“Cuando te perdí mi corazón se partió en un millón de pedacitos”, arranca el libro. No puede ser más explícito y no puede llegar más hondo: cuando Bárbara Mitchell perdió a su hermano Martín se le partió el alma. Martín tenía 48 años y tenía COVID. Una semana en la casa, neumonía bilateral, internación en el Hospital, intubación, dos semanas solo, sin que nadie pudiera visitarlo, y la terrible noticia.
“Cuando te perdí mi corazón se partió en un millón de pedacitos. Y llovió, llovió por mucho, mucho tiempo”.
Bárbara Mitchell estaba muy lejos: es argentina pero vive en Nueva York desde 2004. Estudió Fonoaudilogía en la Universidad de Buenos Aires, hoy es la supervisora del Departamento de Habla y Lenguaje de una escuela preescolar de esa ciudad. Estaba lejos y los aeropuertos estaban cerrados.
Allí estaba cuando Martín se enfermó, en mayo de 2021. “Siempre fuimos muy unidos, nos llevábamos sólo un año”, cuenta ahora desde Estados Unidos.
Cuando supo la noticia, movió cielo y tierra y se subió a un avión. Los pasajes, el test de COVID, las declaraciones juradas. Y el dolor: “Viajé al dia siguiente, pero no llegué al entierro... Argentina estaba en pandemia estricta por lo que no tuvo tampoco una despedida como él se merecía...”
Un año más tarde, Mitchell supo qué hacer con ese dolor: un libro. Y así nació Cuando te perdí. Siempre le había gustado pintar, escribir, cantar. Y ahora estaba casi bloqueada, casi cerrada hasta que apareció la idea: “pensaba como podía expresar todo esos sentimientos, cómo sacarlos y llegar a otras personas. Como trabajo con niños hace mas de 25 años, los libros infantiles son algo de todos los días para mi. Quise hacer algo para ellos, porque el tema de la muerte es tan tabú y más para los niños”.
Y empezó a trabajar. Palabras e imágenes. “Pensé que muchas veces no se les habla, o no se les explica a los chicos, como si ellos no pudieran sentir... Bueno... empecé a escribir y a pensar imágenes. Cuando mostré lo que había hecho me di cuenta de que podía llegar a los adultos también”.
También pasó algo con las acuarelas que ilustran el libro. “Yo primero escribí el cuento, y después pensé las acuarelas... me dije ‘bueno, cuando voy a pintar esta, cuyo texto dice: en las noches estrelladas, miro al cielo y veo tu cara sonriente....’ Y pinto estrellas... un cielo. Cuando los muestro, todos emocionados... y mi hijo ve la carita. Bueno, si ves la cara grande, sonriente, es él.... sonriéndome. Casi me muero de la emoción, porque yo no me habia dado cuenta.”
Cuando te perdí, sin embargo, no es sólo el dolor, es también el consuelo. Es cómo ese corazón se rompe y cómo, con el tiempo, con la belleza del mundo, con el recuerdo, con la propia fuerza, se va reconstruyendo. “Visité los lugares que disfrutamos juntos, eso me trajo más pedacitos que empezaron a juntarse”, dice, por ejemplo.
De manera sencilla y sentida, el buen camino del duelo.
De eso habla Mitchell: “Fue como un cierre para mí, de alguna manera así pude vivir mi duelo. Y además puedo ayudar a otros, en honor a mi hermano, mejor aún.”
El proyecto, dice Mitchell, le dio paz “de alguna manera”. En la medida de lo posible.
Cuando te perdí es un libro breve, bello, que se lee de una sentada y te deja el corazón tranquilo.
El libro se consigue en plataformas como Mercado Libre y Amazon.
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