No cabe duda de que los Wu-Tang Clan son una de las agrupaciones de hip-hop más destacadas de todos los tiempos. Su estilo y la manera como viven su música les ha dado la posibilidad de trascender, incluso, más allá del ámbito musical. Sus nueve miembros han conseguido tal impacto, dentro y fuera de Estados Unidos, que ya no son solamente una referencia para el género, sino para la cultura, e incluso, la política, en general.
La forma en la que la agrupación ha permeado, siendo genuinos en todo momento, obedece a la marcada actitud de desafío racial que han sabido ejercer contra el orden establecido, al interior de una sociedad que todavía favorece a la población blanca y cuya estructura se erige a la luz de las divisiones sociales.
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Desde su fundación en 1991, los Wu-Tang Clan, integrados por RZA, GZA, Ol’ Dirty Bastard, Method Man, Raekwon, Ghostface Killah, Inspectah Deck, U-God, y Masta Killa, han lanzado siete álbumes y cuentan con más de cuarenta millones de copias vendidas en todo el mundo.
Dos años después de su salida, en 1993, tras el lanzamiento del sencillo ‘Protect Ya Neck’, consiguieron notoriedad mundial, especialmente en la escena underground. El remezón del ‘36 Chambers’ fue un suceso sin precedentes en la historia del género y se convirtió en uno de los álbumes más influyentes de la década, propiciando la aparición del denominado ‘rap hardcore’, que hasta entonces no figuraba como categoría en las tiendas de discos.
A principios del siglo XXI, el álbum quedó inmortalizado como uno de los mejores en el cierre del siglo pasado y varias veces se le ha considerado como una de las mejores piezas de rap de todos los tiempos.
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Conocidos en todo el mundo y aclamados como un verdadero fenómeno musical, los Wu-Tang Clan han sabido marcar a varias generaciones de fanáticos durante cerca de 30 años. Sin embargo, en todo ese tiempo, sus integrantes nunca se habían abierto al público para contar su historia, o hablar sobre el origen de sus nombres artísticos, o el significado de las letras de sus canciones, o la razón por la que, aunque tienen todos carreras como solistas, los nueve siguen insistiendo en actuar como un grupo.
Fue Lamont ‘U-God’ Hawkins quien consiguió reunir las voces de los miembros y las registró en su libro “En carne viva. Mi viaje con el Wu-Tang Clan”, publicado en español por la editorial Sexto Piso, con la traducción del periodista cultural Milo J. Krmpotić, oriundo de Barcelona.
En los años setenta y ochenta, ‘U-God’ aprendió a sobrevivir en las calles de los barrios más pobres y desamparados de Nueva York, en los que la violencia era el pan de cada día y todo niño negro como él estaba a merced de las balas y las drogas. El futuro no iba más allá de eso. Si bien fue uno de los miembros fundadores del grupo, ‘U-God’ sólo pudo participar del primer álbum, curiosamente, de los más exitosos. Su pasado le cobró factura y no pudo seguir el camino de los demás miembros.
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Mientras cumplía una condena por posesión de drogas, ‘U-God’ escribió varias de las letras que más tarde se convirtieron en las canciones más emblemáticas de Wu-Tang Clan.
Habiendo crecido en las calles de Staten Island, en donde compartió con varios de los miembros de la banda, quienes crecieron al interior de viviendas de acogida, en su adolescencia encontró en el rap la puerta de salida para el futuro al que siempre quiso darle la espalda. Comenzó a rapear con el nombre de ‘Golden Arms’ y pronto encontró receptores.
“Ha llegado el momento de que ponga por escrito no sólo mi legado, sino la historia de nueve chicos mugrientos que tomamos nuestra vida cotidiana –repartir madrazos y bisnear e intentar sobrevivir en la jungla urbana de la ciudad de Nueva York– y la convertimos en algo mucho más grande de lo que hubiéramos podido imaginar, algo que nos permitió escapar para siempre de los edificios de viviendas sociales, que era lo único que deseábamos desde un principio”, escribe.
En las páginas de “En carne viva. Mi viaje con el Wu-Tang Clan”, los lectores se encontrarán con lo que The Washington Post ha calificado como “el clásico relato de la miseria al éxito”. Aquí, ‘U-God’ cuenta su historia y la del grupo, mientras retrata el bajo mundo de las drogas en las calles de la capital de Manhattan, durante la epidemia del crack en los años ochenta, a través de una voz que se torna nostálgica al recordar lo que era el hip-hop en esos años y lo distinto que es hoy, en este “patio de recreo lleno de niños ricos”.
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