Tobías Schneider es un escritor exitoso cuyo matrimonio ha llegado a un punto de alta tensión. Desde hace un tiempo, él y su esposa, la editora Georgina Schneider-Koslov, vienen pasando por una crisis que parece no tener remedio. Con el fin de entender lo que sucede, y explicárselo a ella, el escritor decide iniciar un nuevo trabajo de ficción para exorcizar en las páginas los demonios que los acorralan.
Dentro de esta, otra novela, o esta primera, inmersa en otra. Secretos, una reflexión sobre el arte y los libros, y un intento por narrar una realidad que se rebasa a sí misma por completo. Una bailarina, Camila Dalero, y una mujer fascinada con ella, desde que acude a su encuentro en Moscú.
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Al interior de estas páginas, la escritora colombiana Mónica Acebedo, comentarista entusiasta de libros en su columna ‘Jácara literaria’, del diario El Espectador, autora de títulos como “El niño de barro” o “El enigma del amuleto”, asume voz portentosa para narrar las emociones que invaden a estos personajes como si fueran verdades absolutas, que en realidad se manifiestan a medias, para hacer literatura sobre literatura, ficción entre ficción.
La de “Verdades a medias”, título publicado por la filial colombiana del grupo Planeta, a través de su sello Tusquets, es una trama que invita al lector a hacerse a la idea de que toda realidad es literaria, y toda literatura es espejo de la realidad.
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Acebedo, como autora y personaje, reconstruye sus memorias de aquellos tiempos en que una mujer en la capital de Rusia la eclipsó por completo. La reencuentra ahora en la ficción y la narra a fragmentos, con retazos de otras novelas que ha escrito, con recuerdos de cosas que no está segura de haber vivido, y también lo narra a él, al escritor Schneider, intentando descifrarlo, y a la editora, su esposa, queriendo descubrirla.
Quién es él, quién es ella, por qué sus vidas son tan intrincadas, parece preguntarse la narradora. De dónde ha venido a aparecer la bailarina Camila Dalero, a dónde va la voz que narra, a dónde van estos personajes.
“Sí, Georgie, es ella y también es la protagonista de Las tragedias de la bailarina. No solo es un personaje de la novela, y no, no está muerta. Existe y no se llama Ana Salas; su verdadero nombre es Camila Dalero, la misma que en una novela es pianista, en otra, diseñadora de modas, también es cantante de ópera y tiene sendos nombres. Aunque para mí ella ya se había convertido en ficción, ese día, cuando Noemy me mostró la foto que acababa de tomar con su nueva cámara digital, mi mundo se vino abajo. No te vi más, ni a las niñas, ni tampoco me fijé en la estrella ardiente que aparecía nítida en la imagen de la cámara, ni de esa imponente muralla roja que la custodiaba. Solo la vi a ella: la ficción y la realidad, el presente y el pasado se fusionaron en un tiempo mítico, pero al mismo tiempo muy real” - (Fragmento, “Verdades a medias”, de Mónica Acebedo).
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El primer proyecto de ficción para adultos, si hay que ponernos con etiquetas, que trabaja Mónica Acebedo, es un juego de ficciones que se cruzan y una interesante propuesta estética en la que, lenguaje e historia se entrelaza.
Con “Verdades a medias”, la mesa está servida para que los lectores participen activamente de la historia, las historias, pues no hay otra razón en este libro que pese más que el diálogo intertextual.
Sobre la autora
Mónica Acebedo nació en Bogotá. Es abogada de la Universidad de los Andes, magíster y PhD en literatura de la misma universidad.
Actualmente, dirige los clubes de lectura de Educación Continuada de la Universidad de los Andes, el de la revista El Malpensante, y coordina grupos y talleres de lectura desde 2002, año en el que se hizo miembro de la Society of Children’s book Writers and Illustrators – SCBWI.
Ha sido profesora de cátedra de la Universidad de los Andes, en las facultades de literatura y derecho. Artículos suyos solían aparecer en la extinta revista Arcadia; ha colaborado en varios medios académicos y literarios.
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