Los libros también son un arma de resistencia ante la adversidad, esto es algo que tiene muy claro, Sonia Higuera Montaño, quien se ha encargado de mantener en pie durante un año La librería de la Señora Dalloway, un establecimiento ubicado en Culiacán, Sinaloa (México), donde la filósofa e historiadora promueve la lectura con obras escritas por mujeres y para mujeres; más que un negocio, es una iniciativa de fortaleza ante la abundancia de relatos masculinos.
Los libros que acoge Montaño en su librería, textos de todos los tiempos y procedentes de diversas partes del mundo, son una muestra de aquellos relatos y realidades de la oralidad femenina. En su labor, la sinaloense les hace frente a otros establecimientos de esta ciudad, con los cuales ha encontrado un común denominador: “La mayor parte de los textos que se encuentran y leen en Sinaloa fueron escritos por hombres”.
La librería de la Señora Dalloway es el único local en su tipo en el norte de México. Esta iniciativa feminista de las letras comenzó como una inquietud, cuando Sonia se acercó a la obra, y a colaborar con algunas autoras mexicanas, de esta experiencia surgieron talleres de formación lectora y escritura dentro de su natal Culiacán.
“Tenía el tema de la violencia contra las mujeres en la prensa moderna, buscaba teóricas y sí me costaba encontrar escritoras. Más que nada cuando somos estudiantes buscamos recomendaciones, de alguna manera intentando construir un marco teórico”, dijo Sonia Higuera Montaño en entrevista con Debate.
Sonia ha compartido que durante su época como estudiante apenas un 10 por ciento de material consultado y estudiado eran textos escritos por mujeres, una situación de la que no se dio cuenta hasta que egresó. “El gusto por la lectura, ya se encontraba latente, esa devoción hacia la escritura de mujeres o ese gusto, más bien, por la escritura de las mujeres”.
No fue hasta la pandemia que La librería Señora Dalloway comenzó a dar sus primeros pasos, todo el proyecto se devino de otro llamado Tejiendo Historias, en el cual Montaño organizaba talleres de ensayo, cuento y novela vía Zoom para poder sacar dinero extra, pues su trabajo en las escuelas como maestra se encontraba en pausa.
En dichos talleres participaron fueron mentoras escritoras como Liliana Blum, Lola Ancira, Clara Obrigado, Ariana Harwicz y muchas otras más.
En aquellos encuentros literarios, Montaño se dio cuenta de que aquellos textos que se discutían en el taller no eran fáciles de encontrar en el mercado editorial, por lo cual decidió contactar a las propias escritoras para obtener el material que era discutido con los miembros del taller. El emprendimiento comenzó de forma digital, con un catálogo que les hacía llegar a sus contactos vía WhatsApp; poco después, falleció su padre y parte de su herencia la decidió invertir en el local que albergaría a la librería.
La sinaloense decidió nombrar a su proyecto como el personaje de la novela de Virginia Wolf, una de sus escritoras favoritas, y para la librera, la Señora Dalloway representa toda una simbología femenina, y con su librería busca hacer ecos dentro de un mundo editorial gobernado y regido por hombres.
“Sí, fui muy ingenua porque no tenía idea de lo difícil que iba a ser, llegué a pensar que toda la gente iba a querer comprar libros de escritoras, para mí era obvio, pero la realidad es que hay gente que desde que entra ya viene a juzgar, a criticar o a decir: ¿por qué no tienes escritores?”, dijo Montaño en entrevista con Animal Político.
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