reconocer el cuerpo de Kodama para la elaboración del acta de defunción
Farías Gómez es señalada como la mujer que Kodama habría designado como su sucesora, pero –hasta el momento– sin un papel que dé cuenta de su decisión. Infobae conversó con ella.
–Claudia, ¿cuál es la situación respecto a algún documento acerca de la última voluntad de María Kodama?
–Es posible que no exista un documento firmado por María que dé cuenta de su última voluntad, a pesar del cuidado que ella siempre tuvo con estas cuestiones. También es posible pensar que durante los últimos días este asunto no fuera el prioritario en su mente y por eso tal ausencia. Quienes la rodeamos durante esos últimos tiempos no la importunar preguntándole por un testamento.
–De todos modos, ante la convocatoria a que el Estado busque herederos ya hubo presentaciones.
–Ahora se presentaron ante la convocatoria de búsqueda de herederos realizada por el abogado Fernando Soto los cinco sobrinos de María, hijos de un hermano suyo con quien no tenía relación.
–Ellos tampoco tenían un vínculo público con la obra de Borges. ¿Esto no podría ser riesgoso para el legado de Borges que Kodama custodiaba?
–Si pensamos de manera positiva y se siguen los criterios que María estableció en la Fundación y nos ponemos de acuerdo, no tiene por qué ser riesgoso. Hay unos bienes patrimoniales y unos intangibles, que son aquellos justamente los constituidos por la obra de Borges, su legado.
–Claro, para eso es necesario que se designe a una persona o grupo de personas que puedan realizar con conocimiento el cuidado del legado de Borges.
–Es una opción muy atendible.
–Dígame una cosa. Kodama había señalado en una entrevista con Pablo Gianera que ya tenía designado el nombre de su reemplazo en la tarea que llevaba adelante, alguien incluso más exigente que ella misma. El mismo abogado Soto señaló que todo el mundo sospechaba a quién se refería. Muchos apuntan a que Kodama se refería a usted. ¿Qué podría decir al respecto?
–No me corresponde a mí decirlo.
–Bueno. Como una amiga muy cercana a Kodama, ¿conoce usted a otra persona a quien Kodama podría haber estado refiriéndose con esas palabras?
–No me corresponde a mí decirlo. Qué pícaro (ríe).
–Se dice que podría existir en algún otro país una última voluntad de Kodama, resguardado allí de alguna manera.
–Amigos de María y míos me han llamado desde el extranjero asegurando que podría estar tal documento en alguno de estos países que María frecuentaba tanto. El paso siguiente es buscar ese documento, si es que existe.
–Le pregunto como abogada, ¿los tiempos de la Justicia no hacen que esa tarea sea urgente?
–Estamos bien con los tiempos de la justicia y veremos cómo continúa esta cuestión.
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