Álex y Paula se conocen desde que eran unos niños, cuando compartían juegos y sueños, castigos y miedos. Ambos quisieron, desde siempre, crecer para dejar de una buena vez la Villa de la Fuente, ese lugar que, por cuestiones del azar, los vio nacer.
Paula es para Álex un refugio, y él para ella, también. Juntos son lo mejor de este pueblo en el que solo residen la desgracia y el dolor.
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Entre los dos hay mucho que no se dicen; ellos quieren decirlo todo, pero las palabras son más grandes de lo que creen, no alcanzan a acogerlas completas; entonces, deciden grabarlas en casetes y hacen planes mientras duermen. Se prometen que un día empezarán de cero en otro sitio, pero lo que no saben es que Villa de la Fuente los perseguirá a donde vayan, con sus miedos, su miseria y su odio.
Hace unos años, tras publicar su primera novela, “Al final siempre ganan los monstruos”, de la mano de la editorial Blackie Books, Juarma, cuyo nombre real es Juan Manuel López, consiguió ponerse en boca de los lectores con lo que supuso una excelente entrada al panorama reciente de la literatura española. De antes, ya había quienes lo seguían por su actividad en el mundo del cómic.
En aquel primer ejercicio de ficción, el autor escogió su pueblo natal como escenario: Deifontes, en la parte meridional de la comarca de Los Montes, en la provincia de Granada, rebautizado en la prosa del español como Villa de la Fuente, este tipo de lugares donde la gente dice que no sucede nada, pero en donde sucede de todo, y casi todo, sí, es malo.
Dándole la misma importancia que a sus protagonistas, Villa de la Fuente se ha convertido para Juarma en el espacio de las seis novelas que trabaja, de las cuales ya ha publicado dos. La más reciente, “Punki”, en la que cuenta la historia de Álex y Paula.
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Son cerca de 350 páginas las que componen este ejemplar, publicado también por la editorial Blackie Books, en Barcelona, en las que Juarma habla de estos dos, y también de Juanillo, de Jony y Lolo, de sus alegrías y sus penas, de su vida en este pueblo donde también están Lucas, Miguel, Álvaro, Teresa, los Manolillos, Teófilo y Federico, entre otros, los actores de esta novela de amor, esta novela punk.
El autor consigue una mezcla de géneros más que interesante al interior de “Punki”, que es un poco thriller, novela de aventuras, sátira, melodrama y otro montón de cosas. Tal vez ahí resida uno de los grandes aciertos de Juarma en la ficción, pues le ha permitido darle rienda suelta a su idea más poderosa: narrar el mal con ternura.
“Le pedí que me enseñase los cangrejos que arañaban la bolsa de plástico. Era demasiado pequeña para entender que papá se enfadaba o nos pegaba a mamá y a mí sin motivo alguno, que solo le hacían falta unas cuantas cervezas y cubatas para convertirse en un monstruo con los suyos. Las noches en las que pegaba a mamá me iba a la habitación de Ángela para que no llorase. Le tapaba los oídos, la abrazaba, intentaba que no tuviese miedo hablándole en voz baja. A veces, cuando la pelea terminaba, me quedaba junto a ella y le susurraba canciones de Eskorbuto o de RIP para que se quedase dormida. Las madrugadas en las que me tocaba recibir hostias a mí la oía llorar y quería morirme. Si alguna vez papá se acercaba a ella con intención de ponerle la mano encima, me metía por medio para que pagara su borrachera conmigo y dejase en paz a mi hermanilla” - (Fragmento, “Punki”, de Juarma).
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Con tan solo dos novelas, Juarma ha demostrado ser un narrador virtuoso y, probablemente, uno de los más interesantes de la literatura española en los últimos años. Ha pasado de ser un escritor que sorprende, a consolidarse como uno de los referentes de la literatura de la periferia.
Los personajes y la historia misma de “Punki”, consigue calar muy al fondo en la mente del lector, y también en su corazón. Simplemente se clava allí.
La miseria, las drogas y la violencia son el marco de las vidas de tantos en Villa de la Fuente, que es un pueblo, pero también es España, y una cultura congregada alrededor de la lengua. “Punki” es de esas novelas que logran que los lectores las tengan entre sus favoritas durante mucho tiempo, y así es, basta con leer.
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