Después de todo una trayectoria narrativa dedicada a escribir y convertirse uno de los más reconocidos biógrafos de figuras como Federico García Lorca, el escritor de origen irlandés Ian Gibson se ha encargado de escribir y publicar su propia biografía. Se trata del título “Un carmen en Granada”, obra ganadora del XXV Premio Comillas de Memorias, otorgado por la editorial Tusquets.
En esta autobiografía, Gibson reúne condensa sus memorias, desde de sus inicios de vida; recorre con sinceridad su vida en el interior de una familia irlandesa de clase media, sus tempranas dificultades afectivas, un entorno familiar lleno de celos y desavenencias entre una madre amargada y un padre acomplejado.
En “Un carmen en Granada”, el autor recorre desde los primeros años de incertidumbre, desconfianza y la frustrante represión producto de la religión metodista que seguía su familia, pero también evoca los momentos más luminosos de existencia, como las primeras amistades, los maestros que le inspiraron, sus momentos iniciales en las aventuras eróticas y hasta un amor puro y sin defecto por la naturaleza y el mundo de los pájaros.
“Pienso en mi padre con mucho dolor. Merecía más suerte de la que tuvo. Tuvo un matrimonio muy infeliz en un mundo en el que el divorcio era imposible. Mi madre se refería a él de una manera terrible. Él era más bajo que ella y ella anhelaba un hombre guapo y alto que la sacara a bailar. Y mi padre no era nada de eso. Solo era un metodista de Dublín”, dijo Ian Gibson en entrevista con El Mundo.
Si bien en el inicio de “Un carmen en Granada”, el autor se encarga de dibujar las consecuencias de una educación metodista, los estragos de un entorno familiar hostil y aquel mundo de represión, para la mitad del texto relata su descubrimiento de la cultura hispánica dentro del Trinity College (Dublín), y también lo liberador que resultó su viaje a España en los años sesenta; con ello, todo lo que lo llevo adentrarse en el asesinato de Lorca.
Gibson también presenta las memorias del trabajo dedicado al autor de “Bodas de sangre”, como uno de los mayores hitos dentro de su carrera como escritor y biógrafo. Revela los recuerdos de una vida angustiante y se dibuja a sí mismo como un hombre atormentado, colérico y de carácter competitivo; se atreve a mostrar su lado más vulnerable.
Así mismo, narra la posibilidad de haber estado destinado a ser el biógrafo de Lorca. Gibson le da la oportunidad al lector de recorrer con él los puntos y eventos que lo guiaron hasta conocer la historia del poeta de Granada (España). El autor se encarga de referenciar algunos de los aspectos de su vida con los de Lorca. Entre ellos, el de Alan, su hermano homosexual, que siguió un camino similar al del objeto de sus mayores investigaciones.
“Cuando supe que mi hermano era gay fue una cosa terrible. Estábamos en una Irlanda ultracatólica. Eran los años 50 y… todo era horrible. Yo nací en una pequeña minoría irlandesa, la metodista, protestante, pero estaba rodeado de un océano de católicos. Y ser metodista era ser casi como un judío: los domingos no podíamos hacer nada, pero nada. De repente, el niño preferido, Alan, resultó que era gay. Bueno, fue terrible para mis padres y para mí. Pero eso luego me ayudó a interesarme y a comprender a Lorca”, dijo Gibson para El Periódico de España.
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