Casi 85 años han transcurrido desde que Antonio Machado falleciera en tierras francesas a causa de una bronconeumonia panlobar bilateral. El nacido en Sevilla partió antes de llegar a los 64 años y dejó tras de sí un legado que, hasta nuestros días, se mantiene imborrable.
Esta semana, su nombre ha cobrado vigencia luego de que se encontrara un poema inédito de su autoría en los archivos de la Institución Fernán González, en Burgos, en la parte norte de la península ibérica.
Le puede interesar: Poetas peruanas que desafiaron las normas y cambiaron la historia de la poesía
El poema fue encontrado en el Fondo Zugazaga y se estudia su autenticidad. María Jesús Jabato, una de las académicas que trabajan en la institución, así lo confirmó, en entrevista con el diario El País. El poema, señaló, podría tratarse de un texto que se desechó cuando Machado estaba trabajando el poemario “Campos de Castilla”, en 1912.
Según se ha comentado por parte de la institución, se planea publicar, en cuanto se culmine el proceso de constatación, una edición facsimilar del poema, acompañada de dos textos escritos por expertos en la obra del poeta español, uno de los cuales correría por cuenta de la propia Jabato.
El poema lleva por título ‘Las viejas de Castilla’ y, según se ha revelado, es un soneto compuesto con versos alejandrinos y comparte mucho en términos de imágenes con los otros poemas que componen “Campos de Castilla”.
Le puede interesar: El biógrafo de García Lorca, Dalí, Machado y Buñuel publica su propia biografía: “Un Carmen en Granada”
El Fondo Zuguzaga se creó hace unos años en honor a José María Zuguzaga, quien fuera el secretario de Manuel Machado, el hermano del poeta. Unos meses atrás, los archivos que albergaba el fondo pasaron a dominio de la Institución Fernán González, donde la pieza inédita fue encontrada por René Jesús Payo, el director de la entidad.
“No es un poema especialmente bueno, por eso Machado lo desechó. Lo importante es su valor documental”, declaró Jabato a El País.
En los archivos que conserva la institución se encuentran también los borradores de ‘La tierra de Alvargonzález’, uno de los poemas más largos de “Campos de Castilla”, así como otros textos manuscritos pertenecientes al mismo poemario, además de la elegía dedicada a Federico García Lorca tras su fusilamiento en 1936.
El hecho de que el hallazgo se haya dado en Burgos obedece a que Machado estuvo en Soria hacia el año 1907, lugar desde obtuvo su cátedra de Francés. Todo indica a que pudo haber escrito el poema allí mismo, pues estuvo casi hasta el otoño de 1912, año en el que muere su esposa.
Con “Campos de batalla”, el poeta consiguió uno de sus trabajos más destacados. El poemario se editó originalmente en 1917, por la editorial Renacimiento y, desde entonces, se ha publicado en distintas ocasiones.
Le puede interesar: Murió el cineasta Citto Maselli, referente del neorrealismo italiano
Antonio Machado inició su obra poética con “Soledades”, un poemario escrito entre 1901 y 1902, y casi reescrito en “Soledades. Galerías. Otros poemas”, que vio la luz en octubre de 1907.
En 1924 publicó las “Nuevas canciones”, recuperando materiales escritos en Baeza y aun en Soria, y mezclando ejemplos de sentenciosa poesía gnómica y análisis en torno al hecho de la creación poética, con paisajes soñados, algunas galerías y los primeros sonetos que se le conocen.
Las ediciones de “Poesías completas” de 1928 y 1933 incluyeron algunos de los textos adjudicados a sus dos apócrifos, “Juan de Mairena” y “Abel Martín”, y en la edición de 1933 las primeras “Canciones a Guiomar”.
En 1936, en vísperas de la guerra civil española, publicó: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. El estallido de la rebelión militar impidió la difusión del volumen que durante años permaneció en el limbo de lo desconocido.
A continuación, la transcripción del poema encontrado recientemente:
Las viejas de Castilla
Un día cabalgaba por la ancha carretera
que va de Soria a Burgos, mediada primavera,
por estos altos llanos la primavera tarda
a abrir sus manos rosas sobre la tierra parda.
Y ya es abril mediado cuando el verdor renace,
donde los potros juegan, donde la oveja pace,
[el pescador furtivo apresta sus reteles
y tienen las abejas donde libar sus mieles]*
cuando de blancas flores se cuajan los ciruelos
y la cigüeña madre enseña a los hijuelos
a usar las alas torpes , y al comenzar de mayo,
es blanca todavía la espalda del Moncayo
Y al hombre que trabaja el pegujal tardío
castiga la ventisca y azota el cierzo frío.
Mas sol y azul… Prefiero los yermos de Castilla
a las floridas vegas de Córdoba ó Sevilla.
Seguir leyendo: