El guitarrista Robby Krieger ha recogido las memorias de su participación en la mítica banda The Doors en Set the night on fire (Prende fuego a la noche), un libro en el que ofrece una visita guiada a las entrañas de la agrupación y también de la personalidad mitificada de Jim Morrison; un viaje en el que el autor se encarga de desmentir la leyenda urbana que se ha consolidado desde la disolución de la banda hace ya cinco décadas.
En Set the night on fire (Alianza editorial), Krieger realiza un minucioso recorrido de su trayectoria, al tiempo que compone de forma cronológica su autobiografía en un texto que promete contar con pasajes inéditos de sus integrantes. El instrumentista compone este libro de capítulos que contienen anécdotas reveladoras de sus excompañeros, con las que dibuja el espíritu del grupo.
El guitarrista comparte los detalles del proceso evolutivo de un tímido y sensible Jim Morrison, hasta convertirse en aquel símbolo de sexualidad y rebeldía indominable en el que se convirtió para él mismo y para los miles de groupies que lo asediaban. Krieger se encarga de narrar cómo esa transformación acabó empeorando los traumas que ya arrastraba e cantautor.
El libro revela cómo los problemas de niñez de Morrison mezclados con la fama y las adicciones generaron una confusión que derivó en la aparición de su instinto intrépido, realmente suicida, algo que por fuera pareciera sexy, pero que en realidad le hizo pasar muy malos ratos a Krieger, quien siempre se mantuvo como el más tranquilo de todoslos Doors, esclarece cómo fue que la personalidad del líder llegó a afectar a todos los involucrados.
—Jim nunca se subió a un coche en la calle del Whisky A Go-Go y se puso a gritar que era el Rey Lagarto. Nunca oí que Jim encerrara a su novia en el armario y le prendiera fuego. Ni siquiera se pelaron delante de nosotros. Y tampoco se casó en un ritual con sangre. Jim era una persona que se cachondeaba de la astrología, la espiritualidad y la meditación trascendental.— Robby Krieger en Set the night on fire.
Después de que la banda se formara en Los Ángeles (California), Krieger fue el último en integrarse a la formación de The Doors. La agrupación se componía de Morrison como encargado de la voz; Ray Manzarek en los teclados y John Densmore den la batería. El autor también incluye los recuerdos de Paris blues, una canción inédita que acaba de ver la luz.
En torno a este sencillo existen muchas leyendas por tratarse de la última grabación de la banda. El sencillo fue compuesto por la alineación original y se estima que fue entre 1968 y 1970, durante las sesiones de The Soft Parade o L.A. Woman, de acuerdo con lo informado con Rolling Stone. El master de aquella grabación se extravió y solo sobrevivió una copia, que fue entregada a Manzarek, la cual sufrió daños tras una sobregrabación que realizó su pequeño hijo.
El guitarrista recuerda cómo, lejos de considerarse estrellas del rock, los integrantes de The Doors eran unos ciudadanos estadounidenses y jóvenes socialmente conscientes de su época, quienes se vieron afectados por la participación de su nación en la guerra de Vietnam. El conflicto se intensificó en 1964, después de que el congreso diera luz verde al reclutamiento masivo.
De aquelli Morrison y Densmore se salvaron hasta 1966, mientras que Robby consiguió una exención después de que la banda publicará The Unknown Soldier, su canción de protesta contra la guerra, que salió en la primavera de 1968.
En el libro, el reconocido músico se da tiempo para desmentir asuntos como el de los sustitutos que habrían considerado para Morrison, y devela los nombres que sonaban entre sus planes, entre ellos Iggy Pop, Paul Rodgers, Joe Cocker y hasta Paul McCartney.
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