Siempre es buena idea saber algo sobre un país que se va a visitar. Así el viaje comienza antes y, además, lo que se ve al llegar se vuelve más significativo. Una piedra no es sólo una piedra si se conoce la historia que tiene detrás, qué repreenta, qué costumbres hay alrededor de ella.
Pero ¿dónde buscar esa información para ir más allá de lo primero que aparece en un buscador?
Aquí, el periodista y Doctor en Economía Damián Di Pace elige cinco libros para entender la particular Economía argentina y poder desenvolverse en ella.
Dice Di Pace:
Primero, tres periodistas
1) Se me ocurre empezar por tres libros escritos por economistas que también son periodistas. La economía de lo insólito, de Sebastián Campanario, me parece buenísimo para entender un poco el comportamiento argentino, porque el argentino es una de las personas más ansiosas del mundo, y eso tiene que ver con el frenesí que vivimos, por nuestras condiciones sociales y económicas.
Uno de los temas que toca es la “economía de la ansiedad”, que tiene derivaciones como que el hecho de que el argentino tenga tendencia a tocar bocina en el semáforo, mucho antes de lo que lo harían personas de otras nacionalidades. Muchas cosas que en nuestras calles pueden sorprender a un extranjero, se las van a explicar por este libro.
2) Luego está 7 ministros. La economía argentina: historias debajo de la alfombra, de Ezequiel Burgo. Muestra mucho el backstage de ministros argentinos de Economía, condicionados por la tensión política y el contexto social. Abarca desde José Alfredo Martínez de Hoz (1976-1981, bajo la dictadura) hasta Martín Lousteau (2007-2008).
Éste es el país con la cuarta inflación más alta del mundo: leés este libro y entendés por qué. Los ministros de Economía terminan siendo un fusible en el cortoplacismo de la política. Cualquiera que quiera resolver las cuentas del Estado va a tener que trabajar con los condicionamientos de los políticos, que siempre quieren incrementar el gasto; entonces, cada ministro que propone un ajuste, “vuela”.
Ver cómo van desfilando los ministros sirve para entender la “filosofía” de qué le pasa a nuestra economía. Esto lo agrego yo: entre 2004 y 2022, 19 de las 23 provincias argentinas incrementaron su gasto por encima de su crecimiento económico. Esto, en un hogar, no se sostendría; y en un país… tenés que arreglar las cuentas.
3) El tercero es Economía descubierta, de Tomás Bulat. Éste cuenta lo insólito del caso argentino pero desde el otro lado: qué es lo que tiene que hacer cada individuo en la economía de su vida cotidiana, viviendo en un país como el nuestro; cómo administrarse en cada década de su vida. Entonces te explica qué es la inflación en la Argentina, por qué la gente tiene un nivel de ahorro tan bajo, qué consejos tomar ante tanta intervención por parte del Estado en la economía, qué le pasa a la rentabilidad de un emprendedor o de una PyME con una inflación galopante.
Bulat, a quien extrañamos tanto (falleció en 2015, a los 50 años) dice “esto es lo que pasa en la Argentina, y esto es lo que tenés que hacer para tratar de sortearlo”. Para entender el caso argentino, es único.
Y dos libros “históricos”
4) Uno es Las condiciones de la victoria, de Rogelio Frigerio (es de 1959; lo reeditó en 2017 la cooperativa editorial de la Universidad Nacional de Lanús). Éste es el libro de un estadista, que está pensando en la economía a largo plazo y que tiene muy conocido el territorio, en un momento en que el país estaba generando algunas condiciones como para salir del marasmo en el cual terminamos.
Frigerio fue en 1958 secretario de Relaciones Socio-Económicas del presidente Arturo Frondizi (1958-1962). Leído hoy, lo que este libro muestra son las oportunidades perdidas.
Frigerio veía que la Argentina había tenido un crecimiento económico feroz; que en materia de energía y otros sectores estratégicos teníamos posibilidades de pasar de ser productores de commodities a tener un desarrollo industrial. En cambio, ahora estamos con la economía de servicios y del conocimiento. La pregunta es por qué la Argentina no logró dar ese paso, a pesar de que pensaba darlo. Este libro es para entender todo lo que nos pasó después de que estuvieran dadas aquellas condiciones.
5) Finalmente, La cabeza de Goliat, de Ezequiel Martínez Estrada, porque me mató la metáfora de una cabeza de gigante, que sería Buenos Aires, con un cuerpo débil, que sería todo el interior del país.
Martínez Estrada describe todo lo que eso significó para la Argentina: un estado donde Buenos Aires es muy poderoso y el resto del país es muy débil. Un problema que todavía tenemos. Y, agrego yo, cómo la propuesta fue sacarle poder a Buenos Aires para dárselo al resto, querer dividir la torta, jugar a Robin Hood, quitándoles a los que tienen para darles a los demás.
Acá se ve que la Argentina no logró hacer lo que sí hizo la economía norteamericana, donde hay estados que son muy fuertes, como California o Utah, porque lograron ser independientes, tener peso propio, ante su nación. Entonces, la idea es otra: tratar de hacer avanzar a los demás estados. No era un juego de suma cero, sino tratar de incentivar el crecimiento de los que están menos desarrollados. No hay nadie a quien se le hinche la cabeza porque sea rico.
Producción: Paula Ancery
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