Los incendios han marcado la vida de muchos peruanos y peruanas, en especial la de Roxana Chamorro, uno de los personajes creados por el escritor Paul Baudry en “La república de las chispas”. Esta sobrevive muy joven a un incendio en La Brea y Pariñas durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado y, sin pensarlo, su trabajo como periodista la llevará a presenciar incendios como el del Banco de la Nación durante la Marcha de los cuatro suyos en el 2000.
Está en manos del lector interesado conocer el impacto que tienen este y otros eventos para el personaje de la novela, pero lo que sí es posible comentar es que existe un punto en común en cada uno de estos desastres. El fuego que consumió Larcomar, Cantagallo y Las Malvinas cobró vidas inocentes y desnudó la precariedad en la que, al parecer, no hemos acostumbrado a vivir los 30 millones de peruanos.
En conversación con Infobae, Baudry señala que la idea era que el incendio revelara la precariedad social y “la precariedad en cuanto a lo que definimos como sujeto, como un ciudadano, como un igual, como un par”. Esto en referencia a los jóvenes trabajadores encerrados en un container que perdieron la vida mientras eran explotados laboralmente. “Ese nivel de precariedad social no se hubiera revelado si no fuera por el incendio”, agregó el autor.
“Este no es un ensayo de política, no es un manifiesto. La literatura propone, metaforiza la realidad, presenta una imagen y esa abre una serie de caminos de sentidos del cual cada lector tiene una lectura diferente dependiendo de su interés, edad y demás”, recalca Baudry quien decidió añadir como epígrafe de su novela una cita del texto “La promesa de la vida peruana” del historiador Jorge Basadre.
“Porque la promesa de la vida peruana sentida con tanta sinceridad, con tanta fe y con tanta abnegación por próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: los podridos, los congelados y los incendiados”, escribió el autor de “Historia de la república”. Cabe preguntarse quiénes, a 78 años de la publicación de este texto, son aquellos tres personajes mencionado en la actualidad.
“Yo creo que los peruanos somos un poco una mezcla de los tres. Estar congelado para mí tiene que ver con la parálisis crítica. El hecho de saber quejarse cuando las cosas están mal, el hecho de no aceptar algo que nos parezca no solo insuficiente sino injusto. Esta congelado es pensar que las cosas están bien porque han estado bien hasta hora. Creo que hay que observar la realidad y no tapar el sol con un dedo”, añadió Baudry.
Lejos de casa
Como muchos autores, Paul Baudry escribe desde el extranjero, en su caso desde Francia. Para él hace falta una distancia para sentarse a crear y en la tierra de Víctor Hugo ha encontrado un ambiente motivador y propicio para hacerlo. La enorme oferta literaria que existe ahí puede ser tan emocionante como aterradora, según el propio autor quien señala que, quizás, no encuentre lo mismo en el Perú por factores históricos, sobre todo el de la calidad de la educación pública.
“El campo literario y cultural peruano es consecuencia de una historia económica y política, de un pasado reciente y no tan reciente que tiene que ver con la calidad de la educación pública y la educación en general. La idea aquí no es construir ciudadanos críticos, sino creo que hay una educación un poco patriotera”, dijo el escritor nacido en un país donde los ciudadanos en promedio no llegan a leer un solo libro al año.